Luego de la derrota de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires, analistas coinciden en que el mercado exigirá una prueba del esquema cambiario que sostiene el Gobierno. El ministro de Economía, Luis Caputo aseguró que “nada va a cambiar” en la política económica, fiscal ni monetaria, aunque el consenso entre especialistas y bancos internacionales indica que las próximas semanas estarán marcadas por volatilidad y fuertes tensiones en el mercado de cambios.
La coalición peronista Fuerza Patria obtuvo una ventaja de más de 13 puntos sobre LLA en la provincia más poblada del país: 47,3% a 33,7%. El bajo nivel de participación (61,8%, frente al 76% en 2023) y la incidencia de fuerzas minoritarias contribuyeron a explicar la diferencia. Consultoras como Max Capital alertaron que “el mercado rápidamente incorporará mayores probabilidades de un retorno populista en 2027 bajo una figura como Axel Kicillof”, mientras proyectan caídas de entre 10% y 15% en bonos en dólares y una presión intensificada sobre el tipo de cambio.
El dólar oficial mayorista, que rige en el comercio exterior, se ubicó cerca de las 12:00 horas en USD 1.421,24. Esto implicó un salto de USD 56,25 respecto al cierre anterior (+4,12%), aunque al inicio de la jornada alcanzó USD 1.450. Algunas entidades bancarias registraron cotizaciones minoristas por encima del techo de la banda. Paralelamente, el riesgo país superó ampliamente los 1.000 puntos debido al impacto de la baja en los bonos soberanos.
La consultora 1816 señaló que el Tesoro tiene un poder de fuego “limitado” para evitar que el tipo de cambio se acerque al techo de la banda: apenas USD 1.100 millones y encima debe afrontar pagos a organismos internacionales antes del 26 de octubre por una cifra similar. Al Banco Central, indicaron, le queda mayor margen: USD 20.000 millones de reservas líquidas (excluyendo yuanes, oro, Degs, etcétera), la posibilidad de convalidar tasas más altas y tomar una posición en futuros equivalentes de hasta USD 9.000 millones (desde los USD 5.800 millones).
El resultado sorprendió al mercado. Martín Rapetti, de Equilibra, describió que la expectativa era una derrota de LLA no mayor a cinco puntos, por lo que se generó un “shock” en los precios de bonos y acciones. De manera similar, Portfolio Personal Inversiones (PPI) observó que ni los pronósticos más pesimistas anticiparon la magnitud del revés oficialista ni reflejaron plenamente este “riesgo de cola” en los precios previos.
Tanto Luis Caputo como el presidente Javier Milei ratificaron que la política económica oficial “no cambiará”, una postura que entidades como Goldman Sachs y agentes como Stone X consideran débil para contener las expectativas de devaluación. Para Goldman Sachs, la elección bonaerense ocurrió bajo “un endurecimiento significativo de las condiciones financieras internas, depreciación del peso, previsión de leve alza inflacionaria, desaceleración económica, tensiones con el Congreso y denuncias de corrupción en el Gobierno”.
El sistema de bandas cambiarias quedó en el centro del debate. El techo de la banda para el lunes se fijó en USD 1.468, mientras que el dólar oficial cerró el viernes anterior en USD 1.365, una diferencia del 7,4 por ciento. El mercado descontaba que el régimen podía revisarse luego de las legislativas nacionales de octubre, pero el resultado en la provincia de Buenos Aires aceleró esa expectativa. “La duda central está en el mantenimiento de las bandas cambiarias”, resaltó Rapetti (Equilibra). Esa inquietud crece y el interrogante es si el esquema puede sostenerse hasta las elecciones de octubre.
Las reservas y el frente fiscal limitan la capacidad de reacción oficial. PPI indicó que tras vender USD 520 millones la semana pasada, el Tesoro cuenta con USD 1.130 millones depositados en el BCRA. Sin medidas relevantes en política económica o novedades políticas, será difícil controlar las expectativas de abandono del régimen y es probable que el BCRA deba vender reservas para sostener el techo de la banda. Además, advirtió que los recursos son insuficientes para sostener episodios prolongados de presión. La experiencia de las PASO de 2019 renovó los temores acerca de la capacidad de respuesta oficial ante la desconfianza del mercado.
Tras el resultado electoral, bancos internacionales ajustaron sus proyecciones. Goldman Sachs consideró la elección provincial un “revés político para el gobierno”, en línea con la definición del propio Milei, y la vinculó a la depreciación del peso y las tensiones entre la Casa Rosada y el Congreso. Señaló que el Ejecutivo decidió intervenir en el mercado de cambios a través del Ministerio de Economía para “garantizar su liquidez y funcionamiento normal”.
Entre los bancos de inversión, BNP Paribas describió que la contundente victoria del peronismo en Buenos Aires incrementó la incertidumbre sobre la sostenibilidad del esquema cambiario y elevó las expectativas de inflación y estancamiento. El informe señala que intentar defender el techo de la banda podría amplificar la expectativa de devaluación, impulsar el riesgo país y tensionar las tasas reales, lo que pondría en jaque el ancla fiscal del Ejecutivo. Para BNP, retrasar una revisión amplia de la política monetaria y cambiaria con el objetivo de ganar tiempo hasta octubre supone “un riesgo significativo”, ya que la credibilidad solo se recuperará con un rediseño de fondo, no solo con un mejor resultado electoral.
Wells Fargo remarcó que “los mercados sobrestimaron la capacidad de Milei y LLA para dominar las legislativas”, y asoció la derrota bonaerense a un incremento en el riesgo de “regreso a una crisis de moneda y mayor probabilidad de default soberano”. El banco ajustó su escenario base y redujo la expectativa de éxito legislativo para LLA. Advirtió que “el peso argentino está bajo presión tras la elección; aunque el Tesoro buscará estabilizar la moneda, la escasez de reservas restringirá la eficacia de cualquier defensa cambiaria”. Además, proyectó que el tipo de cambio USD/ARS previsto a largo plazo podría alcanzarse anticipadamente y que no se descarta un escenario de crisis si se eliminan demasiado rápido los controles de capital.
Morgan Stanley anticipó una política monetaria aún más contractiva en las próximas semanas. Considera que el oficialismo intentará mantener la estabilidad cambiaria hasta las elecciones, lo que “podría forzar la prueba del límite superior de la banda incluso con tasas de interés elevadas”. Si este escenario se concreta, el Banco Central deberá cumplir el acuerdo de ventas de dólares con el FMI. El banco prevé posibles intervenciones adicionales del Tesoro, como las de la semana anterior.
JP Morgan advirtió que “con casi 50 días hasta las legislativas nacionales, el peso sigue vulnerable a mayor depreciación, incluso con la intervención del Tesoro, que ya comprometió unos USD 500 millones en la última semana”. El banco estimó reservas líquidas brutas en USD 15.800 millones y subrayó que un estrés prolongado afectará la actividad económica y la estabilidad del esquema monetario. Destacó que tasas reales altas aumentan el costo fiscal y las necesidades de financiamiento, anticipando que la política económica será decisiva para las expectativas inflacionarias.
Entre las consultoras locales, Max Capital calculó que, con un techo en USD 1.469,2, el “valor justo” ajustado por riesgo electoral oscila entre USD 1.510 y USD 1.550. Sostuvo que este contexto requerirá mayor uso de reservas y, si no es suficiente, nuevas restricciones cambiarias, opción que abriría una brecha y tendría alto costo político. Según su análisis, “no sorprendería que el Gobierno venda reservas del Tesoro en torno a USD 1.450 inicialmente y decida después defender un valor más alto durante algunas semanas”, junto con la posibilidad de nuevas regulaciones para sostener la moneda.
El impacto electoral se extendió más allá del terreno financiero. Varios informes coinciden en que el triunfo de Axel Kicillof fortalece su liderazgo en el peronismo, mientras que la derrota nacional exige una revisión de la estrategia política. Para Ramiro Blazquez, estrega de Stone X, ahora las autoridades deberán rehacer su estrategia y reconstruir la relación con la oposición moderada. Además, resaltó la reaparición central de Santiago Caputo y Guillermo Francos, dos actores que podrían aportar una dinámica política más constructiva para enfrentar la nueva coyuntura.
PPI sintetizó: los activos argentinos reflejan un escenario peor al anticipado, con caídas de entre 8% y 10,5% en la preapertura. La baja participación, la pérdida de apoyos clave y la falta de captación de votantes de centro explican el golpe recibido por LLA. Indicó que el equipo económico debería “utilizar la banda superior como prueba en algunas ruedas, evaluando la reacción del mercado; si eso no alcanza, la banda se ajustará”.
El consenso entre analistas es que la sostenibilidad del esquema actual se encuentra bajo examen. Informes de Equilibra y PPI enfatizan que las bandas cambiarias enfrentarán su mayor desafío inmediato, con reservas limitadas y alta probabilidad de presión sobre el dólar oficial. El margen político y financiero para maniobrar es muy estrecho. Sin señales claras o respaldo externo, el Banco Central tendrá que emplear sus herramientas para evitar una crisis de confianza que desemboque en una escalada abrupta del dólar.
El gobierno reafirmó la continuidad de sus lineamientos pese al entorno desafiante. Tanto Milei como Caputo enfatizaron la disciplina fiscal, el control monetario y la preservación del régimen cambiario. “Nada va a cambiar en lo económico. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario, ni en lo cambiario”, manifestó ayer Caputo en X.
Restan siete semanas cruciales hasta las legislativas nacionales del 26 de octubre. El mercado, según describen bancos extranjeros y consultoras locales, seguirá evaluando la capacidad del gobierno para sostener sus políticas y evitar que la coyuntura derive en una crisis financiera más profunda. La prioridad oficial es sostener el tipo de cambio y que no acelere, al menos demasiado, la inflación.