
El primer ministro británico, Keir Starmer, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, mantuvieron este sábado una comunicación telefónica en la que evaluaron el estado y la importancia decisiva de las negociaciones en torno al plan de paz para Ucrania.
Esta conversación tiene lugar en la antesala de nuevos contactos multilaterales que reunirán en Berlín a representantes de Estados Unidos, la UE y Ucrania, en un contexto que ambas partes describieron como un “momento crucial” para el futuro del país invadido por Rusia.
En el comunicado oficial, el gobierno de Londres enfatizó la coincidencia de Starmer y Von der Leyen sobre que Europa debe acompañar a Ucrania “el tiempo que sea necesario” para lograr una solución “justa y duradera” al conflicto.
Entre otros temas abordados, Starmer y Von der Leyen revisaron el avance de la UE hacia la congelación permanente de 210.000 millones de euros en activos rusos, indicador clave para la propuesta de financiar un “préstamo de reparación” a Ucrania, a la espera de la discusión sobre la medida en la próxima cumbre europea.
Ambos líderes analizaron el paquete de acuerdos alcanzado en la cumbre bilateral UE-Reino Unido en mayo, centrado en áreas como defensa, cooperación en seguridad, comercio y pesca, que serán determinantes en la definición del vínculo entre Londres y Bruselas en los próximos años.

El presidente ucraniano Volodimir Zelensky confirmó que también participará en Berlín junto al canciller alemán Friedrich Merz y el enviado especial estadounidense Steve Witkoff, representante de Donald Trump, en una ronda que tendrá como eje principal la cuestión de las garantías de seguridad para Ucrania.
En ese sentido, Zelensky remarcó la prioridad ucraniana de blindar el país contra una nueva agresión rusa: “Nuestra posición negociadora es fuerte porque mantenemos nuestras posiciones en el frente, con nuestra industria armamentística y con nuestra estabilidad interna”.
Por su parte, Merz advirtió este sábado que Vladimir Putin “no parará” con Ucrania y que, si consigue anexar el país, podría expandir su agresión más allá de sus fronteras. El canciller alemán trazó un paralelismo con 1938, recordando cómo la invasión de Hitler a la región de los Sudetes y la falta de resistencia tras la Conferencia de Múnich no detuvieron las siguientes ambiciones del régimen nazi. Según Merz, permitirle avances a Putin implicaría incentivar, y no frenar, sus próximos movimientos.
“Desde 2022 lo sabemos: se trata de una guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y contra Europa. Y si Ucrania cae, no se detendrá, del mismo modo que en 1938 los Sudetes no fue suficiente. Putin no se detiene. Y quien no lo crea, que analice con atención sus estrategias, sus documentos, sus discursos, sus apariciones”, afirmó Merz en el congreso de la Unión Socialcristiana (CSU) celebrado en Múnich.
La advertencia del canciller alemán coincide con la última declaración del secretario general de la OTAN, quien urgió el jueves pasado a los países miembros de la alianza a incrementar rápidamente su gasto en defensa y a reforzar la producción de armamento, advirtiendo que los aliados podrían convertirse en el próximo objetivo del Kremlin.
“Hoy estoy aquí para explicarles cuál es la postura de la OTAN y qué debemos hacer para detener una guerra antes de que comience. Y para ello, debemos ser muy claros sobre una amenaza: somos el próximo objetivo de Rusia”, afirmó Mark Rutte durante su intervención en Berlín en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC).
El titular de la organización subrayó que los aliados deben mostrar “fuerza, confianza y firmeza” ante la amenaza rusa y advirtió contra la autocomplacencia: “Me temo que muchos se muestran discretamente complacientes, muchos no perciben la urgencia y creen que el tiempo está de nuestro lado, pero no es así. Es hora de actuar”, resaltó el jefe de la OTAN.
(Con información de Europa Press)