Imagen de archivo de la central nuclear de Natanz, en Irán (Foto: EP)

El régimen de los ayatollahs en Irán continúa desarrollando obras en una instalación nuclear subterránea distinta de las atacadas recientemente por Israel y Estados Unidos, según un análisis divulgado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) basado en imágenes satelitales.

Las fotografías, tomadas el 30 de junio y el 30 de septiembre, ponen de manifiesto riesgos emergentes en el programa nuclear iraní, pese a los daños infligidos a tres complejos nucleares durante la ofensiva internacional de junio.

El estudio del CSIS indica que la operación denominada “Martillo de Medianoche” neutralizó el enriquecimiento y procesamiento de uranio en los recintos atacados de Fordow, Natanz e Isfahan, tras destruir áreas críticas de esas instalaciones.

Sin embargo, los analistas identificaron que las labores de construcción se mantienen activas en una nueva instalación subterránea, ubicada a 1,5 kilómetros al sur del principal centro de enriquecimiento de Natanz, en una zona montañosa cuya edificación había comenzado en 2020.

Las imágenes detectan la edificación de un muro de seguridad alrededor del perímetro del sitio y la ampliación de los accesos al búnker. De acuerdo con el CSIS, aunque resulta complicado determinar el objetivo exacto de estas obras, la actividad es considerada “altamente sospechosa” y se apunta a tres posibles fines: el montaje de una planta de ensamblaje de centrifugadoras de uranio; la expansión de las actividades conocidas como ‘Pickaxe Mountain’, que podrían incluir el traslado de funciones metalúrgicas previamente radicadas en Isfahán; y el establecimiento de una planta clandestina de enriquecimiento para incrementar las reservas iraníes, estimadas en aproximadamente 400 kilos de uranio enriquecido al 60%.

Imagen satelital que muestra una vista general de la planta de enriquecimiento de Natanz, tras ser alcanzada por ataques aéreos estadounidenses, cerca de Natanz, Irán, el 22 de junio de 2025 (Maxar Technologies/REUTERS)

“La falta de inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y la amenaza de Teherán de retirarse del Tratado de No Proliferación (TNP) aumentan la preocupación, pues el programa nuclear iraní se ve cada vez más caracterizado por la opacidad estratégica y el desorden operativo”, concluye el informe del CSIS.

El director general del OIEA, Rafael Grossi, expresó su inquietud en una entrevista con el diario suizo Le Temps, publicada el miércoles, al afirmar que “si la diplomacia fracasa, temo un renovado uso de la fuerza”. El jueves, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, respondió en un video difundido por la cancillería que no estaba claro si las palabras de Grossi eran una advertencia o una amenaza. “Pero quienes emiten tales amenazas deben comprender que repetir una experiencia fallida solo conducirá a otro fracaso”, afirmó Araqchi según la grabación.

La tensión entre Irán y el OIEA escaló tras la guerra de 12 días entre Irán e Israel en junio, después de que Teherán suspendiera la cooperación con la agencia internacional al considerar insuficientemente condenados los bombardeos sobre sus instalaciones. En septiembre, ambas partes llegaron a un nuevo marco de cooperación, aunque Irán lo declaró inválido después de que el Reino Unido, Francia y Alemania impulsaran el restablecimiento de sanciones de la ONU que habían sido levantadas con el acuerdo nuclear de 2015. Este acuerdo quedó prácticamente anulado tras la retirada unilateral de Estados Unidos durante la presidencia de Donald Trump en 2018.

Grossi indicó que, desde el fin de las hostilidades, Irán ha impuesto “límites a las inspecciones por preocupaciones de seguridad”, permitiendo la entrada de inspectores solo de manera esporádica. Según el OIEA, Irán es actualmente el único país sin armas nucleares que enriquece uranio al 60 por ciento, cerca del umbral del 90 por ciento necesario para fabricar una bomba atómica.

“Si Irán diera los siguientes pasos, tendría material suficiente para alrededor de 10 bombas nucleares”, sostuvo Grossi en la entrevista con Le Temps. Al mismo tiempo, recalcó que “no existe prueba” de que Teherán busque actualmente desarrollar armas nucleares.

(Con información de AFP y EFE)