El régimen de Xi Jinping desafío el orden mundial con su poderío militar (AP Foto/Ng Han Guan, archivo)

Las armas chinas están empezando a aparecer en las zonas de conflicto más importantes del mundo, lo que pone de relieve su avance tecnológico y su inversión en este ámbito.

En las décadas de 1990 y 2000, los sistemas de armas y el equipo militar chinos se consideraban poco más que imitaciones de antiguos sistemas rusos o incluso soviéticos. China dependía en gran medida de las exportaciones de Moscú y carecía de la capacidad para crear sus propios sistemas.

Sin embargo, con el reciente desarrollo económico y el crecimiento tecnológico de China, las empresas estatales chinas son ahora actores militares cada vez más importantes. Los informes sugieren que China cuenta ahora con sistemas de armamento mucho más avanzados. Un ejemplo de ello es el caza J-20, que en junio de 2025 sobrevoló sin ser detectado el estrecho de Tsushima, dentro del alcance de los sistemas de radar de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.

A medida que los conflictos, incluida la guerra en Ucrania, están cada vez más dominados por la guerra con drones, la tecnología de drones de China se ha vuelto más sofisticada. También ha avanzado en el desarrollo de misiles hipersónicos y tecnología furtiva.

Las recientes maniobras de China en el Pacífico muestran su poderío militar, como sus recientes ejercicios navales sin previo aviso frente a las costas de Australia. Los ejercicios causaron importantes trastornos en los vuelos en el mar de Tasmania. Además, la flota china navegó cerca de instalaciones militares sensibles en Australia, incluida la base aérea de Amberley, que alberga la flota de bombarderos furtivos B-2 de Estados Unidos. Esto también demuestra lo audaz que se ha vuelto China, además de ilustrar lo sensibles que son los activos que se encuentran al alcance de las fuerzas chinas.

Aviones de combate J-15 en la cubierta del portaaviones Shandong de la Armada Popular de Liberación, el primer portaaviones construido en China, mientras navega hacia Hong Kong (REUTERS/Tyrone Siu)

Lo último en armamento chino

Los sistemas de armamento chinos entraron en acción en el conflicto entre India y Pakistán en junio. Pakistán utilizó varios cazas J-10C de fabricación china para derribar varios aviones indios, entre los que destaca el caza Rafale de fabricación francesa.

El conflicto asiático despertó el interés por el avión chino, y ahora Egipto y Nigeria están interesados en comprar el J-10. Un año antes, en la feria aeronáutica de Zhuhai, en China, varios países de Oriente Medio, entre ellos los Emiratos Árabes Unidos, realizaron importantes compras de sistemas chinos, tras haber adquirido anteriormente drones y aviones de combate chinos.

Las empresas militares chinas pueden haber encontrado ahora otro cliente potencial: Irán. Varios oficiales militares iraníes fueron fotografiados recientemente en la cabina de un J-10 en la feria aeronáutica de Zhuhai.

La historia de por qué China ha invertido significativamente en material militar es importante. Las debilidades militares chinas se pusieron de manifiesto durante la guerra del Golfo y la tercera crisis del Estrecho de Taiwán en 1996. Esto llevó a China a realizar pruebas con misiles en el Estrecho de Taiwán como señal a Taipéi, que se consideraba que avanzaba hacia la independencia.

Washington respondió desplegando dos grupos de portaaviones, compuestos por dos portaaviones y un gran número de escoltas. Estos superaban con creces a los barcos chinos, con mayor potencia de fuego y tecnología más avanzada. En aquel momento, Pekín dependía de equipos de fabricación soviética. Sus limitaciones quedaron patentes cuando la Armada china fue incapaz de detectar los submarinos estadounidenses en el estrecho de Taiwán.

La necesidad de modernizar su ejército llevó a un aumento continuo del 10 % en el presupuesto de defensa chino, así como a amplias reformas militares. Estas se produjeron bajo el mandato de Jiang Zemin, presidente de la Comisión Militar Central (el órgano militar supremo del Partido Comunista Chino) entre 1989 y 2004, y presidente de China entre 1993 y 2003. Estos cambios sentaron las bases de los sistemas militares modernizados de China en la actualidad.

Pakistán utilizó varios cazas J-10C en el reciente conflico con India (crédito www.defensa.com)

Poder tecnológico

La modernización militar de China también ha sido representativa de su mayor inversión en tecnología. Algunas tecnologías chinas, como el chatbot con IA DeepSeek, están desafiando ahora el dominio occidental.

Los académicos llevan mucho tiempo argumentando que el poder económico conduce a un mayor poder militar y a un papel más importante a nivel mundial.

Los conflictos en Ucrania, el sur de Asia y Oriente Medio han puesto de manifiesto las limitaciones del armamento europeo y ruso más consolidado, lo que ha aumentado las oportunidades para la tecnología armamentística china. También es probable que los sistemas militares chinos encuentren clientes entre países que no figuran en la lista de naciones favorecidas por Donald Trump, como Irán. Si Irán lograra equiparse con sistemas chinos, estaría en mejores condiciones para enfrentarse a Israel.

Todos estos avances militares han dado a Pekín una mayor confianza y han hecho más precaria la posición estratégica de Estados Unidos y sus aliados en Asia. Mientras que el J-20 demostró la vulnerabilidad de la primera cadena de islas (una serie de islas de importancia estratégica en el este de Asia), la última innovación, el J-36, podría remodelar la guerra aérea en la región. Integrado con inteligencia artificial y conectado con enjambres de drones, el sistema tiene el potencial de servir como un servidor volador, creando un sistema integrado similar al utilizado recientemente por Pakistán, pero con tecnologías aún más avanzadas.

Todas estas maniobras militares muestran cómo China se está convirtiendo en un actor importante en los conflictos globales y cómo esto puede darle más fuerza para desafiar el orden mundial actual.