Billetes de real brasileño y de dólar estadounidense (REUTERS/Amanda Perobelli/Ilustración)

El real brasileño cerró 2025 con una apreciación anual del 11,18% frente al dólar estadounidense, registrando su mayor avance en una década.

Al finalizar la última jornada del año, la divisa se cotizaba en 5,488 reales por dólar, notablemente por encima de los 6,18 reales por dólar con los que concluyó 2024.

A lo largo del año, la moneda presentó diversas fluctuaciones. Aunque sufrió caídas del 2,87% en diciembre, 2,92% en el último trimestre y 1% en el segundo semestre, el resultado anual fue claramente positivo.

Este comportamiento solo fue superado en 2016, cuando el real subió 17,8% frente al dólar. El máximo nivel se alcanzó en el primer semestre, con una apreciación del 14,7% y una cotización de 5,27 reales por dólar.

Posteriormente, el segundo semestre estuvo marcado por alta volatilidad, con repuntes temporales del dólar, sobre todo en abril, tras el anuncio de nuevos aranceles estadounidenses a productos brasileños.

Sin embargo, el mercado se estabilizó y la moneda brasileña retomó su senda de fortalecimiento en los meses siguientes.

El escenario internacional fue decisivo en este proceso. El inicio de la administración de Donald Trump en Estados Unidos introdujo políticas económicas orientadas a la reducción de impuestos y al aumento de aranceles desde enero. Aunque estas medidas impulsaron inicialmente al dólar, la posterior rebaja de tasas de interés por parte de la Reserva Federal y la débil eficacia de los aranceles para limitar las exportaciones brasileñas favorecieron que la moneda estadounidense perdiera fuerza globalmente.

Ese debilitamiento se reflejó también en otras monedas internacionales, que ganaron valor ante el dólar durante el año.

Dentro de Brasil, los indicadores económicos robustos respaldaron el avance del real. La inflación cerró en 4,32% y el desempleo descendió al 5,2% en noviembre, marcando un mínimo histórico.

La gente pasa junto a un tablero que muestra los tipos de cambio del real brasileño frente al dólar estadounidense, el euro y el peso argentino en un banco de San Pablo, Brasil (REUTERS/Alexandre Meneghini/Archivo)

La tasa de interés anual se situó en el 15%, el nivel más alto en dos décadas, lo que mantuvo atractivo el país para la entrada de capital extranjero.

Ante estas señales, se prevé que el Banco Central de Brasil continúe manteniendo tasas elevadas, especialmente en un contexto de descenso de los tipos de interés en Estados Unidos.

A pesar del repunte de 2025, la moneda brasileña no consiguió revertir la fuerte depreciación sufrida el año anterior, cuando perdió un 27,35% de su valor frente al dólar. Esta caída fue la más severa desde la registrada en 2020 durante la pandemia de COVID-19 (29,33%) y solo superada por el desplome del 48,3% en 2015, en medio de la crisis política nacional.

El avance de este año representa una recuperación sustancial, aunque sin compensar en su totalidad los retrocesos de años recientes. El fortalecimiento del real no se produjo en solitario. La debilidad generalizada del dólar benefició a diversas monedas de economías industrializadas y emergentes.

No obstante, el desempeño del real brasileño estuvo matizado: mientras ganó terreno frente al dólar, frente al índice DXY —que mide al dólar en relación con otras grandes monedas como el euro, el yen japonés, la libra esterlina, el dólar canadiense, la corona sueca y el franco suizo— acumuló en 2025 una depreciación del 9%.

Así, aunque la moneda brasileña logró recuperar parte del terreno perdido en el mercado de divisas, su evolución reflejó los contrastes del escenario internacional.