
Ahmed al-Sharaa, presidente de Siria, reconoció como “legítimas” las demandas de los manifestantes alauitas que esta semana salieron a las calles en varias ciudades de la costa, tras una nueva ola de ataques sectarios y ante lo que denuncian como actos de discriminación por parte del nuevo gobierno. Las movilizaciones, que surgieron tras un aumento de la violencia contra la minoría alauita, representan las mayores protestas de esta comunidad desde la caída del régimen de Bashar al-Assad el año pasado. Varios miles de personas participaron en las marchas realizadas en regiones tradicionalmente consideradas bastiones alauitas, la comunidad a la que pertenecía el ex dictador.
La agencia SANA detalló que Sharaa, quien encabezó el derrocamiento de Assad y se había comprometido a proteger los derechos de las poblaciones minoritarias, declaró durante una conversación telefónica con el gobernador de Latakia, que ha “observado que hay muchas demandas populares legítimas, aunque algunas son políticamente motivadas, por decirlo suavemente”. Al mismo tiempo, insistió en que su gobierno estaba “plenamente preparado para escuchar todas las demandas y considerarlas seriamente”.

Sharaa señaló que la “unidad nacional es un pilar fundamental e indispensable” y afirmó que “ha llegado el momento de poner fin a las divisiones sembradas en la mente de los sirios durante más de sesenta años”. A pesar de las promesas sobre la defensa de las minorías, Sharaa ha rechazado públicamente las exigencias de autonomía de los kurdos sirios, en línea con su defensa de un Estado fuerte y centralizado.
Desde la caída del régimen de Assad, Siria ha experimentado varios episodios de violencia dirigidos específicamente contra la comunidad alauita, el más grave de ellos siendo las masacres ocurridas en marzo en la costa siria, donde murieron al menos 1.500 civiles. Desde entonces, la violencia dirigida contra alauitas y los enfrentamientos entre beduinos suníes y drusos han continuado. Recientemente, tras el asesinato de una pareja beduina suní en Homs, las comunidades locales atribuyeron el crimen a alauitas y cometieron actos de vandalismo contra sus hogares y comercios. El hecho reavivó un foco de tensiones en la ciudad y desencadenó en las masivas protestas registradas esta semana.
Según las primeras investigaciones realizadas por las autoridades competentes, el cuerpo de la mujer fue encontrado parcialmente calcinado, y en la escena del crimen las fuerzas de seguridad también identificaron varios grafitis de carácter sectario. “Condenamos enérgicamente este atroz crimen y afirmamos que su objetivo es claramente avivar la retórica sectaria y sembrar la discordia entre los miembros de la sociedad”, indicó Al Nasan, quien ha instado a los ciudadanos a “actuar con moderación” y “abstenerse de tomar represalias”.

Respecto a la costa siria, Sharaa aseguró que es una prioridad para el Ejecutivo, aunque advirtió: “No puede ser gobernada por una autoridad independiente, aislada del resto de las regiones”, al subrayar que “una Siria sin acceso al mar perdería una parte fundamental de su fuerza estratégica y económica”.
En el plano económico, Siria permanece devastada tras más de una década de guerra civil y las sanciones internacionales. El nuevo gobierno gestiona la solicitud de fondos para la reconstrucción, cuyo coste, según una estimación del Banco Mundial, alcanzaría los 216.000 millones de dólares.
(Con información de AFP)