El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, anunció este miércoles el fin de la subvención a los combustibles en el país, acompañado de una serie de medidas económicas adicionales. Entre ellas, destacó un aumento del 20% en el salario mínimo nacional, que pasará de 2.750 a 3.300 pesos bolivianos (equivalente a 395 a 474 dólares). El mandatario aseguró que estas acciones buscan proteger especialmente “a quienes más lo necesitan”.
Por su parte, el ministro de Hidrocarburos boliviano, Mauricio Medinaceli, informó este miércoles que los precios de los combustibles tendrán incrementos significativos tras la eliminación de la subvención.
El precio de la gasolina especial subirá de 3,79 a 6,96 pesos bolivianos, mientras que el diésel pasará de 3,74 a 9,80 pesos bolivianos. Esta decisión forma parte de la estrategia del Ejecutivo para contener el gasto público y combatir el contrabando de carburantes hacia países vecinos.
Paz indicó que los nuevos valores serán oficializados mediante un decreto, que también facilitará la importación privada de diésel retirándolo de la lista de Sustancias Controladas. La vigencia de los ajustes será inmediata tras la publicación del decreto correspondiente.
Según Paz, “la quita de subsidios no significa abandono, sino orden y justicia”. Esta medida se enmarca en el objetivo declarado de transferir gradualmente al sector privado el abastecimiento nacional de combustibles.
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