Las cuentas nacionales del primer trimestre de 2025 trajeron resultados inesperados frente a estimaciones elaboradas por analistas privados y organismos internacionales, incluido el FMI. Estas proyecciones habían sido conservadoras, especialmente respecto del desempeño del consumo, la inversión privada y el valor del PBI per cápita en dólares frente a un año atrás.
El Indec informó que “la evolución macroeconómica del primer trimestre de 2025 determinó, según estimaciones preliminares, una variación positiva en la oferta global, medida a precios de 2004, de 13,0% respecto del mismo período anterior, por incrementos de 5,8% del PBI y 42,8% en las importaciones de bienes y servicios reales. En la demanda global, se observaron subas de 31,8% en la formación bruta de capital fijo, de 7,2% en las exportaciones de bienes y servicios reales y de 11,6% del consumo privado. En cambio, el consumo del sector público cayó 0,8 por cientos”.
Estas variaciones pueden explicarse, en parte, por la baja base de comparación que implicó el peor trimestre de los últimos años, después de la devaluación de diciembre de 2023 dispuesta para sincerar el tipo de cambio, que había permanecido artificialmente bajo por la gestión anterior.
EL PBI por habitante alcanzó un récord de USD 15.161 en valores corrientes para el primer trimestre de 2025 (equivalente anual) dentro de la serie iniciada en 2004 (Economía)
Esto se reflejaba en una brecha de hasta 200% respecto de las cotizaciones de los dólares alternativos -MEP, Contado con Liquidación y blue-, y en el inicio de un proceso de desregulación de precios y reducción de subsidios en tarifas de servicios públicos.
Además, hubo un firme crecimiento de los indicadores de actividad ajustados por estacionalidad en comparación con el trimestre previo: “Las importaciones aumentaron 17,7%, la formación bruta de capital fijo 9,8% y el consumo privado 2,9%. En oposición, el consumo del sector público bajó 0,1%”, enumeró el Indec.
Un dato poco difundido, pero relevante, que surge de la base de datos del Ministerio de Economía es el PBI per cápita en dólares al tipo de cambio mayorista utilizado por el Banco Central. Ese indicador alcanzó un récord de USD 15.161 en valores corrientes para el primer trimestre de 2025 (equivalente anual) dentro de la serie iniciada en 2004, con un alza de 41%. Solo quedó 0,9% debajo del máximo trimestral de la serie, registrado en el segundo trimestre de 2017, durante la etapa de mayor dinamismo del gobierno de Mauricio Macri.
Si se ajusta ese indicador por el Índice de Precios Constantes de 2004 que acompaña la estadística de Economía, el resultado fue de USD 12.221, también el más elevado de los últimos 22 años, con una mejora de 8,1% frente al registro de 2015, hacia el final de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
En una economía con alta volatilidad cambiaria y largos períodos con valores oficiales artificiales para el peso, la conversión del PBI en pesos a dólares siempre implicó fluctuaciones pronunciadas, como se observa en la serie histórica. Más allá de eso, sorprende la magnitud de los valores récord desde el último trimestre de 2024, cuando la brecha cambiaria se redujo a mínimos actuales.
En una economía con alta volatilidad cambiaria y largos períodos con valores oficiales artificiales para el peso, la conversión del PBI en pesos a dólares siempre implicó fluctuaciones pronunciadas
La estadística oficial refleja que varios factores explicaron el incremento del PBI en dólares por persona registrado el último año:
- Reactivación de la economía agregada, con un avance de 5,8 por ciento.
- Incremento de la productividad, esencialmente la laboral, ya que el empleo total solo creció 1,3% y las horas trabajadas mostraron una suba marginal.
- Salto cambiario (overshooting) dispuesto en diciembre de 2023 por el ministro de Economía, Luis Caputo, junto al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, como primera medida del nuevo gobierno de Javier Milei. El propósito fue corregir el atraso previo y conformar un “colchón” para anclar expectativas, evitando una devaluación posterior, mientras la inflación descendía. El tipo de cambio promedio del primer trimestre de 2025 aumentó 26,6%, con una inflación de 78,8% sobre igual período de 2024.
- Liberalización de actividades antes sujetas a regulaciones de precios y del comercio con el exterior que complicaban el intercambio comercial y apertura a mercados.
A pesar de este salto, tras 16 meses de la administración vigente –corte en marzo de 2025–, la recuperación no se refleja de manera uniforme en la sociedad
El análisis de la serie histórica del PBI en dólares por habitante para el primer trimestre desde 2004 muestra que tanto en valores corrientes como constantes, se llegó a un récord. Este resultado está vinculado de manera directa con la consolidación de la política de superávit fiscal, la eliminación de la financiación del Tesoro a través de emisión monetaria por parte del Banco Central y el descenso de la inflación, que actualmente equivale a menos de una sexta parte de la tasa mensual que recibió la administración actual.
Relación internacional
A pesar de este salto, tras 16 meses de la administración vigente -corte en marzo de 2025-, la recuperación no se refleja de manera uniforme en la sociedad.
El Indec detectó un aumento de en la brecha de ingresos entre los sectores de mayores y menores recursos, y la mejora no alcanzó para que Argentina avance en el ranking global de PBI per cápita.
Tampoco se logró una reducción notoria respecto al pico de los últimos treinta años, considerando los cierres de cada gobierno desde 1995 ni frente al promedio de 163 países relevados en las Perspectivas Económicas del FMI (WEO por sus siglas en inglés).
Al analizar los períodos presidenciales, desde Carlos Menem en 1995 hasta el primer trimestre de 2025, empleando los datos del último informe WEO FMI, Argentina alcanzó su mejor posición en la convertibilidad, en el puesto 39. Cayó al cierre de la segunda presidencia de Menem y retrocedió tras la crisis de 2001/2002. Luego, bajo la gestión de Néstor Kirchner y el primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner, el país mostró cierta recuperación, aunque sin recuperar los valores previos.
Después, durante la administración de Cambiemos, Argentina descendió hasta el puesto 63 del ranking global, para mejorar levemente hacia el 58 durante la gestión de Alberto Fernández, empujada por mecanismos de estímulo temporales que luego perdieron efecto. Actualmente, el país permanece en ese rango según las últimas cifras.
No obstante, el nivel de PBI per cápita en dólares conseguido en el primer trimestre -tradicionalmente el más bajo del año- superó la proyección anual del FMI para 2025. Esto anticipa que el promedio anual adoptaría un valor levemente superior al previsto por los organismos internacionales.
Aún así, Argentina permanece lejos de recuperar la proporción que mantuvo hasta el final de la convertibilidad, cuando promediaba más de 47% sobre el PBI per cápita mundial; ahora solo lo supera en un punto porcentual.
En el ámbito del equipo económico existe la expectativa de que, con la consolidación de la actividad favorecida por la inversión y el consumo privado, Argentina consiga avanzar posiciones en el ranking y supere a Chile, hoy en el puesto 56, con USD 17.015 por habitante, y a Uruguay, en el puesto 45, con USD 22.693 según el FMI.
La preeminencia de los dos países vecinos apareció tras la ruptura desordenada del régimen de convertibilidad fija entre el peso y el dólar a fines de 2001, y persistió hasta la actualidad.
La preeminencia de del PBI per cápita de Chile y Uruguay apareció tras la ruptura desordenada del régimen de convertibilidad fija entre el peso y dólar a fines de 2001, y persistió hasta la actualidad
En los 22 años anteriores, desde 1980 a 2001, la base de datos del FMI señala que el PBI per cápita de Argentina duplicaba el de Chile y era 40% superior al de Uruguay.
Más alejados permanecen los líderes del continente: Estados Unidos ocupa hoy el séptimo lugar mundial con USD 89.105 per cápita, y Canadá, el vigésimo, con USD 53.558 por persona.
En los 22 años anteriores, desde 1980 a 2001, la base de datos del FMI señala que el PBI per cápita de Argentina duplicaba el de Chile y era 40% superior al de Uruguay
Este contexto deja a Argentina en una posición ambigua: mientras algunos indicadores exhiben progresos inéditos, las comparaciones internacionales y la distribución interna de la renta exhiben rezagos persistentes.
Sin embargo, un estudio de Juan Pablo Nicolini -académico de la Universidad Torcuato di Tella (UTDT) que actual miembro de la Reserva Federal de Minneapolis, integrante del sistema de la Reserva Federal (Fed) o Banco Central de EE.UU.- junto con Tobías Martínez González, proyecta que, bajo ciertas condiciones, el PBI per cápita argentino podría crecer a una tasa acumulativa anual del 4% anual acumulativo, tomando como base 2024, y pasar de USD 22.000 anuales por habitante -al tipo de cambio de poder de compra- a USD 34.000 en 2035, como muestra el gráfico.
La consolidación del ordenamiento macroeconómico -superávit fiscal, acumulación de reservas en el BCRA, baja inflación-, se describe como un pilar necesario para que esa proyección, que resulta menos ambiciosa que la estimación del presidente Javier Milei, se cumpla. La historia mostrará si esto es suficiente.