Una pantalla muestra el resultado de un voto de confianza después de que el primer ministro francés, Francois Bayrou, no lograra obtener una mayoría durante una sesión extraordinaria en la Asamblea Nacional en París, Francia, el 8 de septiembre de 2025. REUTERS/Benoit Tessier

El Parlamento francés tumbó este lunes a su segundo gobierno en nueve meses durante un tenso debate consagrado a la deuda pública, entre llamados a celebrar nuevas elecciones legislativas e incluso a la dimisión del presidente, Emmanuel Macron.

Desde el fallido adelanto electoral de 2024, Francia vive una profunda inestabilidad política sin mayorías parlamentarias estables, en un contexto de elevada deuda pública: alrededor del 114% del PIB.

El último episodio de esta crisis fue la caída del primer ministro, François Bayrou, en un intento de convencer a los diputados de apoyar su plan presupuestario para 2026, que prevé 44.000 millones de euros (51.600 millones de dólares) de recortes.

Aunque no estaba obligado a ello, Bayrou, de 74 años, decidió someterse a una moción de confianza que perdió. Un total de 364 diputados votaron en contra, entre ellos las oposiciones de izquierda y ultraderecha, así como algunos diputados aliados del gobierno y solamente 194 lo respaldaron.

“Ustedes pueden derrocar al gobierno, pero no pueden borrar la realidad”, urgió en vano a los parlamentarios, a quienes alertó, entre interrupciones, de la situación de “emergencia vital” que enfrenta la segunda economía de la UE por su “sobreendeudamiento”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro francés, François Bayrou, se estrechan la mano. Christophe Ena/vía REUTERS

El cuarto primer ministro de Macron desde 2022 debe presentar su dimisión oficialmente el martes, según su entorno. En la noche del lunes, debe reunir a su gobierno para un “momento distendido”.

¿Nuevas elecciones?

Su plan de recortes, que incluía la supresión de dos días feriados, relanzó el malestar social. Este lunes, se convocaron concentraciones ante alcaldías para celebrar su marcha.

Sin embargo, las autoridades tienen la vista puesta en una jornada de protestas el miércoles, impulsada a través de las redes sociales bajo el lema “Bloqueemos todo”, y en la huelga “masiva” convocada el 18 de septiembre por los sindicatos.

En este contexto, la presión se cierne sobre Macron, que tiene ante él varias soluciones, ninguna de ellas exenta de riesgos.

La líder ultraderechista, Marine Le Pen, estimó que Macron tiene la “obligación” moral de convocar elecciones legislativas anticipadas.

François Bayrou habla durante un debate previo a una moción de confianza. REUTERS/Benoit Tessier

Le Pen no podría presentarse a los comicios al estar condenada a una pena de inhabilitación por malversación de fondos públicos europeos. Su juicio en apelación tendrá lugar entre el 13 de enero y el 12 de febrero próximos.

Según los sondeos, estos comicios dejarían de nuevo una Asamblea dividida en tres bloques –izquierda, centroderecha y ultraderecha– y sin mayorías estables, aunque con un ascenso del partido de Le Pen y una caída del oficialismo.

¿Nuevo primer ministro?

Otra opción es el nombramiento de un nuevo primer ministro, que se enfrentaría al reto patente de conciliar los reclamos dispares de la oposición.

Macron abogó la semana pasada por mirar a su izquierda e intentar atraer a la oposición socialista al gobierno actual, formado por su alianza centrista y el partido conservador Los Republicanos (LR).

Estamos listos, que venga a buscarnos”, aseguró este lunes el diputado socialista, Boris Vallaud, quien precisó, no obstante, que corresponde ahora formar gobierno a la “izquierda”, vencedora de las legislativas de 2024.

El ex primer ministro y diputado oficialista Gabriel Attal propuso por su parte un “acuerdo de interés general” entre fuerzas políticas durante los próximos 18 meses para superar el bloqueo hasta el final del mandato de Macron en 2027.

¿Dimisión de Macron?

Sin embargo, las líneas rojas y los vetos cruzados de cada partido vuelve casi imposible garantizar una mayoría estable, en un contexto de presión creciente en los mercados para que Francia sanee sus cuentas públicas.

El viernes, la agencia Fitch tiene previsto anunciar su nueva calificación de la deuda soberana de Francia. En marzo ya advirtió que la degradaría si no lograba aplicar un “plan creíble” que permita reducirla a medio plazo.

La caída de un nuevo gobierno podría abocar a Macron a la dimisión. El presidente ya descartó este escenario, que un 64% de franceses quiere según un sondeo reciente de Odoxa-Backbone, y que la izquierda radical ya reclama.

“Bayrou cayó (…) Macron ahora está en primera línea frente al pueblo. Él también debe irse”, escribió el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon en la red social X.

(AFP)