Tras la muerte del Papa Francisco, comienzan a regir los protocolos previstos para el deceso de un pontífice, tal como lo establece el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el conjunto de normas que rige los funerales papales. En una entrevista brindada a Infobae en vivo, el padre Manolo, Doctor en Teología y conocedor del funcionamiento del cónclave y de los ritos vaticanos, brindó una detallada explicación sobre los pasos a seguir, así como una reflexión espiritual sobre el legado del primer Papa argentino.

“El Papa falleció el Lunes del Ángel, que en Italia tiene una significación muy profunda: es el día en que el ángel anuncia que el sepulcro está vacío. En ese contexto pascual, su muerte cobra una dimensión de esperanza. No es un día de pura tristeza, sino también de fe”, expresó Manolo, quien estudió en Roma y trabajó durante meses en los archivos vaticanos.

El sacerdote explicó que el protocolo establecido por el propio Francisco al modificar las normas papales prevé una serie de actos precisos.

En primer lugar, la constatación de la muerte no se realiza en su habitación, sino en una capilla del Vaticano, donde se certifica oficialmente el fallecimiento. Luego, se sella el lugar donde vivió y se rompe el anillo del pescador, símbolo de su autoridad como pontífice.

Respecto al funeral, el padre Manolo indicó que Francisco solicitó un sepelio austero. “Pidió que no se lo exponga en un catafalco, sino en un simple féretro de zinc, sin báculo papal. Tampoco quiso el esquema tradicional de tres ataúdes (de ciprés, plomo y bronce). Eligió lo más sencillo posible. Frente a la muerte, estamos ante la desnudez del yo”, detalló.

La sepultura se realizará entre el cuarto y el sexto día posterior al fallecimiento, como indica el protocolo. Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, fuera del Vaticano, en la cripta lateral donde también reposa el escultor Gian Lorenzo Bernini. El Papa eligió ese lugar por su profunda devoción a la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, ante la cual oraba antes y después de cada viaje apostólico.

El padre Manolo contó que el Papa Francisco solicitó “un sepelio austero” y reveló donde pidió ser enterrado

El padre Manolo recordó con emoción un momento personal con el Papa: “Cuando me nombró juez del tribunal de nulidades matrimoniales, me acompañó hasta el ascensor y me dijo: ‘Nunca te olvides de la misericordia. La gente que viene a verte es gente que sufre’. Ese gesto de humildad me marcó para siempre. Él nunca te recibía desde una posición superior. Se sentaba al lado tuyo”.

También lamentó que Francisco no haya regresado a Argentina, siendo el primer Papa que no vuelve a su país de origen. “Le pesaba. Juan Pablo II fue a Polonia, Benedicto XVI a Alemania… Él no pudo venir. Y creo que parte de eso se debe a que algunos sectores intentaron utilizar su figura para dividir, cuando el Papa es, por definición, una figura de unidad”, afirmó.

Consultado sobre el proceso de elección del nuevo pontífice, Manolo explicó que en los próximos días comenzará el período de Sede Vacante, y luego se convocará al cónclave. “El cónclave es un evento profundo, no solo institucional. Allí se elige a un nuevo sucesor de Pedro. Como dice la teología: Ubi Petrus, ibi Ecclesia. Donde está Pedro, está la Iglesia. Es un momento de oración, de discernimiento y de comunión”, subrayó.

Finalmente, el sacerdote reflexionó sobre la muerte como parte del mensaje cristiano: “Francisco predicó hasta el final sobre el amor. Como dice San Juan de la Cruz: al final seremos examinados sobre el amor que dimos, no el que recibimos. El Papa vivió con esa lógica, con gestos concretos. Su muerte, sencilla y sin honores exagerados, es un mensaje más de su vida: humildad hasta el último instante”.

Luego del funeral, el padre Manolo dijo que se celebrarán los novenarios, es decir, nueve días de oración por el alma del pontífice. Este período antecede la convocatoria del cónclave, cuyo proceso comenzará formalmente pasados 15 días del sepelio.

“Actualmente hay 252 cardenales, de los cuales 117 tienen más de 80 años y, por tanto, no pueden votar. Solo los 135 electores menores de 80 años participarán en la elección del nuevo Papa”, explicó el sacerdote.

Durante el período de Sede Vacante, dos figuras adquieren protagonismo. Por un lado, el cardenal camarlengo, actualmente el estadounidense Kevin Farrell, responsable de la administración de los bienes de la Santa Sede. Por otro, el decano del Colegio Cardenalicio, Leonardo Sandri, encargado de convocar y preparar a los cardenales para las congregaciones generales y el cónclave.

“Estas congregaciones generales son fundamentales, porque muchos cardenales no se conocen entre sí. Francisco nombró cardenales de 94 países, promoviendo una verdadera universalidad dentro de la Iglesia. Cuatro de cada cinco cardenales fueron designados por él desde 2013”, destacó Manolo.

Consultado sobre la danza de nombres que circula en torno al próximo pontífice, el padre Manolo se refirió a la posibilidad de una elección histórica. “Hay voces que hablan de un candidato africano, lo cual abriría una nueva puerta. Sería un signo de inclusión y renovación. La Iglesia tiene que mostrar apertura, como lo hizo Francisco al abrir la Puerta Santa del Jubileo en una cárcel el pasado 24 de diciembre”, señaló.

El sacerdote también compartió una anécdota sobre el cónclave que eligió a Jorge Bergoglio en 2013. “Francisco ya había recibido muchos votos en el cónclave anterior, el que eligió a Benedicto XVI. Fue impulsado por el cardenal Carlo Maria Martini, de Milán. Durante las congregaciones generales previas, el cardenal de La Habana le pidió a Bergoglio que escribiera sus ideas y él anotó en un papel: La Iglesia no puede ser autorreferencial. Debe dejar de ser la mujer encorvada que se mira a sí misma. Tiene que mirar al mundo, incluir, dialogar, comunicar, concluyó.

La entrevista completa al padre Manolo Fernández