El precio del oro superó este jueves los USD 4.200 la onza por primera vez, ya que la incertidumbre económica empuja a los inversores hacia activos considerados más seguros. El desempeño del metal dorado es más que llamativo en 2025, pues su ascenso se da en un inusual marco de máximos históricos para los índices accionarios de Wall Street.
En perspectiva histórica, el precio del oro, por su ponderación como activo de refugio, se beneficia de períodos bajistas para los activos bursátiles y de crisis económicas que, en lo inmediato, no están presentes. El oro marca una suba de 2% en el día, un 16% a lo largo de octubre, y esta se amplía a 55% en el transcurso de 2025.
“En términos técnicos, este desplazamiento al alza representa un claro punto de inflexión en el ciclo alcista del mercado de metales, situando el precio en niveles de sobrecompra que invitan a cautela. El avance se sustentó en un entorno macro marcado por el retorno de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que reactivaron la demanda por instrumentos considerados de refugio. A ello se sumaron expectativas firmes de que la Reserva Federal suavice su política monetaria, lo que redujo el costo de oportunidad de mantener activos no remunerados como el oro, favoreciendo su atractivo relativo frente a activos de riesgo”, evaluó Antonio Montiel, director de Análisis de ATFX Education.
¿Por qué suben los precios?
La cotización del oro sigue subiendo mientras los inversores buscan un lugar seguro donde mantener su capital en un momento de incertidumbre geopolítica, con el cierre del Gobierno estadounidense ya en su segunda semana. Los analistas afirman que los inversores no se centran únicamente en su capacidad contrarrestar la inflación.
1) Guerra comercial. Gran parte de la reciente agitación económica se deriva de las guerras comerciales de Donald Trump. Desde principios de 2025, los nuevos aranceles impuestos a las mercancías procedentes de todo el mundo que llegan a Estados Unidos pusieron a prueba tanto a las empresas como a los consumidores, inflando los costos y debilitando el mercado laboral.
2) Incertidumbre económica. Debido al aumento de los costos y a unas perspectivas inciertas, la contratación de personal se desplomó, y cada vez son más los consumidores que expresan su pesimismo sobre las perspectivas económicas de Estados Unidos. El cierre de la Administración en Washington agravó esta inquietud. Los datos económicos clave se retrasaron y dejaron a los inversores a oscuras sobre el verdadero estado de la economía estadounidense.
3) Tasas y dólar. En este aspecto, Giovanni Staunovo, analista de materias primas de UBS Global Wealth Management, explicó a AP que la suba del oro tiene que ver con la continua debilidad del dólar estadounidense y los nuevos recortes de tipos de la Reserva Federal de EEUU. El mes pasado, la Reserva Federal recortó en un cuarto de punto su principal tipo de interés, y prevé hacerlo dos veces más este año. El oro se cotiza en dólares estadounidenses, lo que significa que cuando la divisa pierde valor, el metal resulta relativamente más barato para los compradores extranjeros.
4) Compras institucionales. Antonio Montiel, de ATFX , destacó el rol de los “flujos de capital institucional -en particular de bancos centrales-, que continuaron orientándose hacia compras sistemáticas del metal, en el marco de estrategias de diversificación de reservas tanto en economías emergentes como en países desarrollados. Este aliento estructural de demanda soberana confiere una mayor sustentación al movimiento, mitigando parcialmente el riesgo de ajustes abruptos. No obstante, dado que ya se registran cuatro sesiones consecutivas de subidas, existe una probabilidad real de que el mercado empiece a experimentar una corrección técnica en los próximos días, sobre todo si emerge algún catalizador para toma de utilidades o una revisión hacia políticas monetarias más restrictivas. En resumen, el cierre al alza más allá de los USD 4.200 señala un sesgo claramente positivo en el mercado de oro, pero no elimina la necesidad de evaluar con disciplina los factores de riesgo en juego».
“Si bien los mercados bursátiles han obtenido buenos resultados este año, el oro ha sido una superestrella”, afirmó Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell. “Tradicionalmente, los inversores se abastecían de oro cuando los mercados se mostraban pesimistas, no cuando iban viento en popa. Esto demuestra que los inversores están cubriendo sus apuestas, sobre todo porque cada vez preocupa más que la euforia en torno a la IA haya ido demasiado lejos y la burbuja pueda estallar en algún momento”, apuntó.
Las ventas de oro suelen aumentar exponencialmente cuando los inversores buscan inversiones seguras para su dinero y no encuentran opciones viables en el mercado bursátil. Incluso antes del cierre del gobierno de los EEUU, el oro registró ganancias espectaculares cuando el aluvión de aranceles del presidente Donald Trump lanzó a la economía mundial al limbo.
Más recientemente, la caída de los tipos de interés ha impulsado aún más el atractivo del oro, ya que las inversiones que devengan intereses prometen rendimientos más bajos. Otros metales preciosos también se estuvieron revalorizado en medio de la incertidumbre. Los futuros de la plata han subido más de un 65% desde enero, cotizando por encima de los 48 dólares la onza el miércoles por la mañana en Europa.
Ante la elevada demanda de inversión, Goldman Sachs elevó su previsión para los metales preciosos de 4.300 a 5.000 dólares por onza a finales de 2026. “Hay una tendencia creciente a alejarse de la estructura clásica de cartera con un 60% en acciones y un 40% en bonos. En el entorno actual, se recomienda invertir alrededor de un 20% en alternativas como metales preciosos y criptomonedas”, afirmó a AP Alex Kuptsikevich, analista jefe de mercados de FxPro.
No todo brilla para el oro
Los defensores de la inversión en oro la califican de “refugio seguro”, argumentando que la materia prima puede servir tanto para diversificar y equilibrar su cartera de inversiones, como para mitigar posibles riesgos en el futuro como cobertura contra el aumento de la inflación. A algunos también les reconforta comprar algo tangible que puede revalorizarse con el tiempo.
Aun así, los expertos advierten del peligro de poner “todos los huevos en la misma canasta”. Y no todo el mundo está de acuerdo en que el oro sea una buena inversión. Los críticos dicen que este metal precioso no siempre brinda la cobertura contra la inflación que muchos afirman y que hay formas más eficientes de protegerse contra la pérdida potencial de capital, como las inversiones basadas en derivados.
“Muchos participantes en el mercado perciben el oro como un activo refugio. Pero los inversores deben ser conscientes de que tiene una volatilidad del 10% al 15%“, señaló Staunovo. Añadió que las cantidades más pequeñas de oro físico, como las monedas de oro o los lingotes de 1 gramo, presentan mayores oscilaciones entre los precios de compra y de venta.
La Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas de EEUU también advirtió anteriormente a la gente debe tener cuidado a la hora de invertir en oro. Según la Comisión, los metales preciosos pueden ser muy volátiles y los precios suben cuando aumenta la demanda. Esto significa que “cuando la ansiedad o la inestabilidad económica son elevadas, quienes suelen beneficiarse de los metales preciosos son los vendedores”. La Comisión resaltó, además, que es importante tener cuidado con posibles estafas y falsificaciones en el mercado.