El opositor Félix Maradiaga acusó este miércoles al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de mantener a Nicaragua sometida a un “aislamiento enfermizo del mundo civilizado”, como parte de sus prácticas autoritarias y criminales.
Maradiaga, uno de los disidentes despojado de su nacionalidad y expulsado del país junto con otras 221 personas en febrero de 2023, se refirió a la reciente decisión del binomio gobernante de expulsar a cualquier embajador que se “entrometa” en sus asuntos internos, y advirtió del avance represivo que ello representará en la nación.
“Las más recientes declaraciones del dictador Daniel Ortega, amenazando con expulsar a cualquier diplomático que ‘se entrometa en los asuntos internos’ de Nicaragua, no son otra cosa que una confirmación de su aislamiento enfermizo del mundo civilizado y su profundo desprecio por el derecho internacional”, apuntó.
Maradiaga señaló que este tipo de amenazas por parte del régimen no son aisladas, sino que se enmarcan en un “patrón sistemático de agresión a la comunidad internacional que se ha atrevido a denunciar sus crímenes”, pese al historial de expulsar a disidentes y cerrar oficinas de derechos humanos en el país, y que, solo por ello, quedarán expuestas a correr una suerte similar.
Bajo el mandato de Ortega, más de 5.670 organizaciones civiles, incluidas universidades y organizaciones humanitarias, han sido disueltas, mientras que la propaganda suele estar monopolizada por canciones vacías y carentes de sustancia, que permiten silenciar las críticas.
“Lanzan improperios musicales como si una canción de propaganda pudiera sustituir el principio de legalidad internacional. Lo más grotesco de este discurso es que se atreve a hablar de soberanía quién ha hipotecado la nación a intereses extranjeros”, sin considerar el bienestar de su pueblo, denunció.
“Ortega no ha tenido reparo alguno en permitir la injerencia descarada de regímenes autoritarios como Cuba, Rusia y China en los asuntos más sensibles del Estado nicaragüense. Ha entregado datos, infraestructura estratégica, y hasta territorio nacional, en nombre de alianzas ideológicas que no buscan el bien de Nicaragua, sino el control absoluto de su pueblo”, insistió en ese sentido, e instó a la comunidad internacional a “no ceder ante la intimidación” ni “retroceder”, sino a “redoblar esfuerzos para que Nicaragua vuelva a ser una república libre, no un enclave del capricho dictatorial”.
Este martes, Ortega anunció la nueva política de expulsión de diplomáticos durante un acto público con militares, que implicará que cualquier embajador que -a su juicio- busque influir en la política interna de Nicaragua será expulsado del país.
En sus declaraciones, el sandinista se hizo eco de la decisión del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, tras convocar al encargado de negocios de Estados Unidos, Mike Hammer, acusándolo de conducta irrespetuosa.
Según sostuvo, aquel acto expuso los deseos de algunas naciones de “mandar” en países soberanos y enfatizó que, por tanto, aquellos diplomáticos que no respeten la política interna de Nicaragua deberán marcharse y hacer sus declaraciones en el extranjero.
Hammer “empezó a querer mandar en Cuba, o sea, se sentía delegado del imperio, se sentía un cónsul del imperio norteamericano y que tenía bajo su dominio a Cuba (…) Aquí, nosotros ya tenemos bien claro nuestra posición frente a los embajadores que quieran entrometerse, y lo dice la canción ‘Soberanía’: Allá, afuera, que digan lo que quieran, pero aquí, en tierra Nica, donde ondea la bandera azul y blanco, que fue defendida por la bandera roja y negra de Sandino, aquí el que se trata de entrometer, ¡afuera!“, dijo en el acto.
La noticia llegó en un contexto de creciente tensión entre el país y la comunidad internacional, donde relaciones diplomáticas se ven afectadas por las posturas beligerantes del régimen de Ortega y sus alianzas ideológicas con otros regímenes autoritarios.
La comunidad internacional observa con cautela cada movimiento del binomio, evaluando las posibles repercusiones de sus acciones contrarias a normas establecidas del derecho internacional y diplomacia intergubernamental.
(Con información de EFE)