La revelación por parte de Ucrania de su misil de largo alcance ‘Flamingo’ subraya su estrategia de intensificar la respuesta asimétrica frente a la agresión rusa, buscando presionar a Moscú para sentarse en la mesa de negociaciones.
A pesar de los continuos ataques rusos y de los esfuerzos diplomáticos del presidente estadounidense Donald Trump, así como de la disposición de Kiev a declarar un alto el fuego, Ucrania pretende que sus ofensivas sobre territorio enemigo resulten más contundentes para Moscú.
El misil ‘Flamingo’ FP-5, con un alcance estimado en más de 3.000 kilómetros, podría ampliar significativamente el impacto de los ataques diarios con drones sobre infraestructuras militares y refinerías de petróleo en suelo ruso.
“Se han llevado a cabo pruebas exitosas de este misil y, hasta ahora, es el más avanzado que tenemos: vuela 3.000 kilómetros, lo que es crucial”, afirmó el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, en un encuentro con la prensa este miércoles, tras la revelación del proyectil por parte de su fabricante, Fire Point, ante medios ucranianos y extranjeros.
Zelensky advirtió sobre la necesidad de no divulgar más detalles del ‘Flamingo’ hasta que Ucrania disponga de “cientos de estos misiles”, y anunció planes para iniciar la producción masiva en pocos meses.
Disuasión contra Rusia
El misil, equipado con una ojiva de 1.150 kilos de peso, fue testado de modo exitoso hace meses, según informaciones recientes de medios como el ucraniano Dzerkalo Tizhnia (‘El Espejo de la Semana’).
La fabricación, según detalló la dirección de Fire Point, se realiza en un lugar seguro en los bosques de los Cárpatos.
“El productor ha priorizado tres aspectos clave: alcance, tamaño de la ojiva y capacidades de despliegue y lanzamiento rápidas”, indicó Dzerkalo Tizhnia, que difundió un vídeo del lanzamiento y aseguró que el misil ya había impactado objetivos en Rusia.
Con más de una tonelada de carga explosiva y un rango de 3.000 kilómetros, el ‘Flamingo’ permite atacar objetivos rusos hasta ahora fuera del alcance de los drones ucranianos, superando su capacidad de daño limitado.
Los materiales especiales empleados en su construcción reducen su detectabilidad frente a las defensas antiaéreas rusas, según el grupo de consultoría militar Defense Express.
Aunque solo una fracción de los misiles alcanzara sus objetivos, analistas estiman que podrían afectar de manera significativa la economía rusa al dañar infraestructuras críticas, incluyendo empresas clave del sector de defensa y refinerías de petróleo, imposibles de reubicar fuera del alcance del misil.
“Los misiles de largo alcance, producidos domésticamente, proporcionados por los aliados o desarrollados de forma conjunta, son un puntal de la respuesta asimétrica ucraniana a la agresión rusa y podrían influir en los cálculos estratégicos de Moscú”, afirmó a EFE Oleksí Mélnik, analista de seguridad del Centro de Estudios Razumkov en Kiev.
“Ésta es la mayor garantía de seguridad para Ucrania”, escribió en X el experto en misiles de la Universidad de Oslo Fabian Hoffman, quien señaló que, si Ucrania contara con varios miles de ‘Flamingo’, podría destruir el 25% de la economía rusa, volviendo “insostenible” la guerra para Moscú.
Una señal estratégica
El momento de la presentación del misil no es casual, sino “una señal consciente para fortalecer la posición negociadora del presidente (Volodímir) Zelenskiy, escribió el analista Oleksandr Kovalenko para el Grupo Resistencia Informativa.
Kovalenko y otros expertos lo interpretan como un mensaje a Trump de que Ucrania no cederá y cuenta con herramientas poderosas para continuar la lucha.
Algunos analistas, sin embargo, advierten sobre la necesidad de no sobrestimar el impacto inmediato del misil, dado que sistemas de esta complejidad suelen requerir años para desarrollarse y producirse en masa.
No obstante, Ucrania podría contar con la cooperación de aliados como Alemania, que en mayo se comprometió a colaborar en el desarrollo de armas de largo alcance para atacar objetivos en Rusia.
Actualmente, la dependencia de drones de largo alcance, cuya carga explosiva es 20 veces menor que la del ‘Flamingo’, surge de restricciones impuestas por socios extranjeros, en especial Estados Unidos bajo la administración de Joe Biden, respecto al uso de misiles occidentales sobre territorio ruso.
El jueves, Trump criticó estas limitaciones en sus redes sociales, subrayando que no se puede esperar que Ucrania tenga éxito sin la capacidad de contraatacar de forma efectiva.
La posición estadounidense ha generado expectativas en Kiev sobre la posibilidad de recibir apoyo para estos ataques o incluso cooperación directa, con el objetivo de presionar a Moscú para poner fin a la agresión.
(Con información de EFE)