En una audaz operación encubierta, el servicio de inteligencia israelí Mossad ha recuperado aproximadamente 2.500 documentos y objetos personales pertenecientes al legendario espía israelí Eli Cohen, según anunció hoy la Oficina del Primer Ministro de Israel. La revelación coincide con el 60º aniversario de la ejecución de Cohen en Damasco, ocurrida el 18 de mayo de 1965.
El archivo completo, que durante décadas estuvo custodiado bajo estrictas medidas de seguridad por los servicios de inteligencia sirios, fue localizado y extraído tras la caída del régimen de Assad en diciembre pasado. Según fuentes oficiales, la operación fue realizada en colaboración con un “servicio socio estratégico” no identificado.
“La recuperación de estos documentos representa un paso más en nuestro esfuerzo por localizar el lugar de sepultura de nuestro hombre en Damasco”, declaró David Barnea, director del Mossad, quien calificó a Cohen como “uno de nuestros mejores espías” y “una fuente de inspiración” para los agentes actuales de la agencia.
Entre los objetos recuperados se encuentran los pasaportes falsificados originales de Cohen, las llaves de su apartamento en Damasco, correspondencia entre el espía y altos funcionarios sirios, y mensajes y asignaciones que recibió del Mossad durante su misión. El archivo también contiene documentación de la vigilancia siria a Cohen mientras se reunía con altos funcionarios del gobierno.
Uno de los hallazgos más significativos es el testamento original y último mensaje que Cohen escribió antes de su ejecución, del cual hasta ahora solo se conocía una copia. Además, se recuperaron grabaciones en casete relacionadas con Cohen y documentación sobre la campaña pública que su esposa, Nadia, realizó ante líderes extranjeros y sirios para suplicar por la vida de su marido.
El primer ministro Benjamin Netanyahu y el director del Mossad se reunieron con Nadia Cohen para reiterarle promesas anteriores de encontrar el cuerpo de su esposo, que nunca ha sido recuperado.
En diciembre de 2022, el Mossad reveló definitivamente cómo Cohen fue capturado en 1965. Barnea divulgó el contenido del último cable que el espía envió a la agencia el 19 de enero de 1965, confirmando que fue interceptado por contraespionaje sirio. En el mensaje, Cohen informaba que el entonces presidente sirio Amin al-Hafez se había reunido con el alto mando militar sirio a las 5:00 p.m., poco antes de su captura.
“Eli Cohen no fue capturado porque enviara demasiadas transmisiones, porque no actuara según el protocolo o porque la sede lo presionara para transmitir con demasiada frecuencia”, afirmó Barnea, poniendo fin a décadas de debate sobre si Cohen fue capturado por exceso de presión de sus supervisores o por haber tomado demasiados riesgos.
Netanyahu, en su declaración sobre la recuperación del archivo, manifestó que estos documentos “educarán a generaciones y expresan nuestro compromiso incansable de devolver a todas nuestras personas desaparecidas, prisioneros de guerra y rehenes”.
Cohen se infiltró en los niveles más altos del liderazgo político sirio en los años previos a la Guerra de los Seis Días de 1967, y la información que obtuvo se considera crucial para el sorprendente éxito militar de Israel en ese conflicto. Bajo la identidad falsa de Kamel Amin Thaabet, un empresario con fuertes vínculos con Siria, logró ganarse la confianza de numerosos funcionarios sirios de alto rango.
Durante su tiempo en Siria, Cohen organizaba lujosas fiestas para sirios adinerados, especialmente oficiales de seguridad, conectando a algunos con prostitutas y ocasionalmente prestándoles dinero. Este acceso privilegiado le permitió recopilar información vital sobre armamentos y planes militares sirios.
A pesar de sus éxitos, las sospechas crecieron tras el golpe militar de 1963 en Siria, que llevó a la cúpula a incrementar la vigilancia. Paralelamente, el gobierno sirio adquirió tecnología soviética para detectar transmisiones clandestinas. Esto permitió a los servicios de seguridad localizar la fuente de las transmisiones de Cohen, culminando en su detención.
Desde su ejecución, Israel ha buscado sin éxito recuperar sus restos. En 2019, circularon rumores de que Rusia, en coordinación con Siria, podría haber colaborado en esa tarea, pero el gobierno israelí nunca confirmó ninguna recuperación.
La operación del Mossad para recuperar este archivo constituye no solo un logro de inteligencia significativo, sino también un capítulo importante en los esfuerzos de Israel por honrar la memoria de uno de sus espías más emblemáticos, cuya contribución a la seguridad nacional sigue siendo reverenciada casi seis décadas después de su muerte.