El misterio del cadáver de Diego Fernández Lima, hallado 41 años después de su desaparición en una casa de la avenida Congreso junto a una propiedad donde vivió Gustavo Cerati recrudece con un nuevo capítulo. Ahora, hay un sospechoso, alguien que, según investigadores, conoció a la víctima en vida y residió en la casa donde se hallaron los restos.
Se trata, según confirman fuentes judiciales a Infobae, de Norberto Cristian Graf, de 58 años, registrado en los rubros de gestión de oficinas de ARCA, empleado de una conocida multinacional. Su dirección fiscal es, precisamente, la casa de la avenida Congreso donde vivió en su juventud, y donde se hallaron los huesos de Diego cuando un grupo de obreros realizaba una medianera en la casa donde vivió Cerati y se desmoronó un trozo de la tierra del jardín de los Graf.
Su nombre fue aportado por un testigo que se presentó en la fiscalía del caso, a cargo del doctor Martín López Perrando, ante la mediatización del caso. El dato sorprendió a los Fernández Lima. Según la fiscalía, Graf había pasado desapercibido para los familiares de Fernández Lima: no era de su círculo cercano de amistades del colegio ni del club Excursionistas, donde Diego jugaba al fútbol, de acuerdo a un comunicado publicado en el sitio de la Procuración. Sin embargo, 41 años después, su cadáver aparece en el jardín de su familia.
Hasta ayer, a pesar de la difusión de su nombre, Norberto Graf no se presentó en la fiscalía para brindar una explicación. Parece matemática, dos más dos. El cadáver de la víctima aparece en un pozo en el jardín de su compañero de colegio. Sin embargo, nada es tan sencillo como parece. El primer problema aquí es la letra de la ley.
Para empezar, Diego fue asesinado. El trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, citado por López Perrando, que identificó a Fernández Lima gracias al ADN hallado en sus huesos cotejado una muestra de su madre, determinó una muerte violenta y un posible intento de descuartizamiento.
“Se describe una lesión observada en la cuarta costilla derecha compatible con un objeto corto punzante y lesiones similares en algunas articulaciones. Hay marcas en el cuerpo que se corresponden con una muerte violenta y un intento de descuartizamiento, pero también puede tener que ver con un intento de manipular el cuerpo para proceder a la inhumación del mismo», señaló Mariella Fumagalli, directora del Equipo Argentino de Antropología Forense en Argentina
Pero, de acuerdo a la ley argentina, el crimen de Diego prescribió hace casi 20 años: el plazo que establece la ley para investigar el caso es de 25. No se trata de un hecho de lesa humanidad cometido por las fuerzas del Estado, el único crimen imprescriptible en el país. El responsable, o los responsables, de matar a Diego y encubrir el crimen no pagarán su culpa con cárcel.
¿Qué puede hacer el fiscal, entonces?
El abogado y docente Jorge Monastersky, en una columna publicada ayer por este medio, aseveró: “Como legalmente está extinguida, corresponde declarar la prescripción. Opera automáticamente por el mero transcurso del tiempo y debe ser declarada de oficio por el juez en cualquier estado del proceso. Esto significa que, al constatarse el vencimiento del plazo legal, la investigación no puede continuar, aun cuando exista voluntad del Ministerio Público Fiscal de avanzar».
De acuerdo a diversos trascendidos periodísticos, López Perrando evaluaría citar a Graf que, desde ya, no se encuentra imputado. Sin embargo, no habría castigo alguno, para nadie. Nadie puede obligar a nadie a responder por Diego Fernández Lima. “Si bien por el paso de los años, la acción penal está prescripta, desde la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°12 procuran avanzar con la investigación para reconstruir los hechos y cumplir con la tarea de poder brindarle a la familia de la víctima la verdad sobre lo sucedido», continúa el comunicado de la Procuración.
Esta paradoja automáticamente enfrenta una familia con una pregunta de manual: ¿qué hicieron los Graf, tantos años, con el cadáver de un compañero de su hijo en la tierra del jardín?