
El Mercosur decidió aceptar el aplazamiento solicitado por la Unión Europea para la firma del acuerdo de libre comercio, tras la falta de consenso entre los países del Viejo Continente y la frustración inicial de los socios sudamericanos.
La decisión se tomó en la reunión de ministros de Exteriores celebrada en Foz de Iguazú, Brasil, en la víspera de la Cumbre del Mercosur, donde los representantes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay manifestaron su disposición a esperar que la Unión Europea resuelva sus diferencias internas para poder suscribir el tratado lo antes posible.
El acuerdo, que lleva 26 años en negociaciones, es considerado estratégico tanto para el bloque sudamericano como para Europa.
La postura actual del Mercosur quedó reflejada en las declaraciones de sus principales autoridades. El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, expresó la expectativa de que la demora sea breve y subrayó la relevancia del tratado: “Esperamos que sea un aplazamiento corto, porque se trata de un acuerdo importante para el Mercosur y para el multilateralismo. Esperamos que ese acuerdo sea firmado lo más rápido posible”.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Uruguay, Mario Lubetkin, manifestó su desilusión por el retraso, aunque reiteró la voluntad de su país de avanzar en cuanto la Unión Europea alcance un consenso: “Nos gustaría expresar nuestra desilusión de no poder firmarlo en el día de mañana (por hoy), como estaba previsto, por la falta de consensos internos en el seno de la Unión Europea”.
El motivo principal del aplazamiento radica en la falta de apoyo suficiente dentro del Consejo Europeo, especialmente por el rechazo de Francia y las dudas de última hora de Italia. La Comisión Europea comunicó que aún necesita “algunas semanas o hasta un mes” para convencer a los países reticentes y propuso como nueva fecha tentativa el 12 de enero próximo, con la posibilidad de firmar el acuerdo en Paraguay, país que asumirá la presidencia temporal del Mercosur.
La reacción de los países sudamericanos osciló entre la frustración y la disposición a mantener el diálogo. Antes del anuncio europeo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, había advertido que este sábado sería el último plazo para la firma y que, de no concretarse, el Mercosur priorizaría acuerdos con otros socios.
Sin embargo, tras una conversación telefónica con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien solicitó paciencia y un aplazamiento de al menos un mes, Lula se comprometió a trasladar esa petición a sus pares en la cumbre.

En el encuentro ministerial, el canciller de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, reafirmó la voluntad de su país de avanzar hacia la concreción del acuerdo, pero insistió en la necesidad de mantener la confianza y el respeto a lo ya negociado: “Es fundamental que este proceso se desarrolle con necesario clima de confianza, un estricto apego a las disposiciones negociadas en el propio acuerdo que suscribimos en diciembre del año pasado en Montevideo”.
Ramírez Lezcano también advirtió que los mecanismos de salvaguardia aprobados por las autoridades europeas para proteger a los productores del continente deberán ser discutidos con el Mercosur, de modo que su aplicación sea compatible con lo acordado y preserve el equilibrio de derechos y obligaciones entre las partes.
De cara a los próximos pasos, la Comisión Europea se mostró confiada en poder superar las diferencias internas y concretar la firma en la nueva fecha propuesta. Paraguay, que asumirá la presidencia temporal del bloque, tendrá un papel central en la coordinación de los esfuerzos para alcanzar el objetivo.
El acuerdo, largamente esperado, sigue siendo una prioridad para los países del Mercosur, que insisten en que cualquier modificación deberá respetar los términos pactados en la última ronda de negociaciones.
En este contexto, Paraguay ha dejado claro que solo aceptará avanzar bajo las condiciones ya establecidas en Montevideo, reafirmando su compromiso con los términos originales del acuerdo.
Se levantaron algunos bloqueos en Francia
La situación en las carreteras de Francia mostró una mejora este sábado respecto a los días anteriores. La cantidad de bloqueos disminuyó después de la llamada a una tregua navideña por parte de los agricultores, aunque estos mantienen su descontento y advierten al Gobierno sobre la falta de soluciones.
El primer ministro, Sébastien Lecornu, intentó acercarse a los sindicatos este viernes, enviando un mensaje a las organizaciones gremiales donde propuso celebrar nuevas reuniones a comienzos de enero, después de los encuentros realizados en París que permitieron acordar la tregua.
En ese mensaje, Lecornu anunció también un fondo de ayudas de 11 millones de euros para “hacer frente al impacto económico inmediato” originado por las medidas para contener la epidemia de dermatosis nodular contagiosa, especialmente el sacrificio total de los animales en las explotaciones con casos confirmados en el suroeste del país.
El primer ministro pidió a los prefectos que “suspendan, hasta nuevo aviso, cualquier control de los agentes del Estado” en las explotaciones donde se realiza la campaña de vacunación, “salvo que exista una razón imperiosa”.
La Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores (FNSEA), principal sindicato agrario francés, respondió que siempre abogan por “la responsabilidad” y “el trabajo de fondo” mediante propuestas concretas, aunque lamentaron la ausencia de compromisos operativos adicionales por parte del Ejecutivo.
“Las respuestas esperadas, en particular sobre las indemnizaciones por los animales bloqueados, la seguridad económica de las explotaciones o el apoyo a los productores de cereales, no se han producido. Las cuentas no cuadran”, expresó la FNSEA en un comunicado difundido en sus redes sociales.
Este sindicato indicó que aguarda un documento de propuestas antes de la primera semana de enero y advirtió que, “de lo contrario, asumirá sus responsabilidades y decidirá el seguimiento que dar a la movilización”.
En la región suroeste, “la situación mejora con el levantamiento progresivo de los bloqueos”, según informó Vinci Autoroutes, empresa que gestiona autopistas en Francia.
A pesar de las mejoras, persisten algunas interrupciones, principalmente en la A64 (Toulouse-Bayona), que sigue cerrada en un tramo de unos 180 kilómetros entre Montréjeau y Briscous. También se reportan problemas puntuales en la A10 (París-Burdeos).