
Las autoridades de Egipto defendieron este jueves que el acuerdo firmado con Israel para la importación de gas natural por 35.000 millones de dólares es “una transacción puramente comercial” que no implica ningún entendimiento político entre ambos países. El contrato, anunciado oficialmente el miércoles por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, prevé la venta de 130.000 millones de metros cúbicos de gas al país norafricano en dos fases, extendiéndose hasta 2040 y, según el propio mandatario, representa “el mayor pacto de este tipo en la historia de Israel”.
En un comunicado, Diaa Rashwan, presidente del Servicio Estatal de Información de Egipto (SIS) y portavoz del Gobierno, afirmó que el acuerdo se alcanzó exclusivamente sobre “consideraciones económicas y de inversión”. Rashwan subrayó que no existe ninguna “dimensión ni entendimiento político” detrás de la operación, agregando que responde a “un claro interés estratégico para Egipto al fortalecer su posición como único centro regional para el comercio de gas en el Mediterráneo Oriental”. Además, negó cualquier “intervención gubernamental directa”.
Pese a estas aclaraciones, la firma del contrato generó un fuerte revuelo entre la opinión pública egipcia y el mundo árabe. Las críticas se intensificaron debido a la postura abiertamente crítica del Gobierno egipcio frente a Israel desde el estallido de la guerra en Gaza, en medio de acusaciones de “doble moral” a países occidentales que, mientras condenan el conflicto, mantienen la venta de armamento a Israel.
El acuerdo, inicialmente alcanzado en agosto y anunciado por la empresa israelí NewMed Energy, prevé que la primera fase, programada para iniciar en la primera mitad de 2026, incluya la venta de 20.000 millones de metros cúbicos de gas. Esta etapa está supeditada a la finalización de una nueva tubería desde el yacimiento israelí y la puesta en operación de la línea de transmisión entre las localidades de Asdod y Ascalón. La segunda fase contempla la venta de 110.000 millones de metros cúbicos adicionales, una vez finalice la ampliación del yacimiento Leviatán, operado en colaboración con el gigante estadounidense Chevron.
Egipto enfrenta importantes desafíos energéticos y busca consolidarse como un punto central de distribución de gas en la región. En los últimos años ha tenido que equilibrar la necesidad de satisfacer la demanda interna con su objetivo de convertirse en un hub regional, según datos proporcionados por diplomáticos a Reuters y recogidos por AFP.
El contexto político en Egipto sigue siendo complejo. Desde la firma del tratado de paz entre ambos países en 1979, las relaciones han sido funcionales pero marcadas por la cautela, dadas las tensiones populares y la solidaridad con la causa palestina. Rashwan reiteró el jueves que la posición de Egipto respecto a Palestina “es firme e inquebrantable”, fundamentada en el apoyo a los derechos legítimos del pueblo palestino y la defensa de la solución de dos Estados.
A raíz de la guerra en Gaza, El Cairo ha desempeñado un papel clave como mediador, junto a Estados Unidos y Catar, en las negociaciones para un alto el fuego entre Israel y el grupo palestino Hamas. A pesar de mantener una cooperación cercana a nivel de seguridad y comercio, las autoridades egipcias han evitado en varias ocasiones confirmar públicamente interlocutores diplomáticos israelíes, para minimizar el descontento de la población.
Por último, Rashwan señaló que el calendario del anuncio no influye en el carácter exclusivamente comercial del contrato, resaltando que el pacto es fruto de negociaciones previas y refleja tendencias del mercado energético.
(Con información de AFP y EFE)