El año pasado, las ventas externas de maní sin cáscara, que incluyen el maní con piel y el blancheado, generaron 949 millones de dólares (Foto: Shutterstock)

El maní argentino atraviesa un momento histórico. Tras el récord alcanzado en la campaña 2023/24, la oleaginosa volvió a superar sus propias marcas tanto en superficie sembrada como en volumen de exportaciones, consolidando una tendencia alcista que se viene observando en los últimos años.

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), basado en estimaciones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP), la superficie implantada con maní en la campaña 2024/25 trepó a 532.991 hectáreas, lo que representa un 23% más que en el ciclo previo. De esta manera, se trata de la mayor área sembrada en la historia del cultivo en Argentina.

El aumento de superficie vino acompañado de un incremento en la producción. La SAGyP estimó que el volumen cosechado será de 1.810.000 toneladas, un 22% superior al ciclo anterior.

En la campaña 2023/24, la producción había sido récord con casi 1,5 millones de toneladas en 434.000 hectáreas. Pero las primeras proyecciones para el ciclo actual ya preveían un nuevo salto: en octubre pasado, cuando comenzaron las implantaciones, la SAGyP hablaba de 445.000 hectáreas. Sin embargo, a medida que avanzaron las siembras y la cosecha, las estimaciones se ajustaron progresivamente al alza hasta llegar a los números actuales.

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A nivel provincial, Córdoba se consolidó como la principal productora, concentrando el 70% de la superficie nacional con más de 374.000 hectáreas. Le siguieron Buenos Aires, con casi 85.000 hectáreas (16%), y La Pampa, con 37.000 hectáreas (7%).

Si el análisis se desagrega a nivel de delegaciones, Río Cuarto lidera con 140.000 hectáreas, seguida por Laboulaye (111.000), Villa María (69.800) y Marcos Juárez (36.000), todas en Córdoba. A continuación se ubican General Pico, en La Pampa, con 35.000 hectáreas, y las bonaerenses Pehuajó y Lincoln, ambas también con 35.000.

El crecimiento fue particularmente notorio en delegaciones como General Pico, que sumó 18.000 hectáreas respecto de la campaña anterior, Pehuajó (+17.000) y Laboulaye (+15.000). La BCR destacó que “las estimaciones de superficie fueron revisadas al alza en numerosas ocasiones a medida que avanzaban las siembras y luego las cosechas”.

En cuanto a rindes, el promedio nacional se ubicó en torno a 34 quintales por hectárea, en línea con la campaña previa y un 2% por encima del promedio de los últimos cinco ciclos, exceptuando al 2022/23, que estuvo fuertemente afectado por la sequía.

Exportaciones: un liderazgo global

El salto productivo se tradujo en un fuerte desempeño externo. La BCR destacó que “el complejo maní viene sorprendiendo positivamente en los últimos años y todo indica que este año no será la excepción”.

En lo que va de 2025, hasta julio, Argentina exportó 462.884 toneladas, un 47% más que en igual período de 2024. Se trata del volumen más alto en más de 12 años. En valor, el acumulado de los primeros siete meses del año alcanzó USD 677 millones, también récord para ese lapso.

De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), Argentina se consolidará en la campaña 2024/25 como el primer abastecedor mundial de maní, con despachos por 1,35 millones de toneladas, por encima de India (0,98 Mt) y China (0,65 Mt).

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En cuanto a los productos exportados, el maní sin cáscara concentró la mayor parte de las ventas, con USD 527 millones, seguido por maní tostado y manteca (USD 81 millones), aceite de maní (USD 64 millones) y pellet/expeller (USD 5,1 millones). La participación del maní sin cáscara en las exportaciones del complejo ronda el 80% desde 2020, cuando en años previos apenas alcanzaba entre el 20 y el 35%.

El informe recordó además que, a partir del Decreto 38/2025, publicado en enero, se redujeron de 3% a 0% los derechos de exportación para el maní blancheado en envases de hasta 2 kilos. También se eliminaron las retenciones del 5% sobre los subproductos sólidos de la industrialización (tortas, expellers, pellets, harinas), lo que constituye un incentivo adicional para la exportación con valor agregado.

El rol de los precios internacionales

El crecimiento en valor de las exportaciones no se explica solo por mayores volúmenes, sino también por la evolución de los precios internacionales. Según la BCR, “se verificó un incremento general en los precios FOB de exportación del complejo, con especial incidencia en el maní sin cáscara”.

Este producto experimentó un alza casi ininterrumpida desde comienzos de 2023, con un pico en la primera parte de 2024. Desde entonces, los precios comenzaron a ceder, aunque se mantuvieron por encima del promedio histórico durante todo el año.

En 2025, los primeros cinco meses mostraron precios inferiores a los de 2024, aunque todavía elevados en términos históricos. En julio, el valor promedio FOB del maní sin cáscara se ubicó en USD 1.317 por tonelada, un 19% menos que en igual mes del año pasado.

La BCR advirtió que, de mantenerse las condiciones de mercado, se espera que el resto de 2025 las exportaciones se negocien a precios más bajos que en 2024 y la primera parte de este año. Esto se explica porque los altos precios de 2023 y 2024 respondieron a una contracción de la oferta global en el ciclo 2022/23, que afectó a países clave como Argentina, Estados Unidos e India.

De cara a la nueva campaña, el USDA proyecta una producción mundial récord de maní, aunque con stocks finales relativamente bajos por la firmeza de la demanda. Para el ciclo 2025/26 se prevé una leve baja en la producción global y un pequeño aumento en las existencias, lo que permite prever un escenario de equilibrio relativo entre oferta y demanda.