La muerte de Ozzy Osbourne a los 76 años dejó un vacío irreemplazable en la historia del rock mundial. Figura esencial del heavy metal, referente y protagonista de uno de los recorridos más salvajes, complejos y fascinantes del espectáculo global, fue además un artista profundamente querido en Argentina. A lo largo de siete conciertos distribuidos entre su carrera solista y sus apariciones con Black Sabbath, construyó un vínculo afectivo con el público local que se sostuvo en el tiempo. La noticia de su fallecimiento desató una catarata de homenajes en redes sociales, declaraciones de músicos argentinos y rescates de imágenes que trazaron un recorrido emotivo por su paso por el país.
En 1992, Black Sabbath se presentó por primera vez en Argentina, pero con Ronnie James Dio en la voz. Esa formación, que integraban también Tony Iommi, Geezer Butler y Vinny Appice, estaba de gira con el disco Dehumanizer y ofreció dos fechas en el Estadio Obras Sanitarias, el 3 y 4 de julio. En ese entonces, Ozzy ya no era parte del grupo. Lo mismo ocurrió el 3 de septiembre de 1994, cuando la banda británica formó parte del festival Monsters of Rock en el Estadio de River, acompañada por Slayer, Hermética y Kiss. Aquella versión de Sabbath tenía como cantante a Tony Martin.
El debut de Ozzy con público argentino ocurrió finalmente el 10 de septiembre de 1995, durante una nueva edición de Monsters of Rock, en el Estadio Ferro. El show fue compartido con nombres como Faith No More, Megadeth y Alice Cooper. Dos días después, el 12 de septiembre, ofreció un recital solista en Obras Sanitarias, con un repertorio que combinaba sus clásicos propios con temas históricos de Black Sabbath como “Paranoid” o “War Pigs”. La respuesta del público fue inmediata y explosiva.
Durante años, el artista se refirió de forma elogiosa a sus fanáticos argentinos. En una entrevista realizada por Mario Pergolini para Telefe Noticias, Osbourne declaró: “Los argentinos se ponen recontra locos, me encanta cuando saltan”. Luego agregó: “Hacen que mi corazón palpite, es hermoso. El único lugar en el mundo en donde pasa eso es en Argentina. Y es verdad”. Con su característico humor negro, remató la frase con un gesto hacia abajo y la sentencia: “Después de Argentina, todo va así…”.
El regreso a los escenarios locales ocurrió el 27 de marzo de 2011, cuando se presentó en el Estadio GEBA como parte del Scream Tour. El show estuvo antecedido por un contexto inestable: originalmente iba a realizarse en el Estadio de Racing, pero debió mudarse por baja venta de entradas. El alto costo de los tickets, sumado a la concentración de recitales de heavy metal esa semana (con visitas de Iron Maiden, Slash y Motörhead), afectó la convocatoria. De todas formas, lo que sucedió esa noche en Buenos Aires fue recordado como uno de los recitales más energéticos de su etapa solista. El pogo durante la participación de Sepultura como banda soporte fue brutal, y Ozzy entró en escena lanzando espuma al público, con “Bark at the Moon” como apertura y una manguera en mano. Durante el momento de “Crazy Train”, un tren real pasó por detrás del escenario, generando una coincidencia insólita. El cierre fue con “Paranoid”, en medio del delirio de los fans.
En 2013, Ozzy volvió al país como líder de Black Sabbath, esta vez sí en su formación fundacional. El 6 de octubre, en el Estadio Único de La Plata, ofrecieron un show potente en el marco del Reunion Tour. Lo acompañaron Tony Iommi, Geezer Butler y Tommy Clufetos en batería. Fue la presentación oficial del disco 13, pero el foco estuvo puesto en las piezas más emblemáticas de la era clásica, como “Iron Man”, “N.I.B.” y “Children of the Grave”.
Tres años más tarde, la despedida definitiva de Sabbath tuvo lugar en Argentina. La gira The End Tour pasó por Córdoba y Buenos Aires con dos funciones que cerraron la historia de la banda con Osbourne al frente. El 23 de noviembre de 2016, en el Orfeo Superdomo, y el 26 del mismo mes, en el Estadio Vélez, la agrupación británica repasó su repertorio con emoción y contundencia. En la noche porteña, Ozzy se mostró visiblemente conmovido por la conexión con los asistentes.
La última vez que el cantante estuvo en el país fue el 11 de mayo de 2018, nuevamente como solista. La gira No More Tours II pasó por el Estadio Obras Outdoors. A sus 69 años, con dificultades físicas pero el carisma intacto, brindó una presentación sólida ante más de 10 mil personas. Fue el adiós definitivo.
Con su fallecimiento, los mensajes de despedida no se hicieron esperar. Pergolini compartió una historia con una foto reciente del músico y escribió: “Ozzy… Gracias. En serio. Gracias. Q.E.P.D”. Fito Páez posteó una imagen de uno de sus últimos shows con la frase: “Chau Ozzy. Love iu. Y gracias x este álbum. RIP”. Juanchi Baleirón, cantante de Los Pericos, fue más directo: “Se fue dándolo todo. Inventó un género con Sabbath. Hizo toda su vida lo que se le cantó el orto. Y se despidió en su ciudad con su banda de barrio. Gracias siempre gordo hermoso”.
También participaron de los homenajes figuras como Dillom, que compartió una historia con “Electric Funeral” de fondo, y la fotógrafa Nora Lezano, quien publicó retratos inéditos de Ozzy tomados en 1995. Sofía Gala Castiglione fue otra integrante del selecto grupo y sumó una imagen de archivo en blanco y negro del cantante en pleno escenario, con un sweater ajustado y tatuajes visibles en los antebrazos.
Ozzy Osbourne transformó el rock pesado en un fenómeno cultural global. Desde sus orígenes en Birmingham hasta sus shows de despedida, se mantuvo fiel a un estilo que combinaba oscuridad, teatralidad, humor, vulnerabilidad y provocación. En Argentina, su historia está marcada por siete conciertos que fueron desde festivales multitudinarios hasta despedidas íntimas. En todos ellos hubo una constante: la entrega. Porque cada vez que Ozzy pisó el escenario, lo hizo sabiendo que su vínculo con el público argentino era único, visceral e irrepetible.