Mientras en los Estados Unidos el presidente Javier Milei mantiene una serie de reuniones con líderes mundiales y celebra los nuevos préstamos de organismos internacionales para sostener el programa económico, en la Argentina la oposición continúa atacando a su gestión y busca avanzar con la remoción del jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
En el Congreso, varios bloques presentaron en las últimas horas una moción de censura contra el funcionario, al acusarlo de no estar cumpliendo con la ley de emergencia en pediatría que la gestión libertaria debió promulgar luego de que se rechazara su veto.
Si bien fue publicada en el Boletín Oficial, en el Decreto correspondiente se aclaró que la norma no va a ser implementada hasta que los legisladores especifiquen de dónde saldrá el financiamiento para los aumentos que prevé.
Tanto en Diputados como en el Senado, la oposición consideró que Francos, por ser el ministro coordinador, no está cumpliendo con su deber de respetar las decisiones parlamentarias, por lo que piden, en primer lugar, su interpelación y, en última instancia, su salida del Gobierno.
Para hacerlo, se amparan en el artículo 101 de la Constitución Nacional, que es uno de los mecanismos de control que se incorporaron en la reforma de 1994 y establece que el Jefe de Gabinete, figura que también fue creada en ese año, “puede ser removido por el voto de la mayoría absoluta de los miembros de cada una de las Cámaras”.
No obstante, en la Casa Rosada consideran que esta es “una medida puramente electoralista” y aseguran que la oposición “no tiene argumentos válidos como para solicitar algo así”.
“Es una diferencia de criterios entre dos poderes del Estado, porque no es que nosotros decimos que no vamos a aplicar la emergencia en discapacidad porque no queremos hacerlo, sino porque la ley de financiamiento dice explícitamente que todo proyecto votado en el Congreso que implique un aumento del gasto debe especificar de dónde sacará los recursos, lo cual no pasó en este caso”, indicó una fuente de Balcarce 50.
Además, las autoridades nacionales confían en que los gobernadores, con los que están retomando las conversaciones luego de un periodo de tensiones, “no van a permitir que se lo eche”.
“Hay que ver si a las provincias les conviene que se ponga a otro interlocutor, porque hasta el momento Francos siempre se mostró abierto al diálogo”, remarcan.
En cuanto al procedimiento, los números que maneja la gestión libertaria también son algo alentadores porque la oposición tendrá, antes que nada, que lograr que el pedido de moción de censura avance en la comisión de Asuntos Constitucionales, que encabeza el oficialista Nicolás Mayoraz.
Si consiguen emplazar el tema para obligar a que se trate y obtienen posteriormente el dictamen, al momento de la votación requieren de una mayoría que, al menos por el momento, no está garantizada, aunque existe un temor de que se alcance.
“Mirá, todavía no sé si van a llegar o no, la realidad es que en nombre de las elecciones hacen cualquier cosa. Lo que te puedo decir es que es lamentable este show, es una mentira más”, explicó a este medio uno de los integrantes del bloque violeta en Diputados.
En esta misma línea se mostraron en la Casa Rosada, donde consideraron que si se posterga el debate hasta después de los comicios del 26 de octubre, y La Libertad Avanza tiene un buen desempeño en las urnas, podría cambiar el panorama.
“Ahora hay mucho ruido por las elecciones, hay muchos en la oposición que se envalentonaron por la derrota que sufrimos, pero después va a bajar un poco la espuma. Claramente, este planteo es excesivo, electoralista y política”, cuestionaron en Balcarce 50.
En el Congreso, en tanto, la bancada del oficialismo sostiene la misma idea de que hay una intencionalidad por los comicios y acusa “un Poder Legislativo que solo pone palos en la rueda y no hace leyes”.
No obstante, remarcan que “Francos ya dijo que si lo convocan, va a asistir” a la interpelación, que sería el primer paso de la moción de censura, por lo que “se cumplirá con lo que corresponde”.
“En cuanto sea aprobado y me fijen una fecha, por supuesto que voy a concurrir y debatiremos, como lo he hecho en otras oportunidades, con la Cámara de Diputados, los puntos que sean necesarios. A ver, para ponerlo claro, es cierto que es la primera vez que pasa que un jefe de Gabinete va a ser, en el caso de que se apruebe la medida, interpelado y sujeto a una moción de censura, pero está dentro de la Constitución, así que yo no tengo más remedio que concurrir y someterme al Congreso a lo que decida, ¿no? Pero la verdad que no le tengo ningún temor a la discusión», indicó el funcionario durante una entrevista radial.
Incluso los aliados del PRO consideran que esta iniciativa “es completamente exagerada”, porque “no hay condiciones objetivas ni subjetivas”.
Por último, en el Gobierno anticipan que, en el peor de los casos, si se aprueba la medida “no hay nada que impida que Milei, al minuto siguiente, vuelva a nombrar a Francos en el cargo”.