
Las primeras columnas de manifestantes que rechazan la reforma laboral del Poder Ejecutivo se acercan a la porción de Plaza de Mayo liberada por el mega operativo policial que custodia la Casa Rosada, desde donde el presidente Javier Milei y sus funcionarios siguen los acontecimientos. Si bien el mandatario suele permanecer en la quinta de Olivos cuando hay protestas sociales, en esta oportunidad se trasladó por tierra a Balcarce 50 y desde las 14.15 se encuentra en su despacho mientras su mesa chica se reúne un piso más abajo luego del traspié con el Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados.
“Es un día normal. No nos interesa mucho la protesta”, sintetizó un importante funcionario a Infobae mientras las primeras delegaciones sindicales empezaban a desplegar sus banderas y armar las batucadas para hacer público su repudio al proyecto de “modernización” laboral, una de las principales obsesiones legislativas de la administración libertaria. El horario formal de la convocatoria anunciada con la Confederación General del Trabajo (CGT) era a las 15, pero los distintos gremios y partidos de izquierda se dieron cita desde el mediodía en la plaza.
Ante su primer gran desafío al frente del Ministerio de Seguridad, Alejandra Monteoliva, sigue desde el Comando Unificado de Monitoreo el minuto a minuto de la manifestación. Según supo este medio, la instrucción que se bajó a los más de 1500 efectivos policiales que patrullan la zona es evitar las confrontaciones con el objetivo de que se trata de una marcha “pacífica”.
“El protocolo es el mismo de siempre. Lo único que cambia son las formas a partir de cómo se manifiesta”, expresaron desde la cartera respecto al respecto de la implementación del accionar en coordinación el Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.

La cartera desplegó un sistema de alerta temprana para tener un primer panorama del estado de situación mientras las fuerzas de seguridad encabezan los operativos de encapsulamiento y el habitual seguimiento preventivo. Aunque la idea es evitar los cortes de calle y el caos vehicular, algo poco probable por la masividad de la convocatoria, la indicación que tienen las fuerzas es mantener en movimiento las columnas para no dar lugar a concentraciones que deriven en el posterior colapso de las arterias.
Con la mitad de la plaza vallada, los efectivos de gendarmería supervisan los accesos a la Casa Rosada que, por estas horas, se encuentran restringidos. El ingreso para los empleados de la casa está habilitado solo por la calle 25 de mayo.
El pasado miércoles, la flamante ministra se reunión con el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, para definir la estrategia, ultimar detalles y analizar la composición de la protesta convocada por la central, pero a la que adhirieron distintos sectores de la oposición para cuestionar el articulado de la Reforma Laboral redactada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.

Pese a la magnitud de la asistencia y a los cálculos de la concentración, desde el círculo rojo del libertario le bajan el tono a la acción y celebran que la fecha elegida por el sindicalismo no coincide con la actividad legislativa. “Lo importante es que hace hoy y no un día de sesión”, se sinceró un interlocutor del ecosistema violeta ante este medio.
En la previa, otra voz del Ejecutivo se esperanzaba con la asistencia de referentes de la oposición a los que aseguran tener medidos y con mala imagen en la sociedad. “Ojalá estén Mayra Mendoza y Kicillof”, planteaban.
Puertas adentro de Casa Rosada, en las oficinas de la planta baja se reúnen el jefe de Gabinete, Manuel Adorni; el ministro del Interior, Diego Santilli; el asesor presidencial, Santiago Caputo; y la jefa de bloque de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich horas más tarde de la sesión en la que el oficialismo no logró avanzar con la derogación de las leyes de financiamiento universitario y emergencia en discapacidad.