Las autoridades de Taiwán mantuvieron este miércoles un estado de alerta máxima tras las maniobras militares a gran escala efectuadas por China alrededor de la isla, según informó la guardia costera taiwanesa. El centro de respuesta marítima de emergencia del país continuó operativo mientras se monitoreaban los movimientos navales chinos, luego de que la víspera se lanzaran decenas de cohetes hacia territorio taiwanés y se desplegara un considerable número de buques de guerra y aeronaves en las inmediaciones.
Los ejercicios, denominados “Justice Mission 2025”, concluyeron oficialmente el miércoles por la noche, tras un anuncio de Beijing en el que se aseguró que sus fuerzas armadas permanecerán en estado de alerta y reforzarán su preparación para el combate. Según la declaración recogida por la guardia costera taiwanesa, aún se mantenía una presencia significativa de barcos y aviones chinos en la zona de respuesta, por lo que las fuerzas armadas de Taiwán continuarían aplicando un “mecanismo de contingencia adecuado”. No se ofrecieron detalles adicionales.
A través de un comunicado, el Ministerio de Defensa de Taiwán denunció que “las provocaciones agresivas y militaristas del Partido Comunista Chino ponen en peligro la seguridad y estabilidad regional, y han sido condenadas por aliados democráticos de la comunidad internacional”. En su discurso de Año Nuevo, el presidente Xi Jinping insistió en el mensaje de reunificación nacional, transmitido por la cadena estatal CCTV. “Los compatriotas a ambos lados del Estrecho de Taiwán están unidos por lazos de sangre más fuertes que el agua, y la tendencia histórica hacia la reunificación nacional es imparable”, afirmó.
El régimen chino reiteró que considera a Taiwán parte de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para lograr su control. Por su parte, la isla rechaza los reclamos de soberanía de Beijing y calificó los recientes ejercicios militares de amenaza a la seguridad regional y provocación directa.
El martes por la noche, los buques chinos comenzaron a alejarse de las aguas próximas a Taiwán, según declaró Kuan Bi-ling, titular del Consejo de Asuntos Oceánicos de Taiwán, en una publicación en Facebook. Un funcionario de la guardia costera informaba a Reuters que los 11 barcos de la guardia costera china habían abandonado la zona y se alejaban del área circundante. Otro funcionario de seguridad taiwanés confirmó que los centros de respuesta de emergencia tanto de las fuerzas armadas como de la guardia costera seguían activos.

Durante la jornada, dos funcionarios de seguridad regionales señalaron a Reuters que habían detectado más de 90 buques de la marina y la guardia costera chinas en la región, incluyendo despliegues en el mar de China Meridional, las cercanías de Taiwán y el mar de China Oriental. Los mismos funcionarios, que solicitaron anonimato por la sensibilidad del asunto, aseguraron que el tamaño del despliegue marítimo chino había ido aumentando desde principios de semana.
El Ministerio de Defensa taiwanés detalló el miércoles que en las últimas 24 horas se registraron 77 aeronaves militares y 25 embarcaciones de la marina y la guardia costera chinas operando en torno a la isla, con 35 aviones cruzando la línea media del estrecho de Taiwán.
Mientras se desarrollaban los ejercicios, los embajadores ante China de los países miembros del grupo Quad—Estados Unidos, Australia, Japón e India—se reunieron en Beijing. El embajador estadounidense David Perdue compartió en X una fotografía junto a sus homólogos, indicando que el Quad representa “una fuerza para el bien” que busca mantener un Indo-Pacífico libre y abierto, aunque no ofreció más detalles acerca del encuentro. La embajada estadounidense no respondió de inmediato a las consultas de Reuters sobre la reunión.
Debido a la magnitud de las maniobras, consideradas por China las más extensas hasta la fecha en cuanto a cobertura territorial, Taiwán se vio obligada a cancelar decenas de vuelos internos y desplegar cazas y buques para seguimiento y respuesta, además de ejecutar ejercicios rápidos de defensa y levantar barricadas en diversos puntos.
La Oficina de Asuntos de Taiwán de China, a través de su portavoz Zhang Han, calificó las maniobras como “una medida necesaria y justa” para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial, agregando que constituyen “una severa advertencia contra las fuerzas separatistas de la independencia taiwanesa y la interferencia externa”.
La agencia oficial Xinhua publicó que la simulación de “cerco” demostró la capacidad del Ejército Popular de Liberación para “presionar y contener a las fuerzas separatistas mientras se niega el acceso a interferencias externas”, citando al profesor Zhang Chi de la Universidad Nacional de Defensa de la PLA.
A pesar de la creciente intensidad de los ejercicios, el director del programa Asia del centro de estudios estadounidense Defense Priorities, Lyle Goldstein, opinó a Reuters que es improbable que Beijing inicie una guerra abierta, debido al elevado coste político y militar que supondría.
(Con información de Reuters)