Los recientes reclamos de la industria siderúrgica brasileña, afectados por la llegada de productos de China y los aranceles de Estados Unidos, motivaron que el Gobierno de Brasil pusiera el foco sobre las importaciones procedentes de China, India e Indonesia.
Según publicó el Diario Oficial este lunes, el Ministerio de Industria y Comercio expuso elementos que sugieren prácticas de ‘dumping’ en las ventas chinas de acero hacia territorio brasileño.
De acuerdo con la circular ministerial, tal situación “puede estar ocasionando daños” a los fabricantes nacionales.
El vicepresidente Geraldo Alckmin, al frente de la cartera, instruyó el arranque de la investigación y amplió el alcance de la medida a las exportaciones de la India y Indonesia.
La pesquisa se dirigirá a los productos planos de aceros inoxidables laminados en caliente, tanto bobinas como chapas, que presenten espesores entre 2 y 50,8 mm.
El debate por la equidad en el comercio internacional cobra especial relieve en momentos en que los BRICS —grupo que involucra a Brasil, China, India e Indonesia entre otras grandes economías del Sur Global— planean un nuevo encuentro en Río de Janeiro los días 6 y 7 de julio, con la integración comercial como tema destacado de la agenda.
Cumbre de los BRICS
Según la prensa brasileña, es casi seguro que el presidente chino Xi Jinping no participará en la cumbre de los BRICS de la semana que viene en Río de Janeiro. Será la primera vez que falte a una reunión del grupo desde que fue nombrado presidente en 2013. Es muy probable que envíe en su lugar al primer ministro chino Li Qiang.
Tampoco participará su homólogo ruso, Vladimir Putin, que teme ser detenido, ya que pesa sobre él una condena por crímenes de guerra de la Corte Penal Internacional (CPI) por haber deportado a miles de niños ucranianos a Rusia. Según Yuri Ushakov, asesor de política exterior del Gobierno ruso, la decisión está relacionada con la falta de una posición clara de Brasil sobre la orden de detención. “El Gobierno brasileño no ha logrado adoptar una postura clara que permita a nuestro presidente participar en la reunión”, declaró Ushakov. Rusia no es signataria de la CPI y considera que la orden de detención es nula y sin valor. Sin embargo, como miembro de la Corte, Brasil podría ejecutar la orden de detención si Putin entrara en su territorio nacional.
Estas dos grandes ausencias podrían pesar sobre lo que debía ser el escaparate destacado del Brasil de Lula e influir en el debate del grupo, especialmente sobre la cuestión iraní. Tras el alto el fuego mediado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el conflicto entre Irán e Israel será objeto de debate en la reunión y hay mucha expectación sobre cuál será la declaración final también sobre este tema.
Según Celso Amorim, asesor de política exterior de Lula, la cuestión de Irán e Israel “es inevitable”, dijo a la BBC Brasil. Para Amorim, se trata de una emergencia tan grave como “la crisis de los misiles durante la Guerra Fría”.
“Lo que se ataca ahora no es solo Irán, sino el orden internacional”, añadió, admitiendo también que el Gobierno brasileño tiene “cero posibilidades” de encontrar una solución al conflicto actual.
Fuentes de Brasilia han dicho a Infobae que, durante la reunión, Lula podría volver a hablar de la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU). Es un tema que el presidente brasileño defiende desde hace años, al considerar que la composición actual no refleja los equilibrios geopolíticos del siglo XXI y que es necesaria una mayor representatividad del Sur Global. Recordemos que el Consejo de Seguridad es el órgano ejecutivo de la ONU, responsable de la paz y la seguridad internacionales. Actualmente, está compuesto por cinco miembros permanentes con derecho a veto, es decir, Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, y por diez miembros no permanentes, elegidos por rotación cada dos años.