Juan José Carbajales recordó que la vinculación al Brent encareció el gas argentino y afectó la competitividad frente a Chile y Brasil (Foto: Shutterstock)

El Gobierno de Javier Milei publicará en los próximos días una resolución para modificar el cálculo del precio del gas natural para exportación a partir de 2026. Dejará de estar atado al barril de Brent y quedará en línea con el precio interno, para que el fluido llegue más barato a Brasil y Chile.

El cambio estará vigente hasta 2028, cuando finalicen los contratos del Plan Gas. A partir de 2029, el objetivo es que tanto el mercado local, con el que se abastece el consumo, y el mercado de exportación, sean libres. La producción de Vaca Muerta sobrará para la demanda interna y para ese momento estarán en marcha los proyectos de Gas Natural Licuado (GNL).

La modificación se discutió en un evento organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y la Organización Latinoamericana de Energía (Olade). Allí, funcionarios y analistas analizaron las proyecciones de demanda de gas natural en el Mercosur y Chile y evaluaron las condiciones contractuales necesarias para ampliar las exportaciones sin afectar el abastecimiento doméstico.

La Argentina y Brasil firmaron un acuerdo para impulsar las exportaciones de gas desde Vaca Muerta

El subsecretario de Combustibles Líquidos y Gaseosos, Federico Veller, participó en la jornada y expuso los lineamientos del nuevo esquema. Señaló que el Gobierno trabaja en una reforma del marco regulatorio para adecuar los precios de exportación a las condiciones del mercado interno. De este modo, Argentina podrá ofrecer su gas a valores más competitivos en la región.

El cambio de política busca reducir el precio mínimo de exportación, que se estableció en el marco del Plan Gas. Esa medida fijó que el gas vendido al exterior no podía tener un precio inferior al promedio del mercado local, que en la ronda 1 del plan equivalía a USD 3,50 por millón de BTU. El objetivo original fue evitar desvíos de producción que pudieran afectar el abastecimiento local.

Según explicó Juan José Carbajales, director de la consultora Paspartú, esa regla funcionó hasta que estalló la guerra en Ucrania. Entonces, la Secretaría de Energía vinculó el precio mínimo de exportación al crudo Brent, lo que elevó el valor mínimo del gas exportable hasta USD 6 por millón de BTU. Este incremento quitó competitividad al gas argentino frente a otras opciones del mercado internacional.

Federico Veller confirmó que el Gobierno trabaja en un marco normativo que permita exportar gas a precios regionales.

Carbajales afirmó que durante años las empresas chilenas reclamaron una revisión de este esquema. Ahora, ante la necesidad de ofrecer precios más bajos para ingresar al mercado brasileño, la Secretaría de Energía aceptó volver a una referencia basada en el precio interno. Esto implica que el mínimo para exportar se ubicará nuevamente en torno a 3,50 dólares.

Los contratos del Plan Gas permanecerán sin cambios hasta fines de 2028. Estos acuerdos fijaron precios fijos y volúmenes de producción para las empresas participantes, asegurando el abastecimiento interno y el valor que recibirán las productoras. “Para la demanda interna, esos contratos del Plan Gas ya te fijan el precio, están seteados, y llegan a diciembre de 2028. O sea que hasta esa época vos no podés tocar los precios internos, para bien o para mal, no los podés tocar”, explicó el analista.

Con este esquema vigente, el Gobierno apunta a flexibilizar las condiciones de exportación, manteniendo a la vez el suministro doméstico asegurado. La producción de gas en Vaca Muerta permite planificar una política de expansión regional sin comprometer la seguridad energética del país.

El rediseño contempla también nuevas herramientas contractuales, que faciliten los acuerdos de largo plazo con compradores regionales. La intención es consolidar a Argentina como un proveedor estable de energía para sus vecinos, especialmente en un contexto de creciente demanda y reorganización del comercio energético.

El plan oficial considera que a partir de 2029 se logrará una liberalización plena del mercado de gas, tanto para el consumo interno como para la exportación. Para entonces, las obras de infraestructura vinculadas al GNL permitirán exportar gas por vía marítima, ampliando los destinos posibles y diversificando los ingresos del sector.