Los ministros de Finanzas del G7 reforzaron su apoyo a Ucrania y acordaron trabajar por reducir los “desequilibrios” de la economía mundial (AP)

Los ministros de Finanzas del G7 mantuvieron esta semana una serie de encuentros en Banff, Canadá, en los que, pese a adoptar un tono más suave que en ocasiones anteriores, ratificaron su apoyo a Ucrania frente a Rusia y coincidieron en la necesidad de trabajar por reducir los “desequilibrios de la economía” mundial.

Como era de esperarse, uno de los temas centrales de la agenda fue la agresión de Vladimir Putin en Ucrania, que lleva ya más de tres años y que Donald Trump se comprometió a finalizar con su regreso a la presidencia.

Así, en su rol de mediador, ha mantenido reiterados contactos con Putin y Volodimir Zelensky, aunque muchas de sus declaraciones sugirieron cierto favoritismo por el líder del Kremlin, con quien hasta adelantó tener interés de volver a entablar un vínculo comercial.

No obstante ello, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, se unió a la declaración final -suscrita también por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido– y se comprometió a proporcionar más asistencia económica a Kiev, así como a tomar medidas adicionales, como nuevas sanciones sobre Moscú y el endurecimiento del límite de precios impuestos a las exportaciones de su petróleo, que podría reducirse a los 50 dólares por barril.

Los funcionarios coincidieron en la necesidad de adoptar medidas adicionales para elevar la presión sobre Rusia (REUTERS)

“Condenamos la continua y brutal guerra de Rusia contra Ucrania y elogiamos la inmensa resiliencia del pueblo y la economía ucranianos. El G7 mantiene su compromiso de apoyar incondicionalmente a Ucrania en la defensa de su integridad territorial y su derecho a existir, así como de su libertad, soberanía e independencia hacia una paz justa y duradera”, se lee en el comunicado, que no hace mención al término “invasión ilegal, injustificable y no provocada” empleado en el pasado.

A su vez, otro de los asuntos que ocupó gran parte de los tres días de encuentros fue el escenario comercial mundial, que se ve amenazado por el exceso de capacidad industrial de China y la política arancelaria de Estados Unidos, que derivó en un clima de incertidumbre y temor por una recesión global.

De manera individual, los ministros acercaron a Bessent sus preocupaciones por la cuestión, aunque no se negociaron acuerdos ni se produjeron avances en ninguno de los casos dado que estas discusiones se dan por canales por fuera del ámbito del G7.

El líder de Economía canadiense, François Phillippe Champagne, reconoció que “siempre habrá tensión en torno a los aranceles”, en tanto que el comisario de la Unión Europea para la materia, Valdis Dombrovskis, señaló que “los aranceles tienen efectos negativos para la economía mundial (…) en general (…) la Administración estadounidense tiene una visión o interpretación algo diferente de la situación”.

Champagne, cuyo país se vio fuertemente afectado por los aranceles de Trump, reconoció que “siempre habrá tensión

Pese a estas profundas diferencias, todas las conversaciones del Grupo se dieron en un clima de entendimiento, con el foco en los “desequilibrios”, sin mención específica a ningún actor.

“Estamos de acuerdo en la importancia de la igualdad de condiciones y de adoptar un enfoque ampliamente coordinado para hacer frente a los perjuicios causados por quienes no se atienen a las mismas reglas y carecen de transparencia”, apunta el texto en ese sentido.

“Las organizaciones internacionales señalaron en nuestra última reunión que la incertidumbre en materia de política comercial y económica era alta y lastraba el crecimiento mundial (…) Trabajaremos juntos para lograr mayores avances”, se comprometieron los funcionarios a continuación.

El G7 se comprometió a seguir trabajando por reducir la incertidumbre en torno a la economía mundial (REUTERS)

Por su parte, el gobernador del Banco de Canadá, Tiff Macklem, destacó que con su país, a cargo de la presidencia del grupo este año, “el tono de las discusiones se ha vuelto progresivamente más constructivo”.

“Este año nos hemos centrado en volver a la misión principal del G7, de restaurar el crecimiento y la estabilidad mundiales”, sostuvo, adelantando así lo que podrían ser las bases de la reunión de los jefes de Estado del Grupo, prevista para mediados de junio.

(Con información de AP y Reuters)