Bodo es una ciudad noruega de 55 mil habitantes en el norte del norte europeo. Está a 16 horas de auto de Oslo, la capital del país. Durante tres semanas en el año no hay ni un rayo de luz solar y sobran tanto la nieve como el bacalao, que se pesca como en ningún otro lugar del mundo. En ese lugar inhóspito, el fútbol es el deporte más popular. Y el Bodo/Glimt, el equipo sensación del continente: ganó la liga noruega en cuatro de las últimas cinco ediciones -apenas perdió el certamen de 2022- y acaba de hacer historia al acceder a las semifinales de la Europa League. Es el primer conjunto escandinavo en conseguirlo. Este miércoles se mide en Londres con Tottenham, en un estadio que no podría llenar ni aunque viajara toda la población. Sin embargo, el poderío económico de su rival no lo asusta. Después de todo, eliminó a Lazio en cuartos de final y también venció a otros grandes como Olympiacos (Grecia) y Besiktas (Turquía) en el camino a esta instancia.

En el coqueto Aspmyra Stadium de Bodo apenas entran 8 mil personas. Una de sus tribunas se construyó en la década del 60 mientras que la cabecera detrás de uno de sus arcos tiene apenas un par de años. Detrás del último escalón de la grada asoman edificios de departamentos. Comprar un loft en ese lugar equivale a tener un abono a la temporada completa del Bodo. Una platea preferencial, a la manera de las torres de la avenida Avellaneda, en Caballito, que dan a la cancha de Ferro. El césped del Bodo es artificial y no se trata de un capricho: el pasto natural se hiela por las temperaturas polares y queda inutilizado.

Los jugadores de Bodo-Glimt antes de la serie de penales con Lazio que los llevó a la semifinal de la Europa League

Club yo-yo y fútbol kamikaze inspirado en Bielsa

La historia grande de este matagigantes de la Europa League comenzó a escribirse hace algunos años. Fundado en 1916, hasta bien entrado el siglo XX no podía competir contra los clubes del sur de Noruega. Lo discriminaban por una cuestión regional. Hasta que a partir de 1972 le permitieron participar en la Copa local. Y tres años después, Bodo se consagró campeón. “Después de eso pudimos decir que éramos parte de Noruega”, dice Harald Berg, leyenda del club e integrante de aquel equipo, en el canal de YouTube COPA 90. Su nieto, Patrick, es una de las figuras del plantel actual. Nacido y criado en la ciudad, regresó al club tras una fallida incursión en el Lens francés. A los 27 años, está listo para otra aventura en una liga más poderosa. Pero antes, claro, quiere guiar al Bodo a un título más.

Después de la gesta del equipo del 75, Bodo/Glimt se transformó en un “equipo yo-yo”: iba y venía entre la primera y la segunda división. El club tocó fondo. “No hace mucho que estábamos en bancarrota”, recuerda Rudi Gundersen, un reconocido artista de la ciudad, en COPA 90. “Los jugadores debían lavarse sus propias camisetas”, evoca por su parte el actual secretario técnico, Havard Sakkariassen, en el diario inglés The Mirror.

En 2018 regresó a la máxima categoría del fútbol noruego, la Eliteserien. Y comenzó la época dorada: “Cambiamos la manera de pensar”, postula Orjan Berg, hijo del mítico Harald y actual director deportivo del club, en COPA 90. Y agrega: “Ese año trajimos a un coach mental, que era piloto de aviones de guerra y no estaba para nada interesado en el fútbol. Pero conoce a la gente y las mentes de las personas. Junto con el resto del staff técnico nos cambió la manera de pensar. Y en lugar de focalizarnos en ganar y traernos los tres puntos en cada partido, nuestra meta se centra en dos conceptos: rendimiento y desarrollo”. Dicen en Bodo que Kjetil Knutsen, el entrenador que también tiene un título de pedagogo, no pronuncia la palabra “ganar” desde febrero de 2019. En su diccionario tampoco figuran otros vocablos como “victoria”, “derrota” o “puntos”. “Sólo hablamos de desarrollar el equipo y del rendimiento que debemos tener para lograrlo”, completa Berg, el director deportivo.

Los hinchas del Bodo-Glimt en el estadio Olímpico de Roma, antes del partido de vuelta ante Lazio por los cuartos de final de la Europa League

Knutsen estuvo a punto de ser despedido en 2018 porque el equipo dominaba a sus rivales, pero no anotaba. Entonces, tampoco ganaba. Fueron cinco partidos en los que una decisión drástica hubiera tirado todo al tacho. El DT se mantuvo en su puesto y la apuesta resultó un pleno: cuatro títulos locales en los últimos cinco años y clasificación para la Europa League, con el consiguiente aumento de los ingresos y la posibilidad de atraer a mejores futbolistas. El foco está en los jugadores escandinavos, jóvenes talentosos que puedan ser pulidos y vendidos a los grandes compradores europeos. Apenas cinco integrantes del plantel no tienen pasaporte noruego. Entre ellos, el arquero Nikita Haikin, que nació en Israel pero representó a Rusia en las categorías juveniles. Con 25 años, fue figura en la serie de penales contra Lazio al tapar dos remates.

“Inspirado en los principios del entrenador de Uruguay, el argentino Marcelo Bielsa, Knutsen es reconocido en Noruega por sus entrenamientos de ‘pelota asesina’: sesiones súper exigentes en las que prepara a sus futbolistas físicamente para desarrollar ese estilo de juego energético que proveyó los pilares necesarios para el éxito actual”, se lee en una nota sobre el club noruego en The Athletic. Para Knutsen, el esquema táctico es inalterable: 4-3-3. Su voracidad ofensiva hace que algunos hayan bautizado a su juego como “fútbol kamikaze”.

Jens Petter Hauge es uno de los mejores futbolistas de Bodo-Glimt

Somos más profesionales. Tenemos más gente trabajando en el club e intentamos sacar lo mejor de cada uno, para tomar todo el impulso que podamos. Tenemos un estilo de juego bien definido, que nos facilita todo a la hora de buscar jugadores”, dice Sakariassen, el secretario técnico, en las páginas de The Mirror. Y agrega: “Las demandas para cada rol dentro de la cancha son fáciles de identificar. Buscamos entonces jugadores con un factor X, que puedan hacer una diferencia para nosotros en Europa. Pensamos de verdad que podemos desarrollar jugadores para que ellos alcancen su máximo potencial”. De acuerdo con el portal Transfermarkt, que compila datos de mercado de todo el planeta, el plantel de Bodo es el sexto más barato de toda la Europa League. Y el sueldo anual del alemán Timo Werner -delantero de Tottenham, rival de Bodo en semifinales- equivale al presupuesto anual de todo el equipo de Bodo: 9 millones de euros.

Ange Postecoglou, entrenador australiano de Tottenham, ya sabe lo que es jugar contra Bodo y… perder. Cayó por un marcador global de 5-1 en la Conference League 2022, cuando dirigía al Celtic escocés. También sabe que a sus hinchas no los asustan los viajes ni las distancias largas: este mismo año, en ocasión del partido contra Manchester United, rompieron el récord de hinchas visitantes en el mítico Old Trafford. En Bodo no se conforman con seguir haciendo historia. Después de todo “Glimt” significa “destello” en inglés. Algo de la luz que falta en la ciudad, en el norte del norte, y donde hay semanas enteras sin un solo rayo de sol.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *