En la última edición de Finanzas & Desarrollo, la revista que publica hace más de 50 años, el Fondo Monetario Internacional señaló que el avance de las stablecoins como medio de pago internacional plantea “desafíos y oportunidades de gran alcance” al sistema financiero global.
“Estas monedas digitales, respaldadas por divisas o bonos soberanos, lograron captar millones de usuarios, permitiendo transacciones transfronterizas ininterrumpidas y a costos muy bajos”, dice al presentar un estudio de Helene Rey, profesora de la London Business School y presidente de la Asociación Económica Europea, sobre el tema, amén de destacar que “nuevas normas en EEUU” (que recientemente sancionó la Genius Act, sobre stablecoins) “podrían acelerar aún más su expansión”.
Esta tecnología abre un amplio margen para la innovación, dice la autora, quien subraya que es fundamental encontrar un equilibrio entre riesgos y beneficios vía una regulación que proteja a consumidores e inversores y limite los efectos colaterales.
Del lado positivo, el potencial de las stablecoins y otros activos digitales no se limita a la eficiencia en los pagos, pues también introduce “funcionalidades inéditas”, como la programabilidad de los activos, y facilita la integración de losflujos de capital a través de fronteras y diferentes clases de activos.
Pero este avance también implica “riesgos considerables”, alertan el FMI y Rey, pues la proliferación de emisores privados de dinero, en competencia por el señoreaje (el beneficio que obtiene un emisor por la aceptación a cero costo de su moneda) “podría fragmentar y desestabilizar el sistema financiero internacional, evocando el escenario del siglo XIX en el que múltiples actores privados emitían su propio dinero”.El impacto fiscal tampoco es menor, pues la adopción masiva de stablecoins podría afectar los ingresos de los gobiernos y modificar el equilibrio del sistema monetario global.
En un mundo donde las stablecoins, en particular las vinculadas al dólar, se conviertan en una herramienta global de pago relevante, debemos prepararnos para consecuencias sustanciales
Helene Rey, presidente de la Asociación
Según Rey, cuya contribución destaca Gita Bhatt, editora jefe de la revista del FMI, “en un mundo donde las stablecoins, en particular las vinculadas al dólar, se conviertan en una herramienta global de pago relevante, debemos prepararnos para consecuencias sustanciales”.
Rey afirma que el avance tecnológico está transformando los flujosde capital y la dominanciade monedas a nivelinternacional y recuerda que la integridadde los datos es clave para laestabilidad financiera.
Criptografía poscuántica
“El desarrollo de la criptografía poscuántica, capaz de resistir tanto a computadoras clásicas como cuánticas, avanza, pero la incertidumbre persiste ante la carrera tecnológica. Las redes monetarias más expuestas a ataques informáticos podrían enfrentar crisis de confianza y salidas masivas de capital, lo que daría lugar a un “privilegio de integridad” para aquellas monedas con menor vulnerabilidad, al reducir sus costos de financiamiento”, dice un pasaje.
De hecho, precisa, la adopción global de stablecoins vinculadas al dólar ya supera en tenencia de Bonosdel Tesoro de EEUU de países como Arabia Saudita, fenómeno que refuerza el papel de EEUU como “banquero mundial” y consolida el privilegio del dólar, facilitando a la vez la “privatización del señoreaje y la acumulación de riqueza en manos de unas pocas empresas y particulares”. Por esa razón, explica, “el uso masivo de estas stablecoins podría debilitar los sistemas bancarios tradicionales por la competencia por los depósitos y modificar los canales de transmisión de la política monetaria, dificultando la estabilización macroeconómica”.
Tokenización, eficiencia y fragmentación
Según Rey, la tokenización de activos y la integración de monedas digitales de bancos centrales (CBDC) permitirían transferencias transfronterizas más eficientes y seguras y las plataformas de finanzas descentralizadas (DeFi)podrían ampliar el acceso a activos globales y reducir la intermediación, reduciendo costos pero planteando también desafíos regulatorios y riesgos de fragmentación del sistema financiero global.
El auge de monedas privadas y plataformas de tokenización, al aumentar la competencia entre divisas, provocaría fuertes desplazamientos de cartera entre redes monetarias. “La posibilidad de controles de capital programables y restricciones específicas sobre billeteras digitales anticipa un sistema monetario internacional más multipolar y potencialmente frágil”, advierte. “La historia demuestra que las monedas privadas, cuando no están respaldadas por un soberano capaz de recaudar impuestos y hacer cumplir contratos, tienden a la inestabilidad y a las corridas”.
En cuanto a las consecuencias fiscales, en particular sobre las jurisdicciones más débiles, el estudio señala que la falta de regulación y la opacidad en los flujos de capital asociados a criptoactivos facilitan la evasión fiscal, el lavado de dinero y la elusión de sanciones, erosionando la base fiscal de muchos países. Algo difícil de evitar, alerta, pues la recopilación de datos sobre esos flujos por parte de organismos internacionales y autoridades nacionales “aún se encuentra en una etapa incipiente, lo que dificulta la supervisión y la respuesta política”.