La economía mundial seguirá debilitándose y continuará siendo vulnerable a shocks comerciales, a pesar de mostrar cierta resiliencia frente a los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, según el Fondo Monetario Internacional.
El organismo con sede en Washington, que actualizó sus proyecciones el martes, estima que el crecimiento global se desacelerará hasta el 3% en 2025, frente al 3,3% registrado el año pasado, en un contexto marcado por los efectos de los intentos de Trump de reestructurar el comercio internacional. Las previsiones son ligeramente mejores que las publicadas en abril, aunque reflejan en gran medida distorsiones derivadas de factores como la anticipación de los aranceles.
“Si bien el shock comercial podría ser menos grave de lo que se temía inicialmente, sigue siendo considerable y cada vez hay más pruebas de que está dañando la economía mundial”, declaró a los periodistas dijo el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas. “El entorno comercial actual sigue siendo precario”.
La evaluación describe un panorama plagado de nubarrones, que van desde el posible desmantelamiento de acuerdos comerciales hasta la incertidumbre que pesa sobre la inversión, las tensiones geopolíticas, la elevada deuda pública y las crecientes presiones inflacionarias en Estados Unidos. Las autoridades sugieren que es poco probable que la economía mundial atraviese 2025 como un año más sin sobresaltos.
“Se prevé que el crecimiento mundial se desacelere, con una aparente resiliencia debido al debilitamiento de las distorsiones relacionadas con el comercio”, afirmó el FMI. “Incluso si los aranceles no cambian con respecto a lo previsto en el escenario base y no se introducen nuevas medidas proteccionistas, la elevada incertidumbre en materia de política comercial podría empezar a pesar más sobre la actividad”.
La mejora de las previsiones de crecimiento para este año se debe a mejores condiciones financieras, impulsadas por la debilidad del dólar, tasas arancelarias efectivas promedio en Estados Unidos inferiores a las anunciadas en abril, y al impacto positivo de las empresas que se anticiparon a los impuestos a las importaciones en el primer trimestre.
Sin embargo, la incertidumbre sigue prevaleciendo. Incluso en los casos en que se han alcanzado acuerdos, como con la Unión Europea o Japón, persisten dudas sobre los detalles, así como la posibilidad de que Trump cambie de postura. Para 2026, el crecimiento solo repuntaría ligeramente, hasta el 3,1%.
“El crecimiento a medio plazo ha sido relativamente débil en los últimos años y se espera que siga siendo débil”, declaró Gourinchas a Matthew Miller y Katie Greifeld en Bloomberg TV. “La preocupación es que los aranceles se sumen a ese crecimiento mediocre y tibio a medio plazo y que no se reviertan necesariamente en un futuro próximo”.
Gourinchas argumentó que el déficit comercial estadounidense que impulsa el deseo de Donald Trump de reconfigurar el comercio mundial es una “preocupación legítima”, aunque es poco probable que las medidas actuales aborden su causa fundamental.
“Los aranceles y la política comercial tal y como se están implementando tienen muy pocas posibilidades de reducir significativamente estos déficits”, afirmó. “Cuando analizamos qué es lo que está impulsando esta situación, vemos que se debe principalmente a políticas internas que contribuyen a estos déficits, entre las que destaca la política fiscal”.
Los funcionarios del FMI elevaron sus previsiones para el PIB estadounidense en 2025 en 0,1 puntos porcentuales, hasta el 1,9%. Según el organismo, esta mejora oculta un enfriamiento de la demanda privada más rápido de lo esperado y una inmigración más débil. Mientras tanto, la expansión debería aumentar ligeramente hasta el 2% en 2026, gracias a los incentivos fiscales a la inversión empresarial previstos en la “gran y hermosa ley” de Trump.
Los funcionarios observaron indicios preliminares de que el aumento de los aranceles y la debilidad del dólar están impulsando los precios al consumidor en Estados Unidos en algunas categorías sensibles a las importaciones. A medida que ese impacto se amplíe, es probable que la inflación se vea más afectada en el segundo semestre y se mantenga por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal también en 2026.
Por el contrario, se espera que el crecimiento de los precios al consumidor en el resto del mundo sea más moderado, ya que las economías enfrentan el impacto negativo sobre la demanda provocado por los aranceles estadounidenses.
Para la zona del euro, el FMI elevó su proyección de crecimiento para este año al 1%, mientras que mantuvo sin cambios su previsión para 2026 en el 1,2%. La revisión al alza respecto de abril —de 0,2 puntos porcentuales— se debe en parte al aumento de las exportaciones farmacéuticas de Irlanda.
El informe del FMI no menciona el efecto del acuerdo comercial anunciado esta semana por Trump con la Unión Europea, que impondrá un arancel del 15% a casi todas las importaciones, incluidos los automóviles. Bloomberg Economics estima que el impacto será de un 0,4% en la producción de la zona del euro durante los próximos dos o tres años.
Sin embargo, las mejores condiciones comerciales entre China y EEUU respecto a hace tres meses se reflejan en las previsiones del FMI. El organismo elevó en 0,8 puntos porcentuales, hasta el 4,8%, sus perspectivas para 2025, destacando la reducción de aranceles y una actividad económica más sólida de lo previsto en el primer semestre.
Como es habitual, el FMI insistió en la necesidad de un entorno político y económico más estable y advirtió sobre los riesgos del exceso de gasto público.
“Las políticas deben aportar confianza, previsibilidad y sostenibilidad, calmando las tensiones, preservando la estabilidad de los precios y financiera, restaurando los amortiguadores fiscales y aplicando las reformas estructurales tan necesarias”, afirmó el FMI. “El panorama ambiguo y volátil también requiere un mensaje claro y coherente por parte de los bancos centrales, y la protección de su independencia no solo en términos legales, sino también en la práctica”.
Este último comentario cobra aún más relevancia en un momento en que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, enfrenta ataques constantes de Trump por no recortar las tasas de interés.
El FMI prevé que la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra reducirán los costos de endeudamiento en la segunda mitad de 2025, aunque a ritmos diferentes. Se espera que la tasa de interés del Banco Central Europeo se mantenga sin cambios, mientras que el Banco de Japón podría aumentarla gradualmente.
(Bloomberg)