ARCHIVO - Warren Buffett, presidente y director general de Berkshire Hathaway, concede una entrevista a Liz Claman en el programa

Las acciones de Berkshire Hathaway, el imperio financiero de Warren Buffett, han experimentado una caída dramática desde que el legendario inversionista de 94 años anunció en mayo que entregaría el control de la empresa a su sucesor, Greg Abel.

Según datos del Financial Times (FT), las acciones clase A de Berkshire han perdido 14% de su valor desde el 2 de mayo, el último día de operaciones antes de que Buffett comunicara su decisión de retirarse tras seis décadas al frente de la compañía. Esta caída contrasta marcadamente con la tendencia alcista del S&P 500, que ha subido 11% en el mismo período, incluyendo dividendos.

El declive representa uno de los rezagos más significativos de Berkshire respecto al mercado general en décadas. Según el análisis del Financial Times, la empresa solo había tenido un desempeño peor en períodos de tres meses durante los primeros días de la pandemia, cuando los inversores vendieron masivamente sus posiciones en acciones, afectando especialmente a aseguradoras y empresas de servicios financieros, sectores centrales en el portafolio de Berkshire.

El fin de la “prima Buffett”

Buffett y su fallecido socio Charlie Munge hablan con los reporteros previo a la reunión anual de accionistas de la compañía en 2019. (AP Foto/Nati Harnik, Archivo)

Durante décadas, los inversores han estado dispuestos a pagar un precio adicional por las acciones de Berkshire, conocido como la “prima Buffett”, confiando en el historial excepcional del magnate de las inversiones. Desde que asumió el control de Berkshire en 1965, Buffett ha superado al índice S&P 500 por más de 5 millones de puntos porcentuales con su estrategia de comprar y mantener acciones de empresas con valor intrínseco.

Sin embargo, analistas como Cathy Seifert de CFRA, citada por el FT, sugieren que esta prima puede no transferirse inmediatamente al sucesor de Buffett.

“La prima Buffett no ha estado presente durante un tiempo”, explicó por su parte Greggory Warren, analista senior del medio especializado Morningstar, quien atribuye el declive actual a otros factores más allá de la sucesión.

Warren señala que la ventaja informativa que Buffett y su fallecido socio Charlie Munger mantuvieron durante 40 o 50 años se ha erosionado. Hoy en día, la información financiera está más disponible, los mercados privados son más robustos y las firmas de capital privado compiten por las mismas oportunidades que antes podrían haber atraído la atención de Berkshire.

Resultados sólidos pese a los desafíos

Warren Buffett hablando en la reunión anual de accionistas de Berkshire Hathaway en Omaha, Nebraska, EE. UU., el 3 de mayo de 2025. (REUTERS/Brendan McDermid/archivo)

Paradójicamente, la caída en las acciones ha ocurrido mientras Berkshire continúa reportando resultados operativos saludables. En el segundo trimestre, la empresa mostró crecimiento en las ganancias de su ferrocarril BNSF, sus servicios públicos y sus divisiones de manufactura, servicios y ventas al detalle.

Sin embargo, los ingresos operativos del segundo trimestre cayeron 4% a USD 11.160 millones de dólares, principalmente debido a movimientos de divisas. Excluyendo estos efectos cambiarios, Berkshire generó un aumento del 8% en las ganancias respecto al año anterior.

La empresa también se ha visto afectada por las políticas comerciales del presidente Donald Trump. El grupo de productos de consumo del conglomerado, que incluye marcas como Fruit of the Loom y Brooks Sports, registró una caída del 5.1% en los ingresos del segundo trimestre debido a menores volúmenes, aranceles y reestructuraciones empresariales. Los aranceles produjeron retrasos en pedidos y envíos, según reportó la compañía.

Una montaña de efectivo y estrategia defensiva

Buffett ha estado reduciendo posiciones durante el último año, vendiendo una gran porción de la inversión de Berkshire en Apple, el fabricante del iPhone. Berkshire ha sido un vendedor neto de acciones durante 11 trimestres consecutivos, acumulando una reserva de efectivo que representa el 30% de sus activos totales al final de junio, equivalente a USD 344.000 millones.

Esta estrategia defensiva refleja la cautela de Buffett ante las altas valuaciones del mercado. De hecho, dejó de recomprar acciones de Berkshire en mayo de 2024, cuando consideró que el precio estaba por encima del valor intrínseco de la empresa.

“La acción estaba sobrevalorada”, comentó al Financial Times Christopher Bloomstran, presidente de Semper Augustus Investments, accionista de Berkshire. Bloomstran cree que la reciente corrección podría incentivar a Buffett a comenzar a comprar nuevamente pronto.

El desafío de Greg Abel

El vicepresidente de Berkshire Greg Abel durante la reunión anual de accionistas de Berkshire Hathaway en Omaha, Nebraska. Se convertirá en el CEO de la empresa tras la salida de Buffett. (REUTERS/Brendan McDermid)

Con la partida de Buffett programada para fin de año, todos los ojos estarán puestos en Greg Abel, vicepresidente de las operaciones no aseguradoras de Berkshire, quien asumirá como CEO. Los analistas esperan que Abel esté bajo un escrutinio mucho más estricto que su predecesor.

Bill Stone, director de inversiones de Glenview Trust, un inversionista en Berkshire, comparó la reserva de efectivo y inversiones en bonos del Tesoro de la empresa con “Fort Knox”. Sin embargo, reconoce que en un mercado impulsado por la tecnología, Berkshire enfrenta desafíos únicos.

“Lo que realmente se está moviendo en este mercado es la tecnología, y sabemos que eso no es realmente lo suyo”, dijo Stone al FT, refiriéndose al enfoque tradicional de inversión en valor de Buffett.

El legado de seis décadas de Buffett al frente de Berkshire, transformando una textilera en dificultades en un conglomerado financiero que abarca desde seguros hasta gasoductos, enfrenta ahora su prueba más grande: demostrar que puede prosperar sin la presencia del “Oráculo de Omaha”.