El euro cerró este miércoles el año 2025 con una revalorización anual del 14% frente al dólar, impulsada en gran medida por el debilitamiento del “billete verde”. Esta tendencia plantea desafíos para las exportaciones de la zona euro, que desde el 1 de enero incorporará a un nuevo miembro: Bulgaria.
La cotización de la moneda única inició el año con una marcada debilidad, llegando el 2 de enero a 1,027 dólares, un valor que no se registraba desde noviembre de 2022. Este descenso se atribuyó a la diferente evolución económica entre Estados Unidos y la zona euro. Al cierre de 2024, el PIB estadounidense habría crecido un 2,8%, mientras que la expansión en el denominado “Viejo Continente” fue del 0,7%.
El retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero marcó un punto de inflexión para el euro, que comenzó a apreciarse frente al dólar hasta alcanzar este miércoles los 1,1732 dólares. El máximo anual se registró el 1 de julio, cuando la divisa europea llegó a cotizar a 1,1807 dólares, un nivel que no se veía desde 2021.
Este repunte coincidió con una fase de acercamiento comercial entre Washington y Bruselas, tras la imposición de gravámenes a productos importados por parte de la administración Trump. Aquellas negociaciones derivaron en un acuerdo marco entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE), mediante el cual Washington se comprometió a aplicar un arancel promedio del 15% a la mayoría de los bienes europeos, mientras que Bruselas acordó eliminar aranceles para productos estadounidenses. “El resultado negociado evita una escalada perjudicial y sienta las bases para continuar el diálogo y desarrollar las relaciones transatlánticas”, señalaron ambas partes en su comunicado conjunto del 21 de agosto.
Desde entonces, el euro se ha mantenido en una franja comprendida entre 1,159 y 1,173 dólares, impulsada principalmente por la debilidad de la economía estadounidense. Según explicó Hubertus Bardt, economista del Instituto para la Economía Alemana (IW), a la agencia EFE, este comportamiento responde “fundamentalmente a las actuales debilidades de la economía estadounidense”. Bardt atribuyó el debilitamiento del dólar a “una situación económica fragilizada” en Estados Unidos y a la “presión sobre la Reserva Federal” ejercida por Trump “para que baje los tipos de interés”.
El economista destacó que la fortaleza del euro, en niveles similares a los de 2014 y 2015, provoca un encarecimiento de los precios de exportación europeos, lo que impacta negativamente en la competitividad de los productos de la región.
En cuanto a las perspectivas para 2026, Bardt estimó que la situación se mantendrá estable para el euro, dado que no se prevén cambios significativos en las principales economías europeas. Alemania permanecería con un PIB estancado, mientras que Francia representa, en palabras del experto, un “riesgo central para Europa” desde el punto de vista financiero. El Tesoro francés anunció el martes que prevé emitir 310.000 millones de euros de deuda a medio y largo plazo durante el próximo año, cifra que marca un nuevo récord y que podría ajustarse en función de la futura ley de presupuestos para 2026.
En este contexto, Bulgaria se convertirá este jueves en el país número 21 en adoptar el euro. Para celebrarlo, el edificio de la sede central del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort será iluminado durante enero.
(Con información de EFE)