Tendencia total desde su estreno, la serie argentina “El Eternauta” tuvo un rendimiento sobresaliente a nivel mundial, llegando a ser la tercera más vista en el mundo, detrás de la última temporada de You y la producción animada Asterix & Obelix: The Big Fight, según el sitio especializado FlixPatrol.
Basada en la clásica historieta creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, la producción argentina se lanzó a nivel mundial el pasado miércoles 30 de abril. La dirección está a cargo de Bruno Stagnaro y el elenco está conformado por Ricardo Darín, Carla Peterson, Ariel Staltari, César Troncoso, Marcelo Subiotto, Claudio Martínez Bel y Andrea Pietra, entre otros.
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Con un impresionante nivel de producción y efectos especiales, la historia relata un escenario apocalíptico en Buenos Aires tras una invasión alienígena en la Tierra, la cual utiliza una tormenta de nieve tóxica para aniquilar a la mayor parte de la población. La resistencia a la invasión es liderada por Juan Salvo (Darín), quien se encargará de la supervivencia del grupo que pelea por la libertad.
En los primeros minutos de la serie, la tormenta genera que circuitos eléctricos y equipos electrónicos se vean afectados por la alta radiación proveniente de la ruptura de los cinturones de Van Allen (que causa la tormenta de nieve tóxica). Esto interrumpe las comunicaciones, satélites, GPS y otros dispositivos electrónicos.
Como consecuencia, no funcionan siquiera los autos modernos. Sin embargo, en el transcurso de la historia, los protagonistas se dan cuenta que en realidad “lo viejo funciona”, por lo que pueden hacer uso de algunos artefactos como una radio vieja, un tocadiscos y algunos vehículos que ya tienen sus años, volviéndose grandes protagonistas de la trama.
Ford F100, la ayuda de la resistencia
En un momento de la serie, una Ford F100 rescata a Juan Salvo y sus compañeros de ser atacados por los cascarudos extraterrestres. Desde su llegada en 1959 y con producción nacional a partir de 1961 en la planta de Pacheco, esta chata se convirtió en una de las camionetas más emblemáticas del país. Pensada para el trabajo duro, fue adoptada rápidamente por usuarios rurales y comerciales por su confiabilidad mecánica y capacidad de carga.
Durante sucesivas décadas, incorporó mejoras en motorización, diseño y confort. Con el tiempo sumó opciones con tracción integral, consolidando su reputación como sinónimo de resistencia.
La Estanciera: pionera del todoterreno
Producida localmente por Industrias Kaiser Argentina (IKA) a partir de 1957, la Estanciera fue uno de los primeros vehículos utilitarios deportivos fabricados en el país, combinando fortaleza mecánica con funcionalidad tanto para tareas rurales como para el uso cotidiano en ciudad. Es uno de los primeros modelos en aparecer en la serie.
Equipada con motorizaciones de cuatro y seis cilindros, ofrecía versiones con tracción simple o integral, lo que ampliaba su versatilidad. Su diseño de líneas rectas y estructura metálica robusta le otorgaba una estética sencilla pero eficiente, que contribuyó a su popularidad. La producción finalizó en 1979, tras más de dos décadas de permanencia en el mercado, dejando una marca profunda en la historia automotriz argentina.
Renault 12 Break: aliado de las familias argentinas
Lanzado en 1973 por IKA-Renault, la versión rural del conocido Renault 12 amplió la oferta de uno de los modelos más exitosos de su época. Conocida como “Break”, la variante se consolidó como una opción ideal para familias de clase media, destacándose por su amplitud, funcionalidad y bajo costo de mantenimiento.
Compartía mecánica con el sedán, incluyendo el motor de 1.4 litros, tracción delantera y suspensión independiente. Su producción se extendió hasta 1994, consolidando su lugar como uno de los referentes de durabilidad y economía de su generación.
Ford Taunus: el clásico del óvalo en el país
Presentado en 1974, el Ford Taunus fue el primer modelo de estilo europeo fabricado por la marca en Argentina. Producido en la planta de Pacheco hasta 1984, el modelo ofreció versiones sedán y coupé, esta última incorporada al año siguiente y muy valorada por los entusiastas de la velocidad y el diseño.
Llegó con una gama de motores que incluía opciones de 1.6, 2.0 y 2.3 litros. Tras una década de éxito, fue reemplazado por el Ford Sierra.
Citroën Mehari: liviano y sencillo
El Mehari fue uno de los modelos más singulares que circularon por las rutas argentinas en los años 70. Fabricado localmente entre 1971 y 1980, su diseño rupturista y carrocería plástica resistente lo convirtieron en un vehículo versátil y original.
Derivado del Citroën 2CV, utilizaba un motor bicilíndrico combinado con tracción delantera y una suspensión eficaz en caminos irregulares. Su estructura liviana, techo desmontable y asientos básicos lo hicieron ideal tanto para actividades recreativas como para tareas rurales. A lo largo de “El Eternauta” queda más que clara su practicidad.
Torino: orgullo de la industria nacional
Un modelo que no podía faltar en la cinta. Entre 1966 y 1982, el Torino se convirtió en uno de los máximos exponentes del desarrollo automotor argentino. Concebido a partir del Rambler American, combinaba refinamiento europeo con robustez mecánica adaptada a las condiciones locales.
Fabricado en la planta de Santa Isabel en Córdoba, se ofrecía versiones sedán y coupé y se produjeron casi 100.000 unidades que forman parte del legado del modelo en el país.
Mercedes Benz 1114: un vehículo que vale una casa
Fabricado entre los años 70 y mediados de los 90, el Mercedes-Benz 1114 fue un camión mediano fundamental para el transporte nacional. Con motor diésel de seis cilindros y 5.7 litros, se destacó por su durabilidad, economía de uso y versatilidad.
Este modelo podía configurarse como furgón, chasis-cabina, volcador o colectivo, tanto urbano como interurbano. Su resistencia mecánica y la facilidad de mantenimiento lo convirtieron en una herramienta clave para mover carga y pasajeros en todo el país. En la serie vemos su adaptación como motorhome, permitiendo que los protagonistas puedan dormir en el vehículo durante el viaje.
El “peligroso” Peugeot 404
Si bien en la serie no destacan sus pasajeros por sus buenas acciones, el Peugeot 404 goza de una participación en un primer plano. El modelo comenzó su producción en Argentina en 1962, ensamblado por los Industriales Argentinos Fabricantes de Automóviles (IAFA) hasta 1964. La producción se retomó en 1965 por la Sociedad Anónima Franco Argentina de Automotores (SAFRAR), una sociedad integrada por Peugeot y Citroën. A lo largo de su trayectoria en el país, se fabricaron más de 160.000 unidades en diversas versiones: sedán, rural, pickup y variantes deportivas .
Se destacó por su robustez, confiabilidad y versatilidad, características que lo convirtieron en un vehículo popular tanto en entornos urbanos como rurales. La producción del 404 en Argentina finalizó en 1980 tras la absorción de SAFRAR por parte de la Sociedad Europea de Vehículos para Latinoamérica (SEVEL), una joint venture entre Fiat y Peugeot.