Durante una emotiva aparición en Almorzando con Juana, Valentín Yankelevich, hijo de Romina Yan, compartió con el público cómo la memoria de su madre sigue viva en cada uno de sus logros personales y profesionales.
Como piloto de TC 2000, el joven de 22 años detalló que percibe la presencia de su madre en cada carrera, un sentimiento que lo conecta profundamente con ella a pesar de haberla perdido a una edad temprana.
Valentín tenía solo siete años cuando su madre falleció, conmovió a todos los presentes al expresar cómo la presencia de la recordada protagonista de Chiquititas lo acompaña en su trayectoria como piloto. Este vínculo espiritual no solo le brinda fortaleza sino que también guía sus pasos en cada competencia dentro del automovilismo, una disciplina que ha abrazado con pasión.
“¿Qué diría tu vieja viéndote a vos arriba de un auto?”, le preguntó la conductora al piloto, quien eligió llevar el apellido materno en su carrera y es fruto del matrimonio que la actriz tuvo con Darío Giordano, con quien también tuvo a Franco y Azul.
“Yo sé que está conmigo en el auto, no tengo ninguna duda. La siento muy presente, trato también yo con lo que puedo de tenerla presente, el número del auto elegí el número cinco por su cumpleaños. Yo creo que tendría miedo, no te voy a mentir, pero yo creo que en cierto punto dejaría ese miedo de lado y me apoyaría cien por ciento en mi decisión”, se abrió Valentín, quien eligió otro rumbo para su vida, lejos del ambiente artístico en el que creció.
“La siento muy presente, la siento conmigo, siento que me ayuda. Ha habido muchas situaciones donde digo no sé cómo pasó esto y estoy seguro que pasó porque ella estaba ahí. Es lo que decía Nico Vázquez de caerse y levantarse. Toda mi vida he sobrepasado todo… Cuando me pasó lo de mi mamá yo era muy chico. Después de eso todos los problemas se quedan chiquitos”, reflexionó.
“Tenía siete años. La tristeza no es tanto por… Uno se acostumbra a vivir con el dolor, es más por los momentos que se pierden, más por ser tan chico que no viviste tantas cosas y además mi mamá era la número uno. Era la mejor madre. No es joda, era posta un ser de luz”, compartió, la faceta más íntima de Romina Yan.
“Estaba tan presente. Realmente fue la mejor mamá del mundo, entonces también cuando miro para atrás o para adelante, todas las cosas que se vienen yo sé que está. En lo físico se extraña, pero la verdad que disfruto mucho lo que hago”, aseveró, para después hablar del rol que tiene Gustavo Yankelevich, su abuelo, en su vida como en la de sus hermanos.
“Mi abuelo nos apoya un montón a todos. La verdad es que se ha puesto la familia al hombro desde el primer momento y para mí, yo siempre lo digo, es mi ídolo. Yo lo he visto muchas cosas que no se las merecía y ahí firme, para adelante. Siempre le mete para adelante. Nunca vi a nadie trabajar tanto como él. Te lo juro”, destacó.
El deportista también elogió a su abuela, Cris Morena, y la broma que le hizo en diciembre del año pasado cuando la grabó diciéndole que quería convertirse en actor, un gran sueño para la productora. “La grabé haciéndole una joda. Yo sabía que a ella le encantaría que todos seamos actores y ponernos en todas sus tiras”, recordó, divertido.
“Jugando un poquito con eso, la grabé diciéndole ‘abuela, dame un papel que estoy para actuar’. Fue para jugar un poquito. Igual, ella me apoya mucho también en lo que hago”, concluyó, entre risas.