
Cada 8 de mes, Benjamín Vicuña mantiene viva la memoria de su hija Blanca, que tuvo junto a Carolina “Pampita” Ardohain, a través de un homenaje cargado de significado. El actor chileno, reconocido por su trayectoria en cine y televisión, ha transformado esta fecha en un ritual de recuerdo, compartiendo públicamente su dolor y su amor mediante gestos simbólicos. En esta ocasión, en el día de ayer el tributo adquirió un matiz especial: Vicuña publicó una fotografía inédita junto a Blanca, reforzando el lazo que los une más allá del tiempo.
El homenaje mensual de Vicuña suele representarse con la imagen de un ramo de rosas blancas, símbolo de pureza y memoria, que el actor comparte en sus redes sociales cada día 8. Este gesto, repetido mes tras mes, se ha convertido en una expresión constante de duelo y recuerdo, permitiendo que la figura de Blanca permanezca presente tanto en el ámbito familiar como en el público.
En el tributo de este mes, Vicuña eligió compartir una imagen nunca antes vista. En la fotografía, el actor aparece abrazando a Blanca, ambos con los ojos cerrados, transmitiendo una sensación de paz y cercanía. La niña, vestida completamente de blanco, descansa en los brazos de su padre, en una escena que refleja la ternura y el vínculo profundo entre ambos. Junto a la imagen, Vicuña añadió un mensaje breve y emotivo, “8,Blanca”, acompañado de un corazón blanco, subrayando el carácter íntimo del homenaje.

La historia de Blanca marcó profundamente a su familia y a quienes siguieron de cerca la tragedia. La niña falleció el 8 de septiembre de 2012, a los seis años, como consecuencia de una neumonía hemorrágica, una enfermedad poco frecuente y grave en la infancia. Blanca fue ingresada en la Clínica Las Condes de Santiago de Chile, donde recibió atención médica antes de su fallecimiento. La pérdida dejó una huella imborrable en sus padres y en el entorno cercano.
Vicuña mantiene un vínculo profundo también con los hijos que tuvo con la actriz Eugenia “China” Suárez, Magnolia y Amancio, que residen actualmente en Turquía junto a su madre, China Suárez, y el futbolista Mauro Icardi, una distancia que ha transformado la cotidianeidad de Benjamín Vicuña en una larga espera plagada de dolor.
Algunos días atrás, el actor confesó haber atravesado más de cuarenta días sin ver a sus hijos, una realidad que compartió con voz entrecortada en el programa Podemos Hablar, de Chilevisión, conducido por Diana Bolocco: “No veo a mis hijos hace más de cuarenta y tantos días”.
En sus palabras, admitió que el momento resulta difícil de asimilar: “No es el ideal, pero lo estoy enfrentando con madurez, con amor hacia mis hijos, intentando creer que es algo temporal, que luego va a volver todo a la normalidad”. La situación, que considera injusta “pero no por mí, por mis hijos”, lo obliga a buscar maneras de adaptarse a una dinámica familiar incierta. “Voy tratando de asimilar, de administrar algo nuevo, algo que no estaba en mi radar, pero es complicado”, agregó. El deseo de mantener la privacidad de los pequeños se acentuó cuando reconoció: “Hoy más que nunca, me gustaría cuidarlos, protegerlos y no hablar de ellos. La verdad, no es un lindo momento, más allá de decirte que sí los echo mucho de menos, hablo todos los días con ellos por teléfono”.
Respecto de la relación con la madre de los menores, Vicuña no dudó: “No tengo una relación fluida con la madre de mis hijos, ya que esto generó una dinámica súper difícil, cuando dos personas adultas no se ponen de acuerdo, con un tema tan básico, lógico, como es la residencia, lugar donde viven… no es que tienes un problemita, es un problema grave”.
¿Qué ocurre cuando no hay entendimiento posible? El actor responde desde la resignación y el afecto: “Así todo, yo como hombre maduro, grande, termino cediendo que mis hijos estén con su mamá, creo que tienen que estar con su mamá, porque Eugenia es una buena mamá. También creo que mis hijos merecen estar con sus hermanos, en su colegio, en Argentina”.