El primer ministro británico Keir Starmer destituyó el jueves con efecto inmediato al embajador del Reino Unido en Estados Unidos, Peter Mandelson, tras revelarse nuevos detalles sobre la relación del diplomático con el delincuente sexual convicto estadounidense Jeffrey Epstein.
La decisión se produjo una semana antes de la visita oficial de dos días del presidente estadounidense Donald Trump al Reino Unido, y después de que salieran a la luz correos electrónicos en los que Mandelson expresaba apoyo al magnate financiero mientras este enfrentaba cargos por delitos sexuales en 2008.
El secretario de Estado de Exteriores, Stephen Doughty, comunicó la destitución a los diputados en la Cámara de los Comunes. El Foreign Office británico justificó la medida señalando que los documentos revelados esta semana “muestran que la profundidad y el alcance de la relación de Peter Mandelson con Jeffrey Epstein es sensiblemente diferente de lo que se conocía en el momento de su nombramiento”.
Según reportes de medios como The Sun y Bloomberg, Mandelson envió mensajes de apoyo a Epstein durante las investigaciones de 2008. “Pienso mucho en ti y me siento impotente y furioso por lo que ha pasado”, habría escrito el diplomático de 71 años al financiero. En los mensajes, enviados poco antes de que Epstein se declarara culpable para llegar a un acuerdo, Mandelson también lo animaba a “luchar por una liberación anticipada”.
El Foreign Office destacó en particular “la sugerencia de Peter Mandelson de que la primera condena de Jeffrey Epstein fue injusta y debería ser impugnada”, considerándolo “información nueva” para el gobierno británico. “En vista de ello, y teniendo en cuenta a las víctimas de los crímenes de Epstein, ha sido destituido como embajador con efecto inmediato”, señaló el comunicado oficial.
La controversia se intensificó tras la publicación de una carta de 2003 en la que Mandelson se refería a Epstein como su “mejor amigo”. El mensaje aparecía en un libro compilado por amigos de Epstein para su 50º cumpleaños, que también contiene una carta junto al contorno de una mujer desnuda con la presunta firma de Trump, aunque el presidente estadounidense lo niega.
Apoyo inicial de Starmer
Apenas el miércoles, Starmer había defendido públicamente a su embajador ante el Parlamento británico, destacando que Mandelson “ha expresado en varias ocasiones su profundo pesar por haber estado asociado” con Epstein. El primer ministro había calificado al financiero como un “criminal despreciable” que “destruyó la vida de muchas mujeres y niñas”.
Sin embargo, la presión política sobre Starmer había aumentado durante varios días. Legisladores tanto conservadores como laboristas habían pedido la destitución de Mandelson, cuestionando la sostenibilidad de su posición diplomática.
En una entrevista reciente con The Sun, Mandelson admitió que su mensaje a Epstein era “muy embarazoso de ver”, aunque defendió que “fue escrito antes de que fuera inculpado”. El diplomático afirmó no haber “presenciado nunca actos reprobables” ni “pruebas de actividades delictivas”, y dijo que había confiado en las afirmaciones de inocencia del magnate que “resultaron ser terriblemente falsas”.
Epstein, quien falleció en prisión en 2019 antes de ser juzgado por delitos sexuales, había sido acusado de tráfico y abuso sexual de menores. Su muerte alimentó numerosas teorías conspirativas sobre un posible asesinato para evitar revelaciones comprometedoras sobre figuras de alto perfil.
La salida de Mandelson representa otro revés para Starmer, quien había nombrado al veterano político laborista en el cargo hace menos de un año con el objetivo de consolidar los lazos entre su gobierno y la administración Trump. La semana pasada, la viceprimera ministra Angela Rayner también presentó su renuncia a raíz de un escándalo por arreglos fiscales.
Mandelson, una figura clave del Partido Laborista, fue uno de los arquitectos del “Nuevo Laborismo” de centroizquierda de Tony Blair en los años 90. Sirvió como ministro en tres ocasiones, incluidas las carteras de Empresa e Irlanda del Norte, y fue comisario europeo de Comercio entre 2004 y 2008.
La líder del Partido Conservador, Kemi Badenoch, criticó la demora de Starmer en actuar, escribiendo en X que el primer ministro “titubeó cuando necesitó ser decisorio” y cuestionó qué sabía el líder laborista sobre la situación y cuándo lo supo.
(Con información de AFP y EFE)