A veces, la honestidad también tiene un sabor agridulce. En Marruecos, la decisión de Lamine Yamal de representar a España sigue doliendo. Pero duele de una manera distinta. Porque no hay engaño, ni doble discurso. Solo la certeza de que un crack generacional dijo su verdad desde el principio y eligió con el corazón.

“Dos o tres días después de hablar con él me llamó con respeto y me dijo ‘Míster, gracias por el cariño, pero voy a elegir a España. Me siento español’. Es un chaval muy honesto”, reconoció Walid Regragui, el entrenador que condujo a Marruecos a un histórico cuarto puesto en el Mundial de Qatar 2022, en una entrevista televisiva con El Chiringuito.

La confesión, que sorprendió por su tono calmo y despojado de rencor, fue acompañada de otra frase que lo dice todo: “El chico nunca mintió. No jugó al soy marroquí o español. Simplemente eligió a España. Así es el fútbol”.

El DT Walid Regragui hizo todo lo posible para intentar convencer a Yamal, aunque valora su honestidad

Detrás de ese tono de aceptación, sin embargo, hay una pérdida mayúscula. Marruecos lo intentó todo: Regragui lo llamó personalmente, la Federación le presentó un proyecto ambicioso que incluía la Copa Africana de Naciones en casa y el Mundial 2030 compartido con España y Portugal, con la chance de que Yamal fuera el estandarte de una generación dorada. Pero no fue suficiente.

El joven nacido en Mataró, Cataluña, es hijo de madre ecuatoguineana y padre marroquí, y eligió el lugar donde creció, el país que lo formó. Lo hizo sin escándalos, sin presiones públicas. Y cuando en septiembre de 2023 debutó con la camiseta de España, con solo 16 años y 57 días, rompió dos récords: el del jugador más joven en debutar y el más precoz en marcar un gol con la Roja.

“Yo hablé directamente con Lamine Yamal y él fue honesto conmigo y también con la Federación de Marruecos. Hablamos con él, con su familia y con su abogado. Fue el primer caso que tuve cuando llegué a la selección”, detalló Regragui. “Lo intentamos todo con el proyecto que tenemos con Marruecos, con el Mundial de 2030, con el cariño que el país podía darle a Lamine… Pero el chaval nunca mintió”, volvió a remarcar.

Yamal se crió en el barrio de Rocafonda, en Mataró, y desde muy chico se destacó por su talento dentro de la cancha. Su irrupción en el fútbol profesional fue meteórica. Aún sin cumplir los 18, ya suma casi cien partidos con el primer equipo del Barcelona, en los que marcó 21 goles y dio 30 asistencias. Con el conjunto culé, ganó dos títulos: LaLiga 2022/23 y la Supercopa de España 2025.

Con la selección mayor de España, ya disputó 19 encuentros y anotó 4 goles. Fue jugador clave del equipo que ganó la Eurocopa 2024 en Alemania, consolidándose como una de las figuras más prometedoras del fútbol mundial. Su valor de mercado actual asciende a 180 millones de euros, cifra que lo coloca a la par de Jude Bellingham y solo por debajo de Erling Haaland y Vinícius Júnior, ambos tasados en 200 millones.

Yamal aun no cumplió los 18 años y está a punto de llegar a los 100 partidos con la camiseta de Barcelona

Desde Marruecos, la decisión de Yamal se vive con resignación. El propio Regragui, con una mezcla de admiración y pesar, reconoció: “Lamine Yamal es un crack generacional. Lo que hace a su edad es increíble. Le deseamos mucha suerte”.

Más allá del dolor deportivo que significa perder a un jugador de ese calibre, la Federación Marroquí valora que el proceso fue transparente. En un contexto donde muchos jugadores con doble nacionalidad se ven envueltos en presiones, especulaciones o promesas incumplidas, el caso de Yamal fue distinto. No hubo manipuleos ni estrategias dilatorias. Solo una elección clara y honesta.

Así es el fútbol”, repite Regragui. Y en Marruecos, por más que cueste, eligieron aceptar la decisión de Lamine con respeto. Hoy, mientras Yamal sigue escribiendo su historia con la camiseta de España, desde Rabat lo siguen con una mezcla de orgullo ajeno y lo que pudo ser. Porque cuando un talento como él aparece, lo único que queda es admirarlo. Aunque haya elegido vestir otros colores.