Aunque ayer subió diez pesos hasta $ 1.285, el tipo de cambio oficial sigue flotando en márgenes acotados, que es el escenario deseado por el equipo económico. Ayer hubo más ventas de futuros de dólar del Banco Central, sobre todo en los plazos más cortos, lo que ayuda a contener la demanda en el mercado contado. Estas operaciones junto a tasa de interés en pesos que se mantienen en niveles elevados son claves en este momento para que los movimientos se mantengan dentro de un rango más bien acotado.
El comportamiento del dólar es seguido de cerca en las últimas horas porque hace dos días se terminó la liquidación del agro aprovechando la baja de retenciones. Sin embargo, ya a fines de junio y principios de julio se había hecho evidente que los propios productores agropecuarios liquidaban para aprovechar la ventaja impositiva, pero inmediatamente utilizaban los pesos para conseguir cobertura cambiaria.
Las ventas del BCRA en futuros llegaron al punto que para el cierre de julio (que será la semana que viene), el tipo de cambio de cobertura quedó por debajo del precio contado. Una invitación más que clara para reducir la demanda potencial.
En el Gobierno tienen claro que se vienen semanas complicadas para el mercado cambiario. No solo ya se siente la menor liquidación del campo, sino que además se espera una mayor demanda en concepto de atesoramiento ante la cercanía de las elecciones.
Este año, a diferencia de lo sucedido en 2024, no hay ingreso excepcional de dólares como ocurrió con el blanqueo. Eso había sido clave no solo para controlar la suba del tipo de cambio, sino que incluso lo impulsó a una fuerte baja desde 1.500 a 1.100 pesos. Incluso ahora la cotización sigue debajo del nivel de hace un año.
Para el Gobierno es clave que el ajuste cambiario no se traslade a los precios y lo habría logrado en julio, ya que se espera un índice muy parecido al del mes pasado, o sea en torno al 1,6 por ciento.
En el Gobierno tienen claro que se vienen semanas complicadas para el mercado cambiario
Al mercado le sigue preocupando el debilitado nivel de reservas netas, que se mantiene negativo en torno a USD 8.000 millones.
En ese sentido, trajo alivio la noticia respecto al visto bueno del FMI en relación al cumplimiento de las metas trimestrales por parte de la Argentina. No solo porque destraba el desembolso de USD 2.000 millones previsto en el inicio del acuerdo, sino además porque no se puso énfasis desde Washington al incumplimiento por parte del Gobierno a la acumulación de reservas.
Todo hace pensar que para obtener el visto bueno del organismo, el Tesoro salió a comprar dólares en las últimas semanas a través de operaciones en bloque. Aunque la cifra no llega aún a los USD 1.000 millones, evidenció que se empezó a aplicar uno de los mecanismos sugeridos por el Fondo, es decir, la compra de divisas aun cuando el tipo de cambio no haya llegado al piso de la banda.
Ahora habrá que esperar el impacto del visto bueno del staff del organismo en los precios de acciones y bonos. Ya en las últimas jornadas hubo mayor demanda de activos argentinos, con subas en ambos tipos de activos. También es esperable que esta confirmación ayuda al menos marginalmente a llevar algo de tranquilidad al dólar, considerando además que el desembolso del Fondo irá a fortalecer las reservas.
El mercado no solo está pendiente del ritmo de acumulación de reservas por parte del Tesoro, especialmente los tenedores de bonos. Sobre todo se está mirando el resultado de las elecciones bonaerenses, el 7 de octubre, y luego lo que suceda en las legislativas.