El ex participante de Cuestión de Peso (El trece), Cristian Fredes, abrió su corazón tras una experiencia límite que marcó un antes y un después en su vida. Hace solo unos días, bomberos de Merlo acudieron a su domicilio para asistirlo; completamente imposibilitado de movilizarse por sí mismo y superando los 300 kilos, había quedado atrapado en su propia casa.
En una entrevista cargada de emociones en Mujeres argentinas (El trece), Cristian, con la voz entrecortada, no dudó en compartir el torbellino de sensaciones que lo atraviesan desde ese día. “Ahora me siento cuidado, me siento con ganas. Me cambió un montón. Volver a estar acá, me da ganas. Pienso en un futuro que no pensaba antes”, reveló con sinceridad, como si esas palabras fueran un pequeño triunfo frente a los días en que sintió que todo se apagaba.
Su relato viaja inevitablemente hacia su historia familiar y los recuerdos de infancia. “Mi abuela, mi abuelo, yo… todos éramos gordos, somos gordos”, repitió, como buscando una raíz, una explicación dentro del linaje. Reconoció que alguna vez pensó haber dejado atrás esa lucha: “Creí que cuando bajé de peso no iba a volver a subir”. Una esperanza frustrada que, sin embargo, no le impide volver a intentarlo.
En los ojos de Cristian se reflejan múltiples duelos: no solo el suyo propio, sino el de quienes lo rodean. “Mi vieja y mi viejo fueron los que más la sufren porque no me dicen nada… Ayer los veía. Todas las cosas que hablaban cuando hablaron en el canal y me entero por la televisión porque a mí no me decían nada”, describió, al evidenciar el dolor familiar y las palabras que no se pronuncian en casa, pero duelen igual.
El encierro fue avanzando día a día, con la rutina reduciéndose hasta que la cama se transformó en un pequeño universo, casi un encierro sin salida. “Antes estaba en mi casa, después pasé a mi pieza, después a un sillón de mi pieza, después llegué a la cama y me quedé en la cama”, relató. Sencillo, directo y profundo, reconoció el abismo emocional: “A veces uno no piensa en hablarlo con otros. Lo que me pasaba era creer que ahí iba a quedar mi vida, que ya está, que los días estaban contados y ya no había otra manera”.
El rescate marcó un punto de inflexión. El joven aseguró que la intervención de los bomberos fue un sacudón emocional, el primer paso para mirar su situación desde fuera, con la esperanza renacida. “Yo pensé que no iba a salir más de ahí, de la habitación. Y verme en tercera persona me daban ganas de darme un abrazo a mí mismo”, expresó, al dejar al descubierto la vulnerabilidad y la fuerza de quien, al borde del abismo, decide mirar hacia adelante.
Sergio Verón, el médico del programa y quien lo conoce desde hace años, fue testigo de la gravedad de la escena. Según relató en declaraciones televisivas, el panorama era alarmante: “Ayer fui a la casa y él estaba muy mal. Cristian hoy está por arriba de los 300 kilos. Hablamos con la clínica, con bomberos, con policía, con defensa civil del municipio de Merlo, de Núñez”. La coordinación fue urgente y esencial y el joven pudo tratarse a tiempo.
El caso de Cristian Fredes conmueve por la crudeza de su realidad y la honestidad con la que expone su dolor y sus miedos. Diez años después de haber ingresado al reality que lo convirtió en una figura mediática, enfrenta la repetición de una batalla que conoce demasiado bien. Sin embargo, tras el drama y la exposición, late una esperanza tímida: la de un futuro en el que, tal vez, esta historia encuentre otro final.