(Candela Teicheira)

La voz de Arturo Puig suena quebrada, casi ajena, cuando rememora a su gran amor a once meses de la muerte de Selva Alemán. “Es difícil vivir sin Selva, saber que no la voy a ver más y cuesta todo, me cuesta mucho, pienso todo el tiempo en ella y además me mudé, estoy en medio del despelote de la mudanza en un departamento, dejé la casa que vivimos con Selva», confiesa el actor en diálogo con Teleshow.

“Hace cuatro días que me mudé y estoy viviendo acá, lleno de cajas y canastos”, describe unos minutos después de haber escrito un mensaje en carne viva en sus redes sociales: “Selva mi amor cómo sigo sin vos”.

La cotidianeidad, esa rutina antes compartida, hoy pesa y duele más. “Todo lo que hago me gustaría compartirlo con ella, ahora con la mudanza, esas cosas cotidianas que me muestran que no está”. Su relato dibuja la silueta de un duelo atravesado por lo simple y lo profundo, marcado por la ausencia y la necesidad de seguir.

El mensaje desgarrador de Arturo Puig a Selva Alemán, a 11 meses de su muerte (Instagram)

A 11 meses de la partida de Alemán, Puig intenta adaptarse a una vida sin ella. El departamento en el que ahora vive lejos de la casa que compartieron es testigo del proceso de desprenderse, no de los recuerdos, sí de un espacio común irremplazable. Las cajas y canastos, el movimiento, el desorden, funcionan como símbolos de una etapa nueva e inexplorada que no pudo elegir. La mudanza, lejos de ser solo un cambio de dirección, es una forma silenciosa de buscar alivio en medio de la orfandad emocional.

Las palabras, los gestos, los ritos forman parte de una despedida que se extiende en el tiempo. Así, en su testimonio a través de su cuenta de Instagram expresó parte de este dolor que intenta compartir con sus seres queridos.

El eco de la tristeza todavía retumba en la familia y entre los amigos cercanos. El mismo día en que se conoció la noticia del fallecimiento, el 3 de septiembre de 2024, la colonia artística argentina y el público manifestaron su apoyo y respeto. En el velatorio y sepelio, cientos se acercaron para despedir a la actriz. Al mediodía siguiente, Arturo dio paso al agradecimiento: “¡Gracias! por todo el amor que le han manifestado a mi amada Selva”, compartió junto a una foto y un corazón rojo, como la marca inevitable de la pasión compartida durante medio siglo.

Apenas se vieron, supieron que terminarían juntos: Arturo y Selva

La suspensión de la obra Visitando al Sr. Green a principios de este año apareció como consecuencia directa de ese proceso interno. El propio productor, Carlos Rottemberg, explicó que la decisión llegó después de que Puig confesara no sentirse preparado para asumir el protagónico. El proyecto, pensado como un gesto de amistad, buscaba acompañar el duelo desde lo profesional, pero la realidad emocional del actor llevó a detener todo. Facundo Arana, parte del elenco, puso en palabras el respeto colectivo: consideró que todos los involucrados actuaron con profesionalismo y admiración. Así, el mundo del teatro apoyó sin reservas la elección de Puig de priorizar su tiempo de duelo.

El amor entre Selva Alemán y Arturo Puig no pertenece solo al anecdotario personal, sino que es parte del patrimonio afectivo del teatro argentino. Juntos desde los años setenta, construyeron una vida y una carrera en común que supieron mostrar en cada aparición pública. El legado de Alemán permanece en la memoria de quienes la vieron actuar y en la vida de quienes la amaron. La espera por un posible regreso de Puig al escenario continuará, con la certeza de que cada espacio vacío habla, sin palabras, del vínculo profundo que marcó toda una existencia.