
En el umbral de una nueva temporada, el circuito ATP atraviesa un momento fascinante: mientras Carlos Alcaraz y Jannik Sinner continúan dominando con autoridad y se reparten los principales títulos, crecen las voces que piden una “tercera pata” competitiva que rompa la previsible hegemonía.
La tez de esa demanda fue resumida con claridad por Rafael Nadal semanas atrás, al recibir el premio AS Leyenda 2025. “Creo que a Sinner y a Alcaraz les falta alguien que les apriete un poco. Quienes los vemos desde fuera tenemos la sensación de que, aunque jueguen mal, van a seguir ganando y llegando a todas las finales”.
Las voces se multiplican. Por caso, Novak Djokovic, el tenista con más títulos de Grand Slams en la historia y que se prepara a pleno para el 2026, dijo hace algunas horas en la Cumbre Mundial de Deportes en Dubai: “La era de Federer y Nadal fue muy intensa en su rivalidad y no había espacio para un tercero. Pero yo hice espacio, creé espacio. Y fue increíble”.
Claro que el serbio, a los 38 años y luego de haber presenciado el retiro de sus dos principales rivales, tiene una nueva motivación tras haberlo ganado todo, y no es otra que intentar sacudir el duopolio Alcaraz-Sinner. “La razón por la que sigo adelante es también para ver hasta dónde puedo superar mis propios límites, trazando mi propio camino”, subrayó Nole, y fue más allá: “Hay un cambio en el tenis del que quiero formar parte. Así que, sí, tengo ganas de más. Los jóvenes están ahí. Claro que son geniales. Me encanta ver cómo van y vienen las generaciones”.
La idea circula como eco. La sensación de que el circuito necesita aire fresco se viraliza en los pasillos y vestuarios. Muchos jugadores, del presente y del pasado reciente, aludieron a esa tercera pata.
“Jannik y Carlos están jugando increíble, son los dos mejores en este momento, pero nunca hay que subestimar a un tercer tipo que venga y los desafíe”, planteó el ruso Daniil Medvedev, número 1 en 2022.
El italiano Lorenzo Musetti, número 8 del ranking y uno de los llamados a terciar en la puja estelar que domina el tenis de hoy, dijo este lunes en el podcast de Gill Gross: “En cuanto a los objetivos, la idea es definitivamente intentar cerrar la brecha entre Alcaraz y Sinner. He jugado contra Carlos varias veces, mientras que solo tuve un partido contra Jannik, en Nueva York, donde no pude mostrar mi mejor versión. Sin embargo, contra Carlos me sentí bien, especialmente en arcilla, como en Montecarlo y Roland Garros, donde incluso gané por un set”.
Alex de Miñaur, número 7 del mundo, también se refirió al tema esta semana. “Es algo que todos estamos intentando conseguir, y no queda otra opción que mejorar. Al final, hay que acortar distancias. He jugado partidos muy igualados los últimos dos años contra ambos, y sientes que te estás acercando”, planteó el australiano en una conferencia de prensa previa a la United Cup 2026, que comienza este jueves.
“Sigo pensando que Carlos y Jannik no son invencibles. Tengo que pensar de esa manera. Me he enfrentado a Carlos dos veces, él ganó esos dos Grand Slams y en ambos partidos nos fuimos al quinto set”, aportó el estadounidense Frances Tiafoe (30°), otro convencido en poder dar la batalla.
Los aspirantes
¿Estará en camino aquel jugador capaz de sumar una tercera posición? Uno de los nombres más sugeridos en la mesa de discusión es el de Joao Fonseca, la joven promesa brasileña que mostró créditos al consagrarse en las Next Gen Finals hace un año y, en el inicio de 2025, se coronó de punta a punta en el Challenger de Canberra y en el ATP 250 Buenos Aires. En el medio, en el Australian Open, tumbó a un Top 10: el ruso Andrey Rublev.
Sin embargo, desde allí se mostró irregular y entró en un paréntesis que pudo romper recién sobre el cierre de la temporada, cuando obtuvo el título más importante de su incipiente carrera: el ATP 500 de Basilea.
De 19 años y ubicado en el puesto 24 del ranking, el logro en la ciudad de Roger Federer le permitió a Fonseca afianzar su ascenso y sembrar una pregunta: ¿será 2026 el año de su despegue definitivo?
Jack Draper es otro de los mencionados. El británico, de 23 años, sorprendió a propios y extraños cuando, en marzo pasado, conquistó su primer título de Masters 1000 en el desierto californiano de Indian Wells, tras derrotar en la final al danés Holger Rune con un contundente 6-2 y 6-2. El título le permitió ingresar por primera vez al Top 10 del ranking mundial.
Draper encarna una mezcla seductora para los que buscan romper el dominio: potencia de saque, golpes agresivos, buen servicio y una personalidad fuerte que no se achica ante rivales de élite. “Este es mi momento, quiero competir con los mejores en cada pelota”, declaró tras su consagración en aquel certamen.
La gran duda con el británico gira en torno a su regularidad y su físico. En los últimos meses, sufrió lesiones recurrentes, especialmente una contusión ósea en el brazo izquierdo que interrumpió su temporada 2025 y que lo llevó, días atrás, a retirarse del Abierto de Australia 2026. Sin Draper, el primer Grand Slam del año ya tiene una ausencia de peso.
Holger Rune, ex número 4 del mundo y actualmente en la 15° colocación, demostró esta temporada por qué muchos lo siguen considerando parte de ese trío del futuro. Ganó un ATP 500 (Barcelona), regresó al top 10, y aunque su año terminó con una lesión que lo sacó de competencia en otoño, mantiene un nivel que, si recupera continuidad, lo pondrá en el radar como aspirante.

Otro nombre que demanda atención permanente es el del checo Jakub Mensik, que sorprendió al mundo en la última temporada al consagrarse en el Masters 1000 de Miami, donde derrotó a Djokovic en la final. En la misma semana había vencido a otros dos Top 10, como el estadounidense Taylor Fritz y el propio Draper. Tiene 20 años y se ubica en el puesto 19 del escalafón mundial.
Finalmente, no hay que perder de vista al canadiense Felix Auger-Aliassime, cuya campaña 2025 lo colocó nuevamente en el centro del radar. Con varias buenas actuaciones, el canadiense volvió a ilusionarse con volver a pelear por los grandes torneos. Ganó 3 títulos en la última temporada y terminó en el puesto 5 de la clasificación mundial. Pese a que ya tiene una extensa trayectoria en el circuito, todavía es joven -25 años- y tiene con qué.
Pese a todo, los datos de 2025 confirman cuán distanciados están Alcaraz y Sinner del resto. La brecha de consistencia, resultados y regularidad sigue siendo grande. Durante casi todo el año, ambos acapararon los títulos de alto nivel.
Para que un “tercero” verdaderamente emerja, se demandará algo más que talento bruto: el aspirante necesitará combinar talento, físico, salud, mentalidad, consistencia a lo largo del calendario y -sobre todo- capacidad para rendir en los Grand Slams.
El hecho de que haya varios aspirantes con credenciales en 2025 resulta alentador: Draper ya ganó un Masters 1000, al igual que Mensik. Fonseca logró sus primeras coronas ATP, Rune recuperó nivel y Auger-Aliassime volvió a asomar como contendiente. Pero el salto de “candidato promisorio” a “competidor estable” no es automático.
El verdadero desafío comenzará el próximo año, cuando la exigencia será mayor: más torneos, más presión, más desgaste. Si alguno logra mantenerse en forma, sumar regularidad, y protagonizar torneos grandes de manera sostenida podría convertirse en ese tercer pilar que muchos reclaman.