
La muerte de Suzanne Rees, una mujer australiana de 80 años que falleció tras ser abandonada por un crucero en la remota isla Lizard (en el extremo norte de Queensland), ha generado la cancelación del viaje y desencadenado una investigación oficial sobre el trágico suceso, según Daily Mail.
El caso que involucra a Coral Expeditions y su embarcación Coral Adventurer volvió a poner bajo la lupa la seguridad en las excursiones de riesgo y la responsabilidad de las compañías de cruceros. El incidente reavivó preguntas sobre los protocolos de emergencia y la supervisión de los pasajeros en travesías de larga duración.
Suzanne Rees, una pasajera que participaba en un viaje de 60 días para circunnavegar Australia, fue hallada sin vida en la isla Lizard, un día después de que el crucero partiera de Cairns. Su desaparición generó conmoción entre los viajeros y abrió una investigación para esclarecer qué ocurrió a bordo.
La mujer se encontraba haciendo una caminata junto a otros pasajeros hasta la cima de Cook’s Look, el punto más alto de la isla, cuando se sintió mal y optó por regresar sola. Su hija, Katherine Rees, explicó que a su madre le solicitaron volver sin acompañamiento tras enfermarse durante la excursión.
“Entonces el barco partió, aparentemente sin hacer un recuento de pasajeros. En algún momento de esa secuencia, o poco después, mamá murió, sola”, denunció Katherine Rees a Daily Mail.
Omisiones en los protocolos y reacción de la tripulación
Emergieron detalles de omisiones y retrasos tras el incidente. El Coral Adventurer había fondeado frente a la isla el sábado, permitiendo el desembarco de los pasajeros para actividades de senderismo y buceo.

Testigos como la navegante Traci Ayris, presente en las inmediaciones, indicaron a Daily Mail que la tripulación realizó recuentos para los buceadores, pero no para el resto de los huéspedes. “Las últimas personas bajaron del sendero y subieron a la lancha auxiliar, luego el barco se fue muy poco después. Incluso comentamos: ‘¡Guau, se fueron rápido!’”, narró.
La desaparición de Suzanne Rees no fue reportada hasta alrededor de las 18:00 del sábado 25 de octubre cuando no acudió a la cena, es decir, aproximadamente cinco horas después de quedar atrás. El crucero regresó a la isla a las 2:00 del domingo, tras detectar la ausencia de la pasajera.
La turista estaba caminando con otros pasajeros del crucero hacia la cima de Cook’s Look en la isla Lizard cuando necesitó detenerse y se perdió en su camino de regreso a la embarcación.
Para ese momento, ya se había desplegado una búsqueda por tierra y aire que involucró a siete tripulantes del Coral Adventurer y un helicóptero. El cadáver de Rees fue hallado el domingo, a solo cincuenta metros de la ruta de ascenso a Cook’s Look.

La reacción de Coral Expeditions fue inmediata. Mark Fifield, director ejecutivo de la compañía, anunció a pasajeros y tripulación que el resto del viaje quedaba cancelado por “el trágico fallecimiento de Suzanne Rees y problemas mecánicos previos”.
Fifield informó a Daily Mail que la empresa reembolsaría el costo total del viaje y gestionaría el retorno de los pasajeros mediante vuelos chárter. Agregó que la tripulación notificó a las autoridades la desaparición y cooperó en el operativo de búsqueda.
“Lamentamos profundamente que esto haya ocurrido y ofrecemos todo nuestro apoyo a la familia de la mujer”, señaló Fifield.
Investigación oficial sobre las fallas de seguridad
Las autoridades australianas iniciaron una investigación exhaustiva sobre el suceso. Participan la Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (Amsa), la Policía de Queensland y el forense estatal. Amsa prohibió el embarque de nuevos pasajeros en el Coral Adventurer y anunció que funcionarios recibirán la nave a su llegada a Darwin.

Daily Mail detalló que la investigación apunta a determinar si hubo fallos en los protocolos de seguridad y en el conteo de pasajeros antes de abandonar la isla.
La isla Lizard es uno de los lugares más remotos y valorados de la Gran Barrera de Coral, preferido por buceadores, esnorquelistas y senderistas. La marcha a Cook’s Look, de cuatro kilómetros, exige un nivel físico medio-alto.
El Coral Adventurer, con capacidad para 112 pasajeros, había elegido la isla como la primera escala de su travesía de dos meses por Australia.
Mientras la investigación sigue en marcha, Coral Expeditions insiste en que mantendrá su apoyo a la familia de Suzanne Rees en este momento difícil, según reiteró Daily Mail en su cobertura.

Errores en el recuento de pasajeros y la falta de acompañamiento dejaron a una mujer sola en una isla remota, provocando la suspensión del crucero y el regreso de todos los pasajeros a sus hogares por vía aérea.