Con la cadena de pagos resentida y con los créditos hipotecarios suspendidos, el Banco Central habría decidido ayudar a los bancos prestándoles pesos contra títulos del Tesoro que venzan dentro de más de 60 días y que hayan sido adquiridos directamente en una licitación.
La tasa que le cobrarán por prestarles contra caución de esos títulos es la TAMAR de bancos privados, o sea la tasa que se paga por plazos fijos a 30 días por más de $1.000 millones, hoy en 47,75% anual, más un spread.
La oferta no es generosa. Solo le conviene a los bancos que no desean vender sus LECAP que vencen antes de octubre y la diferencia no es grande porque son tasas nominales similares.
El Banco Central quiere que disminuya la oferta de LECAP en el mercado secundario porque la fuerza vendedora hace bajar los precios de esas Letras y subir las tasas. Los bancos son los mayores tenedores de estos títulos y sus pérdidas se sienten al tener que venderlos antes de su vencimiento para hacerse de liquidez.
El problema de tomar dinero entre bancos, sin intervención del Banco Central, es que ayer la tasa llegó a 81% anual por dinero a un día, aunque después se estabilizó en 45%. Con esa tasa, el sistema encendió todas las luces rojas porque la licitación de hoy podría encaminarse al fracaso. La idea de la Secretaría de Finanzas es que se renueve una parte de los $14,9 millones que vencen esta semana, porque quiere cubrir el faltante con dinero propio para dotar de más liquidez al mercado, a pesar de que todavía el dólar sigue más cerca de la banda de flotación superior que de la inferior.
Lo que se podría ver hoy es que la licitación induzca a una baja en las tasas más cortas y la demanda se traslade al mediano plazo, donde el obstáculo para que cedan son las elecciones del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires y la de medio término el 26 de octubre. En otras palabras, hay un trimestre cargado de incertidumbre donde las tasas son fusibles porque el Gobierno no quiere una suba del dólar y un traslado a precios que le arrebate el logro de la caída de la inflación.
Pero el movimiento tiene un costo. Hay un rondó que afecta al consumidor y se traslada a las empresas. Un descubierto en un banco ronda 130% nominal y financiar la tarjeta de crédito puede costar 110%. Si alguien tiene débito automático de su tarjeta y su saldo no la cubre, está condenado a pagar una tasa de casi 14% mensual con el IVA, seguro de vida más IVA y comisiones. Con el préstamo personal no le irá mejor porque si lo pide a más de 48 meses, la tasa es de alrededor de 8% mensual. Comparar esto contra la inflación, dice que el costo del dinero es cuatro veces el del costo de vida.
La escena sigue con un consumidor endeudado que ve caer su salario para pagar el crédito y baja sus consumos. Las empresas ven caer sus ventas y encarecer sus costos financieros por la falta de rotación de su stock. Producto que queda inmovilizado, equivale a un taxi financiero por el dinero que hay invertido en su compra o en su fabricación.
Todo lo que se está haciendo no es para darle una solución de fondo al tema porque, no la hay. La incertidumbre política tiene un costo que se mide en el valor del dólar o en el de la tasa de interés. La credibilidad es la anestesia del ajuste. Cuando hay elecciones por delante, la credibilidad se debilita y las dudas exacerban al mercado.
Según el analista financiero Salvador Vitelli, “toda la cadena de pagos está con retrasos, tratando de diferir todo lo posible para evitar estas tasas. Pensemos que una LECAP rinde una tasa de 50% anual nominal contra una inflación proyectada al 20%; es una tasa real muy alta que difícilmente un giro comercial lo avale. La economía va a crecer 5 puntos netos de inflación, es impensable pagar 25 puntos de tasa real. En el corto plazo no veo una baja abrupta; la volatilidad va a seguir y, pensando en las elecciones, no vamos a ver niveles excesivamente bajos”.
Sobre la licitación, Vitelli opinó que “vemos un objetivo claro del Gobierno de estirar el vencimiento cambiando la licitación de títulos cortos que son los que explicaron el financiamiento en las licitaciones pasadas. Ahora para encontrar títulos cortos hay que ir a plazos más largos que la licitación anterior. Creemos que la decisión de optar por instrumentos a tasa variable (tasa TAMAR) es una buena medida y el mercado estaba viendo con buenos ojos estos títulos. Además, con la nueva ventana, el mercado va a mirar con mejores ojos a la TAMAR porque en definitiva los bancos también van a poder hacerse de liquidez. Esto podría generar alguna baja de la tasa, habría que ver la letra chica primero. Esto cubre a los bancos porque les da la posibilidad de arbitrar las tasas de días anteriores y les permite decidir cómo fondearse. En la licitación creo que el Ministerio de Economía está pensando en dejar más pesos en la calle sabiendo que puede bajar la tasa, pero también presionar al dólar”.
Fue así que para hacerse de pesos los tenedores de dólares salieron a vender y la divisa cerró en los mínimos del día. El dólar MEP bajó a $1.323 y el contado con liquidación (CCL) a $1.324. El “blue”, el dólar del pequeño y mediano ahorrista, bajó $5 a $1.330.
En la plaza mayorista el volumen de negocios creció a USD 530 millones y el dólar bajó $4,50 a $1.317,50.
El informe de la consultora F2 de Andrés Reschini señaló que en el aumento del volumen debe haber influido el agro porque “la soja en Chicago logró hilvanar otra suba luego de que el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos resaltara perspectivas de menores existencias, producción y existencias finales para la campaña estadounidense. De esta manera, la oleaginosa acumula un incremento en la cotización del 3,9% en lo que va de la semana”.
Los bonos soberanos tuvieron subas modestas que no sobrepasaron 0,3% en los títulos Globales con ley extranjera que son los que rigen el riesgo país que sigue alrededor de 730 puntos básicos.
La Bolsa comenzó con moderado optimismo, pero se fue debilitando a medida que las tasas iban subiendo. El S&P Merval de las acciones líderes cerró con una suba de 0,37% y los papeles más destacados fueron: Edenor (+4%) e IRSA (+3,1%).
Los ADR -certificados de tenencia de acciones argentinas que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron una rueda con predominio de alzas. Edenor subió 3,1% y MercadoLibre, 3,6%.
En Estados Unidos la inflación interanual se mantuvo en 2,7% interanual, por debajo de 2,8% que esperaban los analistas.
Para hoy se espera otra rueda complicada, donde los inversores estarán cautos a la espera del resultado de la licitación de Bonos del Tesoro.