Imagen de archivo: Miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) aseguran el área donde el general Mohammed Hamdan Dagalo asiste a un mitin de la tribu en una provincia de Sudán en junio de 2019 (AP Foto/Hussein Malla)

El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó este jueves el reciente “asalto” de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) sobre la ciudad sudanesa de El Fasher, en Darfur Norte, tras conocerse denuncias de «atrocidades» cometidas durante la toma, incluyendo ejecuciones sumarias, detenciones arbitrarias y crímenes de motivación étnica.

La ofensiva, ocurrida el pasado fin de semana, marcó la caída del último gran bastión del Ejército de Sudán en la región occidental, intensificando una guerra civil que desgarra al país desde abril de 2023 y agravando la ya crítica crisis humanitaria.

En un comunicado conjunto, los miembros del Consejo de Seguridad recordaron la resolución 2736 que exige el levantamiento del asedio sobre El Fasher y el cese inmediato de los combates. Destacaron su “grave preocupación ante el alto riesgo de atrocidades a gran escala”, señalando, además, la urgencia de proteger a la población civil y el cumplimiento irrestricto del Derecho Internacional Humanitario. La ONU reiteró la prioridad de retomar un diálogo que permita alcanzar un alto el fuego duradero y un proceso político inclusivo bajo liderazgo sudanés.

Los Estados miembros hicieron énfasis en rechazar cualquier injerencia externa y reafirmaron su apoyo “inequívoco” a la soberanía y la integridad territorial de Sudán, condenando el eventual establecimiento de un gobierno paralelo en los territorios controlados por las RSF.

El jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, describió ante el Consejo la dramática situación en El Fasher tras la conquista de las RSF, denunciando que la ciudad “se ha sumido en un infierno aún más oscuro”. Según Fletcher, “la violencia no se ha limitado a Darfur” y persisten ataques mortales contra lugares civiles en áreas bajo control paramilitar.

“La crisis de Sudán es, en esencia, un fracaso de la protección y de nuestra responsabilidad de defender el Derecho Internacional”, señaló, y apuntó que la violencia sexual contra mujeres y niñas y los ataques contra personal humanitario se han vuelto sistemáticos. Fletcher insistió en la necesidad urgente de permitir el acceso humanitario y rendir cuentas por las violaciones cometidas.

Fotografía de archivo de columnas de humo en la ciudad de El Fasher en el marco de los combates entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) (Foto: EP)

Investigaciones preliminares y testimonios obtenidos por la Misión de Investigación de la ONU en Sudán han identificado tanto ejecuciones de civiles desarmados por motivaciones étnicas como violencia sexual, saqueos masivos, destrucción de infraestructura y desplazamiento forzado.

El presidente de la misión, Mohamed Chande Othman, advirtió que “El Fasher arde, millones se enfrentan a la hambruna, y el mundo tiene que elegir entre el silencio o la solidaridad”. La misión instó a la comunidad internacional a crear una institución judicial independiente para juzgar a los responsables, proponiendo una posible colaboración con la Corte Penal Internacional (CPI) y expandir su jurisdicción a todo Sudán.

Según organizaciones humanitarias y activistas presentes en la ciudad y localidades cercanas, la caída de El Fasher tras más de año y medio de asedio provocó nuevas oleadas de desplazamientos. El portavoz de la ONG ALIMA, John Ocheibi, informó a AFP desde Tawila, a 70 kilómetros de El Fasher, que mujeres, niños y otros civiles llegan en estado crítico, tras largos recorridos sin alimento y bajo amenazas constantes. Voluntarios y grupos humanitarios describieron condiciones extremas de hambre, miedo y duelos entre quienes huyen.

Vista general de personas sentadas en un campamento para familias desplazadas que huyeron de El Fasher a Tawila, Darfur del Norte, Sudán, el 27 de octubre de 2025 (REUTERS/Mohammed Jamal)

La Emergencia Response Room de Tawila, una de las redes de voluntariado que coordinan ayuda en Sudán, declaró el jueves que la región enfrenta “una grave situación humanitaria” y solicitó a la ONU acciones urgentes en apoyo a las familias desplazadas. De acuerdo con estimaciones de la ONU, más de 36.000 personas abandonaron El Fasher desde la caída, sumándose a los 650.000 desplazados ya presentes en Tawila. La ONG Human Rights Watch (HRW) verificó videos en redes sociales que muestran ejecuciones de civiles y denunció abusos como violaciones, saqueos y asesinatos a lo largo de las rutas de huida.

Mientras tanto, un convoy de ayuda de la ONU logró llegar esta semana a varias ciudades de Kordofán Sur, entregando suministros a comunidades sitiadas y privadas de alimentos durante meses. El trayecto, según la organización, fue “largo” y marcado por dificultades, incluyendo saqueos parciales de los suministros. La ONU manifestó la necesidad de establecer un corredor humanitario permanente para atender la creciente demanda de socorro.

La guerra civil sudanesa estalló en abril de 2023, agravada por la ruptura de la transición democrática posterior al derrocamiento de Omar Hasan al Bashir en 2019 y alimentada por el choque sobre la integración de cuerpos paramilitares en el ejército regular. Desde entonces, el país se enfrenta a una de las peores crisis humanitarias del mundo, con millones de desplazados, propagación de enfermedades y destrucción de infraestructura esencial, impidiendo la atención adecuada a los afectados por el conflicto.

(Con información de AFP, EFE y EP)