El barco Madleen que intentaba romper el bloqueo naval de Israel sobre la Franja de Gaza y que fue interceptado por la Marina israelí finalmente ha llegado al puerto de Ashdod. A bordo se encontraba la activista climática sueca Greta Thunberg junto con otros manifestantes, quienes serán entregados a la policía para ser deportados, según informaron las autoridades israelíes.
Durante una semana, la embarcación se dirigió a Gaza en un intento de entregar ayuda humanitaria y protestar contra la campaña militar de Israel en la Franja, que el grupo Freedom Flotilla Coalition describe como uno de los conflictos más mortales desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, fue abordada en aguas internacionales, aproximadamente a 200 kilómetros de Gaza, donde las autoridades israelíes confiscaron su carga de suministros esenciales.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, ordenó que se muestre a los activistas un video de las atrocidades ocurridas el 7 de octubre de 2023, una vez lleguen al puerto sanos y salvos. Mientras tanto, el Ministerio de Exteriores de Israel ha tildado este intento de “una estrategia de relaciones públicas”, asegurando que los activistas volverán a sus países y la ayuda llegará a Gaza por vías oficiales.
El viaje de Thunberg y sus compañeros comenzó en Sicilia (Italia) y fue organizado por la Freedom Flotilla Coalition, que denuncia que los activistas fueron “secuestrados por las fuerzas israelíes”. La organización sostiene que la captura del barco y detención de los activistas en aguas internacionales constituye una violación grave del derecho internacional.
El grupo de derechos legales Adalah, que representa a los activistas, criticó la falta de autoridad legal de Israel para intervenir en aguas internacionales. En contraste, Israel defiende la interceptación, argumentando que la carga no representó una cantidad significativa de ayuda, sino un acto de activismo mediático.
En medio de tensiones internacionales, la ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Maria Malmer Stenergard, afirmó que su gobierno es consciente de los riesgos inherentes relacionados con viajes a Gaza y destacó que no se necesita apoyo consular por el momento, ya que nadie a bordo está en peligro.
El bloqueo sobre Gaza ha sido impuesto por Israel y Egipto desde que Hamas tomó el control en 2007, argumentando la necesidad de evitar la importación de armas. Sin embargo, ha sido criticado por ser una forma de castigo colectivo, exacerbando la situación humanitaria en Gaza. En los primeros días del conflicto actual iniciado el 7 de octubre, las restricciones se endurecieron, limitando severamente la entrada de ayuda.
El conflicto ha dejado gran parte de Gaza destruida y ha desplazado a la mayoría de la población, aumentando la dependencia de la ayuda internacional y generando advertencias de hambruna inminente si el bloqueo y la ofensiva continúan. Hasta la fecha, la guerra ha resultado en la muerte de más de 54.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Israel sigue comprometido a avanzar hasta la liberación de los cautivos restantes y la derrota de Hamas. Mientras tanto, las negociaciones para un cese al fuego permanecen estancadas, ya que Hamas insiste en un alto al fuego duradero y la retirada israelí a cambio de la liberación de los rehenes.