Los sistemas alternativos permiten modulación y menor desperdicio, aunque requieren una mayor profesionalización en el diseño y ejecución de los proyectos (Foto: Getty Images)

La construcción tradicional basada en ladrillos y cemento convive cada vez más con sistemas alternativos que buscan reducir los tiempos de obra, disminuir costos y mejorar la eficiencia energética.

En un contexto de aumento en el precio de los materiales, déficit de mano de obra especializada y creciente déficit habitacional, los sistemas constructivos no convencionales amplían su presencia en todo el país y promueven cambios en la matriz productiva del sector.

“Hoy se están utilizando diversos sistemas alternativos. Desde paneles Casaforma, que consisten en placas de tergopol con doble malla de acero a las que se proyecta mortero, hasta estructuras prefabricadas de hormigón con núcleo aislante. Son soluciones muy eficientes en términos energéticos y constructivos”, explicó Gerardo Fernández, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina (CPC), al ser consultado por Infobae.

Las casas prefabricadas de hormigón con núcleo liviano es una de las variantes de construcción industrializada

Según el dirigente, otras opciones en crecimiento son el sistema de madera OSV con tergopol, las estructuras tipo “chapa panel” con aislación interna, el tradicional steel frame y las combinaciones de placas cementicias, aislantes y placas de yeso sobre perfilería metálica. También destacó las casas prefabricadas de hormigón con núcleo liviano como otra de las variantes de construcción industrializada.

La arquitecta Soledad Zalazar, presidente del estudio Zwanik Zalazar, contó a Infobae que los métodos más utilizados actualmente combinan el método en seco con elementos tradicionales.

“Lo más usado hoy es el sistema EPS, que resulta muy competitivo desde el punto de vista económico. Es una mezcla entre construcción en seco y húmeda”, expresó.

El sistema Steel Frame, basado en estructuras de acero galvanizado, permite una construcción rápida, liviana y con alto grado de aislamiento térmico

Ambos especialistas coincidieron en que los métodos alternativos permiten acortar sensiblemente los plazos de ejecución.

“Una casa tradicional puede llevar un año. Con estos sistemas, en seis meses la vivienda está terminada”, afirmó Fernández. Para Zalazar, el recorte de tiemposimpacta directamente en los costos, sobre todo para quienes deben pagar alquiler mientras aguardan la entrega de la casa. “Reducir los plazos significa menos gastos paralelos y menor exposición a subas de precios en los materiales”, agregó.

Costos y eficiencia energética

Además del recorte de plazos, los sistemas alternativos presentan ventajas claras en eficiencia energética.

Fernández puntualizó que en Argentina no siempre se dimensiona el costo energético real por el historial de subsidios, pero en otros países la energía representa hasta el 30% del ingreso familiar.

“A nivel mundial se busca optimizar recursos. Estos sistemas actúan como una heladera de tergopol gigante: una vez forradas las paredes, la energía se conserva. Se logra un aislamiento térmico que reduce la demanda de calefacción o refrigeración”, explicó.

A nivel mundial se busca optimizar recursos. Estos sistemas actúan como una heladera de tergopol gigante: una vez forradas las paredes, la energía se conserva (Fernández)

La perfilería de PVC, los vidrios dobles herméticos (DVH) y materiales aislantes forman parte del conjunto tecnológico que incrementa la eficiencia de las viviendas. Aunque persisten reticencias respecto de materiales como la placa de yeso, los expertos aseguran que empleados correctamente cumplen con las exigencias de durabilidad y confort.

Para Zalazar, otro factor clave de ahorro es la modulación y la planificación estratégica. “Los sistemas no convencionales obligan a modular los espacios, lo que genera un ahorro considerable de materiales. Pero este beneficio solo se alcanza trabajando el proyecto con anticipación y ajustando las medidas”, comentó. Desde su mirada, una obra eficiente comienza con un diseño profesional y una ejecución a cargo de expertos.

“Contratar un profesional para planificar y supervisar la obra puede parecer un gasto extra, pero previene problemas, permite ordenar los pagos y anticipar la compra de materiales. Un plan de obra sólido sostiene los tiempos y los costos bajo control”, subrayó la arquitecta.

De la tradición al cambio

La comparación con el sistema tradicional muestra diferencias destacadas en la velocidad de ejecución, la incidencia del clima y el uso global de recursos.

“La construcción húmeda depende muchas veces del clima, mientras quelos sistemas en seco posibilitan mayor agilidad y rapidez de montaje. En materia de confort térmico, ambos métodos pueden ser eficientes siempre que se aisle de modo adecuado”, explicó Soledad Zalazar.

La construcción en seco reduce los tiempos de obra, evita demoras por condiciones climáticas y permite un montaje más limpio y ágil en comparación con los métodos tradicionales.

Sin embargo, persisten prejuicios culturales. Gerardo Fernández observó que muchas personas desconfían de las tecnologías más recientes por cuestiones estéticas o por falta de información técnica. “A la gente le preocupa la placa de yeso porque cree que se rompe fácilmente, pero con la tecnología actual, el comportamiento de estos sistemas iguala al de la pared de ladrillo en resistencia y durabilidad”, sostuvo el especialista.

Otro punto clave es la logística. Los materiales industrializados se producen en serie, con menos desperdicio y mayor control de calidad, lo que facilita su traslado y montaje, especialmente en zonas con escasez de mano de obra calificada o accesos complejos. Además, al acortarse los tiempos de obra, bajan los riesgos ligados a demoras, condiciones climáticas adversas y contratiempos.

Innovación desde la universidad

En paralelo al crecimiento de los sistemas industrializados surgen iniciativas innovadoras desde el ámbito académico que combinan eficiencia, sustentabilidad e inclusión. Entre ellos destaca el desarrollo de los “ecobloques”, bloques de construcción elaborados a partir de residuos plásticos reciclados.

La arquitecta María Elena Neumayer, referente del Departamento de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), presentó el proyecto en un encuentro de la red VinTecAr 4.0, junto con el Departamento de Ingeniería en Materiales y el Centro de Formación Profesional Nº24 D.E. 12 de CABA.

La iniciativa nació durante la pandemia en ese centro educativo y busca fabricar mampuestos con desechos plásticos rígidos. “De seis bolsas de basura que inicialmente se descartaban, pasamos a dos”, con Neumayer sobre el impacto ambiental positivo.

Los ecobloques son elaborados con plásticos reciclados y materiales livianos

Cada ecobloque mide 19x19x39 cm, apto para muros portantes, incorpora celdas internas para reducir peso, facilitar el paso de cañerías y permitir armaduras verticales. Ofrece importante aislación térmica. Su composición integra hormigón con agregado liviano, cemento y cal como aglomerantes, y residuos como polvo de ladrillo, vidrio o tierra greda, junto con plástico reciclado.

Desde la Undav aclaran que la propuesta apunta a limitar la producción de plásticos descartables -ya prohibidos en la Unión Europea- y reincorporar estos residuos en la cadena productiva de la construcción. El sistema tiene patente abierta y fue diseñado para facilitar su utilización por cooperativas y municipios, tanto para vivienda social, como para producción de ecobloques comerciales.

El impacto ambiental se suma a beneficios sociales, como la capacitación en oficios y la generación de empleo. “Disminuye el volumen de plásticos en rellenos sanitarios, que contaminan suelo, agua y aire, y transforma residuos sin valor en materias primas útiles para la industria”, explicó Neumayer.

Hacia una nueva etapa

Con una demanda habitacional creciente, exigencias de mayor eficiencia energética y un escenario que obliga a repensar costos y plazos, las nuevas formas de construcción ganan protagonismo.

Ya sea mediante estructuras industrializadas, sistemas en seco, módulos modulares o bloques reciclados, la tendencia marca una construcción más rápida, eficiente y con menor impacto ambiental.

Soledad Zalazar resumió: “ahorrar no es solo elegir el sistema adecuado, sino planificar bien desde el inicio, acompañado por profesionales que conozcan las ventajas y limitaciones de cada tecnología”.