El auge de los bebés reborn en Brasil genera debates sobre arte, terapia y límites sociales (Reuters)

Un fenómeno tan curioso como controversial gana protagonismo en Brasil: los bebés “reborn”, muñecos hiperrealistas fabricados en silicona o vinilo que imitan a la perfección a recién nacidos reales. Con detalles como venas visibles, lágrimas artificiales, saliva, piel enrojecida y hasta el peso corporal de un bebé, estas réplicas pueden alcanzar valores que superan los miles de dólares.

Aunque surgieron en Estados Unidos en la década de 1990, los reborn irrumpieron con fuerza en el escenario brasileño, lo que provocó una oleada de reacciones que van desde la fascinación hasta la preocupación.

El fenómeno, que en principio estaba limitado al coleccionismo y a ciertos nichos artísticos, saltó al centro del debate público tras un encuentro de aficionados realizado en São Paulo el pasado abril.

El mercado de bebés reborn en Brasil crece con réplicas hiperrealistas que superan los miles de dólares

Durante el evento, que reunió a decenas de personas con sus muñecos, se realizó una escenificación de un parto “reborn” que incluyó la extracción simbólica de un muñeco desde una bolsa amniótica artificial. Las imágenes rápidamente se viralizaron en redes sociales y medios de comunicación y generaron una fuerte controversia que dividió opiniones a lo largo del país.

Por un lado, hay quienes defienden el uso de estos muñecos como un pasatiempo legítimo, una forma de expresión artística o incluso una herramienta terapéutica. Por el otro, no faltan voces críticas que consideran que el vínculo emocional excesivo con estos muñecos puede derivar en comportamientos preocupantes.

La psicóloga Viviane Cunha, consultada por la agencia AFP, advirtió que el coleccionismo en sí no representa un problema, siempre y cuando no interfiera en la vida cotidiana. “El límite está cuando las personas comienzan a alterar su rutina por estos muñecos, como faltar al trabajo porque ‘el bebé está enfermo’”, explicó.

El debate también llegó al Congreso Nacional. El diputado federal Manoel Isidório, pastor evangélico, llevó una muñeca reborn al recinto parlamentario y la presentó como su “nieta”. Desde su banca, defendió el uso de estos muñecos y aseguró que no hay pecado alguno en jugar con ellos y destacando su valor afectivo.

Paralelamente, el Concejo Municipal de Río de Janeiro aprobó la instauración del “Día de la Cigüeña Reborn”, como homenaje a los artesanos y fabricantes que se dedican a esta actividad.

Propuestas legislativas buscan atención psicológica para quienes desarrollan dependencia de los muñecos reborn

Sin embargo, uno de los aspectos que más alimentó la polémica es el uso de estos muñecos en espacios públicos. Se reportaron casos de personas que solicitan trato preferencial en el transporte o en centros de salud alegando tener un bebé en brazos, cuando en realidad se trata de una réplica reborn. Estas situaciones generaron indignación y reabrieron el debate sobre los límites de este tipo de comportamientos en la esfera pública.

Como respuesta, algunos legisladores comenzaron a plantear propuestas para regular el fenómeno. Entre las iniciativas más comentadas figura la posibilidad de ofrecer atención psicológica gratuita o especializada a quienes desarrollen vínculos considerados problemáticos con estas réplicas. Si bien no hay consenso sobre qué medidas tomar, el tema ya está instalado en la agenda pública y parlamentaria.

Los bebés reborn polarizan las opiniones: hay quienes los consideran fascinantes, en tanto que otros los rechazan (Foto: Sina Schuldt/dpa)

Los bebés reborn dejaron de ser simples muñecos de colección para convertirse en un símbolo de múltiples tensiones: entre arte y obsesión, entre consuelo emocional y escapismo, entre libertad individual y normas sociales. En Brasil, el debate está lejos de terminar. Mientras tanto, los reborn

siguen multiplicándose en talleres, ferias y redes sociales, generando preguntas que aún no tienen una respuesta clara.