La nueva semana de MasterChef Celebrity comenzó bajo los reflectores con una combinación única de cocina, humor y una inesperada dosis de picante. El estudio, bullicioso y expectante, apenas dio inicio a la jornada cuando se produjo un cruce irónico entre la conductora, Wanda Nara, y Andy Chango, el músico que en pocas emisiones se ganó un lugar como uno de los personajes más carismáticos de la temporada.

Todo parecía transcurrir con la cordialidad habitual del reality, cuando la conductora dirigió su saludo a los cocineros. Con una sonrisa traviesa, no dudó en resaltar quel músico y el Turco Husaín mantenían la “fidelidad” a su mesa del fondo. ¿Por qué ese detalle resultó tan relevante? ¿Se esconde tras una ubicación un juego de complicidades, de afectos, de pequeñas rebeldías en el set?

La respuesta de Andy no se hizo esperar. “Me encanta el fondo, Wandi. Me siento en un entorno más privado, más protegido”, lanzó con su habitual tono de ironía, lo que desató una primera ola de risas. El apodo —ese “Wandi” inesperado— cambió la energía del estudio por un instante. Nara, entre risas sinceras, recogió el guante: “¡A mí me encanta que me digas Wandi! Nadie me dice así. Ni de chiquita me decían Wandi”, aseguró al borde de la carcajada.

Andy Chango eligió la estación de trabajo del fondo y un comentario de la conductora fue el disparador de ese particular momento

Pero la calma era solo aparente. Andy volvió al juego con una frase punzante, tan desinhibida que conmovió hasta a las cámaras: “Y… no te querían mucho por ahí”, replicó el músico. El silencio se quebró de inmediato en el set, esta vez con una carcajada general que evidenció la sorpresa y la complicidad compartida en ese instante.

Wanda no perdió las formas ni el humor. Con la destreza de quien domina la escena, remató: “Desbloqueado un nuevo trauma”, regalando una última risa, tan espontánea como certera.

La escena duró solo un parpadeo. Sin embargo, fue suficiente para desatar una oleada de memes y reacciones en las redes sociales, donde los usuarios celebraron la frescura de Wanda y su capacidad para reírse de sí misma. La naturalidad con la que giró la situación fue señalada por muchos como una muestra de qué tan lejos puede llegar el juego en MasterChef Celebrity. Porque, ¿no es, acaso, en esos destellos de honestidad y picardía donde el reality encuentra su verdadero sabor?

Wanda se mostró extrañada por la respuesta de Andy, pero fue rápida para responderle

El cruce no terminó en aquel primer y chispeante intercambio. La noche guardaba más momentos de complicidad y humor inesperado. Mientras la competencia avanzaba y el reloj marcaba el pulso de la cocina, una nueva escena volvió a captar toda la atención del estudio y del público.

Cuando la prueba había llegado a la mitad de su tiempo, Wanda se sorprendió al notar que el participante más descontracturado ya había completado su plato. La incredulidad se dibujó en su rostro cuando llamó a Andy, quien se acercó con la serenidad de quien no tiene nada que ocultar. “Terminé de cocinar hace 10 minutos”, le informó, casi como quien ofrece una proeza doméstica sin importancia.

Sin pensarlo dos veces, la conductora pidió su ayuda para anunciar a los demás que el tiempo apremiaba. “Quedan 10 minutos, losers… Quedan 10 minutos amiguitos”, gritó, llenando el set con su voz y esa mezcla de frescura y desparpajo que lo caracteriza

Andy Chango también se lució por la rapidez para terminar su preparación

El ambiente distendido se coló nuevamente entre fogones y sartenes, ya con la cuenta regresiva acechando. Cuando llegó el momento de la degustación, Wanda volvió a hacer gala de su humor: “Si te sigue sobrando tiempo de cocina, al final vamos a terminar haciéndonos amigos de tanto charlar”, bromeó. El artista no dejó pasar la oportunidad y compartió, a modo de secreto profesional: “Hay que administrar el tiempo, el tiempo es elástico”.

Donato de Santis intervino con elogio: “Creo que es el que mejor maneja el tiempo, más allá de que hace platos simples, es una virtud”. Entre risas compartidas, Andy desnudó una verdad oculta: “En realidad es un ligero trastorno de ansiedad”. El estudio volvió a ser sacudido por el humor, ese que disipa la tensión y acerca a los participantes y al jurado.

La ronda de devoluciones continuó. Damián Betular, con mirada de experto y tono reflexivo, puso el acento una vez más en el manejo del reloj: “El tema es actitudinal para mí, porque empezaste protestando porque tenías poco tiempo para ir al mercado y después te sobró media hora. Para mí ese tiempo que te sobra vos podés aún perfeccionar más el plato”.

El eco de las palabras quedó suspendido en el aire. Quizá ahí, entre los minutos que se escurren y las bromas lanzadas, radica el verdadero juego de Masterchef Celebrity: un escenario donde el tiempo, las emociones y la espontaneidad se sirven en bandeja, y el público no puede más que entregarse a la fiesta de lo imprevisible.