A una semana del fallecimiento del Papa Francisco, el Automóvil Club Argentino (ACA), decidió exponer por primera vez el “Papamóvil” diseñado especialmente por el Club en 1982, en ocasión de la primera visita de Juan Pablo II a la Argentina. El vehículo, acondicionado en tiempo récord, fue utilizado por el Sumo Pontífice durante su visita relámpago de 33 horas a Buenos Aires, durante la Guerra de Malvinas.
“Lo seguíamos guardando en perfecto estado a la espera de la visita de Francisco. Lamentablemente no pudo ser con Francisco, pero tal vez en el futuro podamos recibir con los brazos abiertos a su sucesor”, expresó César Carman, presidente del ACA.
El vehículo está expuesto frente de las oficinas centrales del club, sobre la Avenida del Libertador. Se trata de un Ford F-350, del año 1981. Fue diseñado originalmente para ser utilizado como grúa de auxilio, pero, ante el pedido urgente del Arzobispado de Buenos Aires, en mayo de 1982, el Automóvil Club lo convirtió en “Papamóvil”.
Los empleados del Club trabajaron en turnos de 24 horas durante cuatro días. El trabajo de reacondicionamiento del vehículo incluyó retirar la grúa de la parte trasera de la camioneta y colocar la cabina donde viajaría el Juan Pablo II.
Dado que el Sumo Pontífice, canonizado por el Papa Francisco el 27 de abril de 2014, había sido atacado un año antes de su visita a la Argentina, el habitáculo expuesto por el ACA cuenta con cristales antibala y sigue todas las normas de seguridad establecidas por la Santa Sede en ese entonces. En sus dos puertas lleva el escudo Vaticano y adelante, sobre el paragolpes, una bandera argentina y otra del Vaticano.
“La posibilidad de visitar y ver el Papamóvil es única, ya que la unidad, por sus dimensiones, no se encontraba expuesta en el Museo del Automóvil del ACA”, afirman desde el club.
Montado en este vehículo, San Juan Pablo II se convirtió en el primer Sumo Pontífice en recorrer suelo argentino. En su corta visita, recorrió en el “Papamóvil” parte de la autopista Ricchieri, la 25 de mayo, y la avenida del Libertador. Lo utilizó para llegar hasta el Monumento a los Españoles, donde dio una misa que congregó a más de un millón de fieles.
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“Para nosotros haber podido colaborar con esa visita histórica es un hito en nuestros 120 años de trayectoria institucional. Es un hecho que nos hace sentir parte de la historia argentina y de la alegría y fe de su pueblo creyente”, afirmó Carman.
El piso del habitáculo tiene una plancha de hierro y una placa de madera de quebracho, sobre la cuál se desplegó una alfombra roja. La cabina cuenta, además, con un asiento giratorio blanco, donde se sentó su Santidad durante sus recorridos, y cuatro bancos para sus acompañantes eclesiásticos y de seguridad.
“Hoy, en estos días de dolor y reflexión, pensamos que sería un momento adecuado para recordar los lazos que nos unieron con la Santa Sede, y decir como institución que siempre estuvimos y estaremos a disposición para recibir al Santo Padre en nuestra tierra”, sumó el directivo.