“Yo nunca había sido lector. Tenía casi treinta años y me sentía perdido, desubicado, con una sensación de estarme ahogando, cuando de pronto caí en la literatura por accidente y me convertí en un lector compulsivo”, confesó Eduardo Halfon. Esta pasión por la lectura eventualmente lo llevó a la escritura, marcando el inicio de su carrera literaria. A pesar de no haber sido un lector desde joven, su inmersión en la literatura fue accidental y transformadora
El reconocido escritor guatemalteco, ha sido galardonado con el Premio de la Crítica por su obra Tarántula, publicada por Libros del Asteroide. Este reconocimiento se suma al prestigioso premio Médicis a la mejor novela extranjera, consolidando su posición como una de las voces más destacadas de su generación. En este libro, el autor explora la violencia de los años ochenta en Guatemala a través de la historia de dos hermanos exiliados en Estados Unidos, quienes son enviados por sus padres a un campamento en la selva para niños judíos.
En una entrevista con Babelia, Halfon compartió detalles sobre su trayectoria literaria y sus influencias. Entre los libros que más ha recomendado se encuentra La leyenda del Santo Bebedor de Joseph Roth, mientras que Reflexiones sobre la cuestión judía de Jean-Paul Sartre es el que considera que mejor explica el judaísmo. Sin embargo, no todos los libros han capturado su interés; Ulises de James Joyce es uno que no ha podido terminar. En cuanto a sus lecturas recientes, mencionó Montedidio de Erri De Luca como el último libro que le ha gustado.
El escritor también expresó su admiración por autores que considera injustamente olvidados, destacando a Osvaldo Soriano. “El escritor Osvaldo Soriano está injustamente olvidado”, afirmó Halfon, subrayando la importancia de reconocer y revivir la obra de autores que han caído en el olvido. El autor argentino nació en Mar del Plata en 1943 y murió en 1997. Fue de los escritores argentinos más vendidos en su país en las décadas de 1980 y 1990. Muchas de sus obras fueron publicadas en varios países y llevadas al cine y al teatro. Entre sus novelas famosas están Triste, solitario y final, No habrá más penas ni olvido y A sus plantas rendido un león.
Además, compartió los títulos que actualmente ocupan su mesita de noche en un hotel de Buenos Aires: Ruth de Adriana Riva, Una historia sencilla de Leila Guerriero y Los árboles caídos también son el bosque de Alejandra Kamiya. En el ámbito cinematográfico, Halfon ha visto repetidamente El padrino, una película que parece resonar profundamente con él. En cuanto a la música, eligió “I Wish I Knew How It Would Feel To Be Free” de Nina Simone, específicamente la versión en vivo del Festival de Jazz de Montreux de 1976, como una pieza que lo representa. Esta elección musical refleja su deseo de libertad y su conexión con el arte en sus diversas formas.
Halfon también compartió una experiencia única en el Museo d’Orsay en París, donde tuvo la oportunidad de visitarlo un lunes, día en que está cerrado al público. “Solo estábamos las obras y yo y unos cuantos señores trapeando los salones y pasillos, y me pasé toda la tarde imaginando que así sería vivir ahí”, relató el escritor, describiendo la atmósfera íntima y personal que vivió en ese icónico museo.
En cuanto a sus intereses personales, Halfon expresó su admiración por el levantamiento del gueto de Varsovia, un suceso histórico que considera digno de admiración. Sin embargo, hay ciertas experiencias que no estaría dispuesto a aceptar, como escribir algo que lo obligue a subirse a un barco, debido a su propensión al mareo. “Me mareo hasta en la tina”, comentó con humor.