El diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente Jair Bolsonaro, informó el viernes que se reunió en Washington con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, en un encuentro que coincide con la presión que ejerce para que Washington imponga sanciones contra funcionarios brasileños vinculados al juicio por golpismo contra su padre.
La cita tuvo lugar el miércoles 13 de agosto, de acuerdo con el legislador, quien publicó en la red social X una fotografía del encuentro. “En la reunión del 13 de agosto tuvimos una excelente conversación con el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Fue una oportunidad única poder hablar sobre Brasil y Estados Unidos con alguien tan bien preparado”, escribió Eduardo Bolsonaro, agradeciendo “la receptividad” y “la disposición” del funcionario estadounidense.
El mismo día en que recibió al diputado brasileño, Bessent tenía prevista una reunión virtual con el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, en la que se discutiría el arancel adicional del 50% impuesto por Estados Unidos a las importaciones brasileñas. Sin embargo, el encuentro fue cancelado por el Tesoro por problemas de agenda y no fue reprogramado, según confirmó Haddad.
El ministro brasileño, en declaraciones al canal local Globonews, vinculó la cancelación a maniobras políticas. Señaló que la suspensión respondió a una articulación de “las fuerzas de extrema derecha” y mencionó directamente a Eduardo Bolsonaro como responsable. El diputado rechazó esas acusaciones y aseguró que su presencia en Washington responde a gestiones políticas legítimas.
Eduardo Bolsonaro permanece en Estados Unidos desde marzo. De acuerdo con sus propias declaraciones, mantiene reuniones con funcionarios y legisladores con el objetivo de que se adopten sanciones contra autoridades brasileñas y busca además respaldo internacional para su padre. El ex presidente Jair Bolsonaro enfrenta un proceso en la Corte Suprema de Brasil por su presunta implicación en un intento de golpe de Estado.
El nuevo arancel estadounidense, en vigor desde la semana pasada, fue decretado por el presidente Donald Trump como represalia a lo que calificó de “cacería de brujas” contra Jair Bolsonaro. La medida afecta a alrededor del 36% de las exportaciones brasileñas, incluidos productos estratégicos como carnes y café, lo que constituye un golpe significativo para el comercio bilateral.
El episodio ha intensificado las tensiones entre los dos países. Por un lado, Brasil busca alternativas para reducir el impacto de los aranceles en sectores productivos clave. Por otro, la relación política se complica con la presencia del hijo del ex presidente en Washington, en paralelo al proceso judicial que enfrenta Jair Bolsonaro en Brasil.
(Con información de REUTERS y EFE)