Ecuador ordenó este martes el desalojo preventivo de las zonas bajas del archipiélago de Galápagos tras la activación de una alerta de tsunami, emitida luego del terremoto de magnitud 8.8 ocurrido frente a la península rusa de Kamchatka. La medida fue anunciada por la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), que instó a evacuar playas, muelles y áreas costeras vulnerables de la región insular.
“Se ha establecido nivel de advertencia de tsunami para la Región Insular (Galápagos), lo que implica la suspensión inmediata de actividades marítimas, así como el desalojo preventivo de playas, muelles y zonas bajas”, indicó la SGR en un comunicado oficial.
La alerta fue reforzada por el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar), que advirtió sobre la posible llegada de olas de hasta 1,4 metros de altura. Según las proyecciones del organismo, las primeras olas podrían impactar las islas a partir de las 09:00 hora local del miércoles (15:00 GMT). “Existe una alta probabilidad de afectación por tsunami en la Región Insular”, señaló el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis, también dependiente de la Armada del Ecuador.
Las autoridades activaron sistemas de megafonía para informar a los residentes y visitantes sobre la situación, y se difundieron mensajes preventivos en zonas turísticas y pobladas del archipiélago. Se recomendó a la población alejarse de las zonas costeras, seguir únicamente información oficial y dirigirse a áreas elevadas hasta que se levante la alerta.
Galápagos, ubicado a unos 1.000 kilómetros del territorio continental ecuatoriano, es un archipiélago de origen volcánico conformado por trece islas principales y numerosas islas menores e islotes. Aunque muchas de sus islas están deshabitadas, alberga poblaciones humanas y ecosistemas únicos, reconocidos como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.
El Inocar aclaró que, en el caso de que se produzca un tsunami, la primera onda no necesariamente será la más fuerte. “Un tsunami es una serie de ondas y el tiempo entre crestas puede variar entre cinco minutos y una hora. El peligro puede persistir por muchas horas después del arribo de la primera onda”, advirtió el organismo.
En el territorio continental, la situación es distinta. Las autoridades mantienen un estado de observación, ya que el riesgo de afectación directa se considera bajo por el momento. No obstante, también se ha recomendado suspender actividades marítimas como medida preventiva.
La alerta en Galápagos forma parte de una serie de advertencias emitidas a lo largo del océano Pacífico tras el fuerte sismo registrado frente a la costa este de Rusia.
Organismos internacionales como la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EEUU) emitieron alertas similares para otras zonas, incluyendo Hawaii, partes de Alaska y sectores de la costa oeste de América.
Las autoridades ecuatorianas indicaron que continuarán monitoreando el comportamiento del océano y actualizarán la información oficial conforme evolucione la situación. Mientras tanto, se mantiene activa la alerta para Galápagos hasta nuevo aviso.
(Con información de EFE)